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Levantarse con un nuevo conocimiento cada día no es nada nuevo para Ishigami Senkū. No obstante, el recuperar eventos en la memoria y comprender que, por fin le había puesto nombre a aquellos sentimientos que había tenido desde hace tiempo por Asagiri Gen, era algo... totalmente fuera de lo común.

Ahora, lo que había iniciado como una simple curiosidad científica, ha cambiado y evolucionado a una situación completamente emocional e irracional, además en un campo que, debido a su ya extraña condición, ha estudiado y analizado desde la infancia, sin embargo, antes de conocer al mentalista, era un tema absolutamente el cual en el ámbito experimental, su interés era completamente nulo.

—Así que, Asagiri Gen. —resopló divertido y permaneció en silencio un par de segundos. —Ese bastardo insufrible ¿eh? —reflexionó en voz alta mientras se reía ligeramente.

¿Cómo y porqué había tardado tanto en comprenderlo?, Demonios, no eran más simples reacciones en el cerebro, química básica. Entonces de nuevo, ¿cómo pudo haberlo pasado por alto durante meses?

'... y yo nunca me fijaría en un onigiri parlanchin' El joven que caminaba rumbo a realizar su desayuno se detuvo al traer ese recuerdo a su pensamiento, no podía creer que aún recordara a la perfección una de sus primeras conversaciones con aquel mentalista y rió de nuevo reanudando su camino.

—O en ninguna otra persona, al menos, solía creer eso. Kukuku, Nunca lo hubiera imaginado pero al parecer las variables han resultado en algo diferente. —dijo de nuevo para sí mismo.

En vez de tomarse el tiempo para hacer un desayuno como tal, tomó su computador portátil, algo de dinero y salió decidido a beber algo de café para aclarar sus próximos pasos a seguir a partir de la realización recién obtenida.

Había muchos factores alrededor de ella, el primero; el hilo rojo. Claro, también había más variaciones a contemplar, diferencias en sus horarios, el estatus quo, al carajo su suerte al involucrarse emocional y romanticamente con una celebridad. Por último pero no menos importante ¿Acaso si quiera Gen siente lo mismo por él? ¿Tenía pareja? ¿Alguien quien le gustara de esa forma?

El científico llegó a la cafetería que llevaba frecuentando desde hace meses, cuando sólo iba acompañando a sus mejores amigos, los cuales eran almas gemelas y también el lugar... Donde también conoció inesperadamente a Asagiri Gen. Al haber llegado sin una previa reservación supuso que tendría que esperar una mesa en algún rincón o esquina del lugar, sin embargo, el día parecía no ser tan concurrido como otros, o era el simple hecho de que aún era temprano para que demasiadas personas se quedasen a consumir en el establecimiento, pues había una fila con una cantidad considerable de personas esperando por su pedido para llevar.

Centró su atención a otras partes del local y su vista logró ubicar una mesa vacía, la cual estaba algo apartada de la entrada a una distancia lo suficiente tranquila y con buena iluminación que seguro ayudaría a organizar sus pensamientos. De no ser porque en lo que se dirigía a ella, una joven pareja llegó antes tomando ese sitio.

Ishigami exhaló, quizá Gen tenía razón en las ocasiones que le había mencionado que tenía mala suerte. Miró discretamente hacia par que había tomado la mesa, un joven alrededor de los 20 años, figura anatómica definida y altura por arriba del promedio, cabello grisáceo y mascarilla facial que ocultaba su rostro. Se maldijo internamente al pensar una vez más en el mentalista, recordando cómo suele salir con esas cosas en su rostro de vez en cuando para evitar aglomeraciones. Pasó su vista a la chica quien lo acompañaba, una joven de cabello teñido color rosáceo, anatomía atlética y con una estatura de aproximadamente unos 1.53 cm. y en una vista general sin mucho detalle, el hilo rojo atado en el dedo meñique de ambos.

My Red String Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora