17 - Un momento

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En la base de la Montaña Yougou; bajo el subsuelo y tras drenar el estanque repleto de agua contaminada con electro, nuestro héroe, Aether y su alegre acompañante Paimon; se hallaban a la espera del arribo de la Suma sacerdotisa Yae Miko para iniciar la última fase del ritual para purificar el cerezo sagrado.

El viajero observó con notable asombro lo que antes Hanachirusato llamó un tumor miasmático, la acumulación definitiva de la ponzoña que se aferraba a las raíces del cerezo y debían ser prudentemente destruido para garantizar el bienestar de la nación isleña.

¿Cómo llegó aquí? Aether se preguntó repetidamente.

Le pareció de lo más curioso el cómo se enredó en esta importante y digna tarea.

Resulta que él siempre estuvo destinado a emprender la travesía para purificar el cerezo sagrado, un ritual que se debía hacer cada 60 años para eliminar las impurezas que las raíces de dicho árbol curaban de la nación.

La joven Miko que debía darle dicha tarea tras su llegada, fue precavida al posponer la responsabilidad al observarlo siendo escoltado a la nación de Inazuma por un grupo de soldados del Shogunato.

En aquella ocasión no era el momento adecuado.

Pasaron días, semanas...

Aether se mantuvo prudente mientras recorría la isla Narukami desafiando todo precepto y escarmiento que sus acciones podrían acarrear.

Creía que después de desafiar al arconte en Tenshukaku sería considerado un enemigo jurado de la nación, perseguido hasta la muerte y odiado por todos.

Eso no fue así, Aether lo comprobó de primera mano al visitar la Hacienda Kamisato hace un par de días en aquella sencilla reunión junto a Ayato Kamisato, mantuvo una charla modesta que definiría el destino de Inazuma.

Ahora, al recordarlo le pareció curioso y quizá predestinado su encuentro fortunio con Kazari.

El recuerdo aun pululaba en su mente, la suplica, el llamado y su llegada.

La sacerdotisa le dijo que era momento de llevar a cabo la purificación del cerezo sagrado, que era imperativo hacerlo en la prontitud posible antes de que la nación se cayese en pedazos.

Irónico, pensó nuestro héroe, Inazuma ya estaba dividida, sus propios lideres lo hicieron, tomaron para si las islas como si de un trozo de papel se tratara y las usaron sin medida, a su gente, a su pueblo.

El ritual tuvo que ser realizado en diferentes localidades de la nación, un viaje que llevo a Aether y Paimon a visitar lugares que jamás imaginaron antes.

Recorrieron los bosques, los prados, las costas y las escarpadas montañas.

Recolectaron llaves y artefactos, una lente de recuerdos, conocieron a Loroi de paso y navegaron en rompeolas hacia lugares inciertos.

Todo esto resolviendo puzles extraños, enfrentando guerreros fantasmas y siguiendo los consejos de Hanachirusato para llevar a cabo tan importante labor.

Tras todo el viaje, y la travesía. La purificación estaba llegando a su última fase. Una que consistía en la eliminación final del tumor miasmático, residuo máximo que se alojó en lo profundo de la tierra.

La tarea parecía sencilla salvo por un pequeño dilema, la sacerdotisa le comento a Aether y Paimon que debían esperar la llegada de un participante más; aquel responsable en años anteriores del tan afamado ritual.

La Actual Sacerdotisa del Templo Narukami, Yae Miko.

La espera le pareció eterna, el momento de la verdad tan extraño.

Genshin Impact "Future Ends"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora