05 - Tranquilidad

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#FF1493

¿existen realmente los conflictos?

- ¡Esfuérzate más Paimon! – exigió la bella mujer con voz autoritaria.

Signora solía pensar que su ferviente compromiso y dedicación la hacían alguien difícil de impresionar, incluso con las grandes muestras de poder y valor por parte del viajero, no se había visto interesada en el joven de otro mundo hasta ese fatídico encuentro, ese día.

Solía decirse a sí misma que no fue idea suya por supuesto, se aseguró de creer que fueron diferentes factores aun en conflicto en su cabeza los que la hacían dudar de sus decisiones cada vez más irracionales.

Los deje vivir, este pensamiento la atormentaba en sus sueños y pesadillas.

Con mayor frecuencia de lo normal, solía lamentar su decisión, el recuerdo de su primer encuentro aun pululaba en su mente mientras intentaba centrarse en el hecho de que el joven que cuido con ahínco desmedido era su enemigo, maldijo por lo bajo sus propios intereses y el de su señora la Zarina, era evidente que en su enfermiza devoción, pensó que cualquier oportunidad debía ser aprovechada para cumplir con sus planes.

Tal vez fue aquel, el motivo por el cual pensó que podía usar, para sus maquiavélicos fines, al joven héroe como una marioneta.

Pero ahora, después de comprender su causa, pudo ver a través de la alegría radiante y rostro feliz, al joven vacío que parecía haber perdido mucho más que un familiar, le recordaba a ella, molestándola bastante.

Por amor al arconte, muchas personas pierden a sus familiares todo el tiempo y no emprender viajes interminables para luchar contra viento y marea solo para un reencuentro.

¿Qué la hizo pensar que el viajero era diferente? acaso fue su altruismo casi insano que lo hacía ayudar a cada persona del camino, su alegría contagiosa, agraciada apariencia o solo fue que al final, ella sabía que su destino se hallaba marcado por los horrores de la guerra y esperaba en lo profundo de su corazón que el viajero no distinguiera entre amigos y enemigos; y tal vez tambien la salvara a ella.

Sacudió la cabeza buscando borrar tan tonto pensamiento de su ser, como podía ella esperar compasión y clemencia, le causo tanto daño a muchas personas durante siglos y tan solo encariñarse con la causa de un joven ¿la hizo cambiar tanto de la noche a la mañana?

La rápida respiración de la pequeña hada la sacó de su ensoñación tan desmedida, levantó la mirada para observar a Paimon con los brazos colgando a sus costados y su rostro mirando el suelo.

Ella misma soltó un suspiro cansado, ¿Cuánto tiempo habían estado en este entrenamiento juntas? Le molestó bastante no poder recordar, así que no le dio tanta importancia.

- Quisiera decir que fallaste de nuevo Paimon – buscó mostrar la decepción en su tono pero se contuvo, era consciente de lo difícil que debía ser para la pequeña todo este entrenamiento – Pero no puedo dejar de notar cómo has avanzado bastante en comparación al primer día en que comenzamos.

Buscó con sus palabras animarla, mientras veía a la pequeña recomponerse haciendo una posea de confianza y proceder a su parloteo habitual.

- Por supuesto, Paimon ha estado dando lo mejor de ella y los resultados son prueba más que suficiente – extendió sus manos y procedió a concentrar todo su ser antes de que frente a ella un pequeño portal de color rojo y negro apareciera, de cuyo centro salieron cadenas en forma cubica que rápidamente fueron disparadas hacia la Signora. Para solo disolverse antes de siquiera tocarla. – lo viste, ahora Paimon también puede crear cadenas – dijo la hada mientras daba unas cuantas vueltas vitoreando su muestra magnánima de control elemental.

Genshin Impact "Future Ends"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora