—No sabía que Asagiri y Tu fueran amigos. —dijo Chrome dejándose caer en el sofá donde anteriormente estaba el mago.
—¿Amigos? ¿Gen, amigo mio? Estás muy mal Chrome, es solo un colaborador en una investigación y nada más.
—Se veían como amigos, también veo que se llevan muy bien. —mencionó el peli castaño.
—Nah, estoy convencido en un diez mil billones por ciento que no le agrado, quizá solo me soporta y además, él no es una pera en miel para ser exactos. —Respondió el científico— por cierto ¿Para que querías mi ayuda?
—Oh, ¡Ya recuerdo! Supongo que sabes como hacer diamantes ¿no? Una vez lo mencionaste y quisiera que me enseñaras para... —el rostro del joven se tiñó de rojo por la vergüenza—regalarle... un- un collar a ruri... Por su cumpleaños y-
—Kukuku el proceso no es tan sencillo ¿no sería menos arriesgado para ti comprarle uno? —En cuánto pronunció esas palabras recordó inmediatamente al mentalista ya que era prácticamente lo mismo que él le cuestionó sobre las baterías y se regañó por eso. —ah, de acuerdo, pero debes tener bastante cuidado.
—¡Si! —El chico saltó de alegría siguió a Senkū a su mini laboratorio, antes de entrar Ishigami tomó otra de sus batas y se la aventó a Chrome, éste la atrapó y se la colocó inmediatamente.
—¿Por fin vas a declararte con un collar?¿Qué te parece un anillo en juego?—Se burló una vez tomado sus herramientas provocando un sonrojo en Chrome.
—¡Es-es solo un presente de cumpleaños! —alzó la voz, aturdiendo ligeramente a Senkū.
—Si, si, entendí. Ahora, si vamos a hacer esto necesitamos demasiada protección en caso de que explote —Mencionó haciendo sobresaltar al otro científico detrás suyo pasándole unos guantes y un par de googles.
—¡Que malote!- espera... ¡¿Explotar?!.
.
.Así ambos pasaron el resto del domingo, hubo explosiones en dos ocasiones pero nada significativo, fue agotador pero después de horas y prácticamente un día entero, tuvieron éxito; todo el proceso y resultado se terminaron en la mañana, tres pequeños diamantes caseros y un Senkū y Chrome cansados y agotados que aún tenían que asistir a la universidad pese a que se les había hecho tarde. Con suerte llegarían justo a tiempo a la segunda mitad del horario. A Senkū no le afectaba mucho pero no podía decir lo mismo de Chrome, quien tenía un examen diagnostico a de la última clase al final del día.
—kukuku, a menos que no quieras tomar tu examen, esta vez no tenemos tiempo para dejarlo a la suerte. —Dijo en voz alta mientras tomaba su celular y marcaba.
El joven de cabello marrón observó y escuchó atento a su conversación sin perder ningún detalle, al igual que Senkū, Chrome tenía un verdadero espíritu y animosidad curiosos. «de nuevo hablando con esa persona, en verdad es alguien importante ¿no es así?»
『—"Mira, no me gusta la idea de depender de tu molesta presencia pero eres la única solución que nos queda ¿nos Ayudarás?"
—" Te esperamos afuera del departamento, enserio no tardes mucho o vertiré ácido sulfúrico en tu próxima Senkuu-cola."
—"Kukuku, no me tientes, onigiri-Sensei"
—" Bien, en quince."
—"Si~, lo que digas pero aún así vendrás"
—"¿Oh de verdad? Deja ya tus pantomimas y date prisa"』Colgó dejando escapar una sonrisa y empezó a arreglar sus cosas como si nada, Chrome lo hizo de igual manera pero aún con el rostro confundido, Senkū no suele estar de ese humor a menos que le hablasen de algo que a ambos les encanta: ciencia o bien de algún tema de su interés y sin embargo, ahí estaba, alegre y divertido por una corta llamada telefónica.
La mente de Chrome se detuvo momentáneamente al ver el auto negro y un tanto lujoso estacionarse frente al lugar, mentiría si dijera que no se sorprendió al ver que el conductor no se trataba de otra persona más que Asagiri Gen. el joven de cabellera monocromática bajó a la puerta de su vehículo y los saludó anunciando su llegada y la realización sobre la respuesta a su continua pregunta en este tiempo llegó de golpe.
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My Red String Of Fate
RomansaIshigami Senkū, estudiante de la universidad en la carrera de ciencias jamás se tomaría el tiempo de creer o distraerse pensando en cosas tan banales como "el hilo rojo del destino" como la mayoría de los ciudadanos lo hacía incluyendo a sus amigos...