19 - Guerra

134 3 2
                                    


#F5F5DC

En ocasiones como esta, en medio de la nada y el todo irreal, Ayato solía recordar el pasado con nostalgia, aquellos momentos que se quedarían marcados en su memoria, todos los recuerdos que vivió junto a sus padres y hermana.

Y también, ese día...

Aquel instante donde su vida cambió, ese momento en que ambos hermanos tuvieron que crecer más rápido que cualquier otro, y hacer suyas las responsabilidades que Inazuma puso en sus hombros.

Obligaciones demasiado grandes para un par de jóvenes, hermano y hermana, arrojados al mundo y sus dificultades.

Con un suspiro, Ayato rememoró las decenas de veces en las que se preguntó ¿si el precio que tuvieron que pagar era demasiado grande para incluso seguir adelante?

A partir de ese momento, debieron empezar a confiar en sus propias habilidades, en el uno y el otro porque sabían muy bien que ahora la niñez paso y el mundo esperaba a los nuevos representantes del clan Kamisato y de la comisión Yashiro.

Pensamientos así, atosigaron su mente durante mucho tiempo a medida que iba creciendo y la responsabilidad se incrementaba. El Kamisato había supuesto que, todo lo que hizo fue en nombre de algo mucho más grande que el mismo, lo hizo por la comisión Yashiro, lo hizo por el arconte, por Inazuma.

Incluso después de todas las cosas que habían sucedido a lo largo de su joven vida, el mismo se dio cuenta de que había tenido un agradable crecimiento al lado de su hermana siendo protegido por sus padres en un recuerdo que esperaba poder llevar junto a él incluso en el final de su vida.

Y en momentos como estos, en medio del santuario Narukami, en la cima de la Montaña Yougou, y tras haber surcado desafíos que desanimarían a cualquiera, Ayato aun mantuvo ese deje de duda que siempre llegaría a afectar a las personas, su voluntad y fortaleza.

En medio de sus divagaciones fugaces y tras haber recibido de manos del propio viajero la carta que solicitaba un enfrentamiento contra el mismo gobierno de Inazuma, Ayato meditó un tiempo en su decisión. ¿que debía hacer? ¿con quién debía discutir estos asuntos? y por sobre todo ¿si era lo correcto o necesario?

Recordó las palabras que le dirigió el viajero en su encuentro hace un par de semanas atrás cuando todo este conflicto aún ni siquiera había explotado en la cara de Inazuma. Ayato cuestionó con sumo detalle ¿Cómo podía asegurarle que después de todo esto, Inazuma estaría bien? Su gente, su pueblo...

Sabía que incluso con el respaldo de la sacerdotisa Sangonomiya, la ayuda de la capitana Beidou o el liderazgo nato de La general Kujou, le sería muy difícil a Watatsumi enfrentarse contra el arconte y vencer.

La duda plagó su mente en ese breve instante de temor e incertidumbre.

Entonces, una idea simple pero eficaz llegó a su mente, en medio de todo esto supuso que el viajero tenía un as bajo la manga, algo que le garantizara la victoria, un plan demasiado elaborado lo suficientemente grande como para que involucrará no solo a los habitantes de la isla Watatsumi sino también a toda Inazuma, los soldados del shogunato y quizá la propia arconte electro.

Con desdén, se froto la cara, frustrado. Pese a toda la evidencia que llegó a plagar su mente. la duda aún estuvo presente en aquellos momentos en que anhelaba y deseaba creer.

Al final, él también debía formar parte de todo esto.

Fue esta misma, la razón por la cual llegó al santuario Narukami, buscando presentarse ante la Suma Sacerdotisa que aquí yacía con un único objetivo, comunicarle a ella, pese a que seguramente ya lo sabía, la fecha exacta en la que se llevaría a cabo la última de todas las batallas. Un enfrentamiento entre el ejército del Shogunato y las fuerzas de la resistencia de la Isla Watatsumi en una última confrontación que esperaba terminaría con toda la discordia y la oscuridad que habían plagado Inazuma desde hace tanto tiempo.

Genshin Impact "Future Ends"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora