Ishigami Senkū, un estudiante de segundo año en la carrera de ciencias el cual nunca le dio una real importancia a su actual e inusual condición, tampoco era de su interés el conocer sobre la vida romántica y relaciones de las demás personas. Mucho menos el desarrollar una propia ¿para qué? Tenía sus propios intereses y esto no involucraba al "amor" por ninguna parte.
El transcurso del tiempo le dio la razón por un momento al no ser una distracción tan grande para su proyecto principal cuando era un niño pues era menos llamativo para el qué la luna pareciera seguirlo. Este asunto se volvió algo molesto pasando a la adolescencia, esto debido a que Xeno prácticamente decía que podría ser una alucinación producida a la privación del sueño, también cundo veía dichos hilos por doquier y de todos los tamaños y grosores haciéndolo recordar en cierta forma que el que colgaba de su meñique era distinto y además, no había tenido ninguna razón para contárselo a personas sin conocimiento científico y que sabría, harían un lio más grande al saberlo. Si, definitivamente sus amigos ni su padre tenían porqué conocer este hecho.
Ahora, no contaba que terminaría haciendo esta condición en una investigación en toda regla y seriedad, tampoco con cierto mentalista causando un alboroto dentro de sus pensamientos despertando emociones a las que nunca les dio importancia tener y mucho menos el tener a cierta joven llamándole desde temprano para invitarlo a pasar un tiempo juntos y le ayudase con una tarea de la universidad de manera urgente a cambio de una remuneración.
Así, Ishigami Senkū salió con pesar de su apartamento. Vestía de manera muy casual con solo una playera de manga corta color azul índigo, un short largo de tonalidades marrón y sandalias a juego y con la playera. Debido a que salió temprano a la hora acordada, esta vez no tendría que recurrir a Gen para ue lo llevara al sitio y tomó el metro.
Caminó un par de cuadras más hasta llegar a la biblioteca. El lugar era amplio; las secciones para lectura y asientos estaban muy bien distribuidos, los libros ordenados por categorías en grandes libreros y repisas, el piso de madera y paredes beige con detalles en acabado dorado y plateado daban, estéticamente a la vista un aire y sensación de relajamiento y tranquilidad.
Tranquilidad que se vio interrumpida unos pocos minutos después de haber arribado al lugar.
—¡Ishigami-kun!~ hola —saludó enérgica la joven de cabello rosa pastel quien fue silenciada por la bibliotecaria inmediatamente.
—Ah, hola Luna —respondió de vuelta en tono bajo y la chica le sonrió.
—Bueno, lo siento por eso —Sonrió nuevamente
—¿y bien, de qué va el problema que tienes y de qué asignatura? —cuestionó mientras se dirigían al area de mesas y lectura.
—Bueno, como sabes voy en una carrera distinta a la tuya pero tenemos pocas materias en común porque ambas se relacionan un poco en el ámbito médico y... —se autointerrumpió, se disculpó por dar vueltas al tema y prosiguió—Necesito que me expliques sobre embriología y genética no entiendo la diferencia exacta entre una y otra, deberían ser lo mismo
—¿Estamos en alguna clase juntos? —preguntó ya que no le ponía demasiada atención a los demás en clase
—Este, bueno... Si... —respondió apenada de que él no la hubiese reconocido
—Ah bien, pero ¿Qué exactamente? ¿definiciones, conceptos o ejemplos?
—Todo —respondió inmediatamente, sus ojos mostraban real emoción y- ¿cuándo se había acercado tanto?Senkū se apartó discretamente, pues consideraba que necesitaba su espacio personal. Al parecer no fue tan sutil puesto que la joven se disculpó por el atrevimiento. En este momento su gran cerebro no pudo elegir otra cosa que recordar más que ese instante en el que el mentalista invadió su espacio de la misma forma tan cínica y sin embargo, ¿Porqué no se apartó como lo hizo con la joven Wright?
Tan pronto como llegó el recuerdo y su pensamiento, se obligó a empujarlo al olvido. Este no era el momento para anañizar de nueva cuenta sus sentimientos por el chico de ojos zarcos.
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My Red String Of Fate
Любовные романыIshigami Senkū, estudiante de la universidad en la carrera de ciencias jamás se tomaría el tiempo de creer o distraerse pensando en cosas tan banales como "el hilo rojo del destino" como la mayoría de los ciudadanos lo hacía incluyendo a sus amigos...