04 - Dualidad

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En el pasado, en ocasiones como estas, tan desprovista de responsabilidades, o en su caso delegadas a sus diligentes secretarias, Ningguang solía pasearse por los bordes de la cámara de Jade, observando la ciudad portuaria por la cual solía velar todo el tiempo.

Imaginaba que sus deseos más profundos, descritos por las personas en toda la ciudad, serían solo la riqueza y su amada Cámara de Jade, una muestra magistral de esfuerzo desmesurado que le recordaría el largo trayecto que tuvo que cruzar para llegar a donde se hallaba hoy en día. Ser considerada una de las mujeres mas poderosas y bellas de todo Teyvat.

Sus ambiciones eran gigantescas e incontenibles, haría uso de todo tipo de medios para conseguir sus objetivos, usaría cualquier persona como una mera herramienta con el propósito de servir a sus fines, y por supuesto aquel fue el destino que le dio al viajero cuando lo conoció.

Atrás quedó el recuerdo de su primera reunión, la oferta que le hizo y la respuesta tan enigmática que la intrigó de sobremanera. La franqueza del viajero le pareció algo "tierna"; ahora en retrospectiva, debía haber atendido mejor a sus sentimientos, y tal vez no hubiese solo pensado en él como cualquier hombre más en la ciudad.

Los recuerdos inundaron su mente, en aquel entonces sus acciones parecían algo infantiles y faltas de objetividad típicas de ella, en reiteradas ocasiones lo mandó a llamar solo por capricho más que por algún tipo de necesidad.

Comenzó cuando Ganyu le informo que Aether, como se hacía llamar el viajero, se había quedado en Liyue después de todo el fiasco del dios antiguo, la actitud servicial del joven héroe le hizo más fácil aprovecharse de su ingenuidad, pasaban horas juntos mientras ella se hacía cargo de sus responsabilidades, solía verlo deambular a su alrededor junto a Paimon examinando cada libro en el gran estante tras su escritorio, disfrutaba ver a Aether leerlos para su pequeña acompañante y pedir alguna explicación sobre los temas que no conocía al hada.

Explicaciones que se desviarían rápidamente hacia un tema el cual Paimon parecía una experta, la comida. Ella sonrió ante tal recuerdo, solían salir juntos con dirección al restaurante de Mao para cenar sin importarle las miradas indiscretas del resto de personas.

Le parecía divertida la expresión del viajero cuando ella, muy amablemente, negó la oferta del costoso cangrejo Dorado que le había ofrecido, en su lugar le insistió a Mao que le preparara un plato de pollo y cerdo hervido a fuego lento con unas hojas de Col, un plato atípico para una persona de tan alta estatus social.

Ante su desconcierto, ella decidió abrir su corazón al viajero contándole algunos retazos de su pasado, al principio lo hizo para ganarse su confianza y debilitar su resistencia a ella, pero mientras le narra las experiencias que vivió desde muy pequeña miro en los ojos de Aether la comprensión y el respeto que anhelaba de las personas.

Ella tuvo una vida difícil, no intentaba justificarse sobre sus acciones y todo lo que tuvo que sacrificar para obtener el reconocimiento de su pueblo. Solo anhelo algo mejor como todos nosotros.

Tras la agradable cena que compartió con el viajero y Paimon, emprendieron el regreso a la terraza Yujing en medio de la noche tranquila y el ambiente extrañamente agradable. Nuevamente los sentimientos de Ningguang entraron en conflicto mientras caminaba junto a Aether, se sentía como una niña de nuevo, al reír levemente observando a Paimon jugar y perseguir luciérnagas en el camino, le pareció gracioso por supuesto, tuvo que sacrificar esos años para obtener todo lo que tenía, debía madurar más rápido que el resto de los niños para enfrentar el mundo que le tocó vivir.

Una sonrisa melancólica se poso en su rostro, ¿cuánto estamos dispuesto a sacrificar para lograr nuestros sueños?, ¿cuántos vamos a dejar atrás en el camino? A cuantos más usaremos tan solo para nuestro propio beneficio.

Genshin Impact "Future Ends"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora