El pensamiento en el auto de Gen mientras conducía hacia su casa era como una tormenta o un huracán. Autoanalizar su comportamiento con Senkū en este último tiempo, llevó su concentración mental al límite para cuando arribó al lugar.Se quitó el cubrebocas y colocó sus gafas en un mueble cercano y decidió tomar una larga ducha para organizar sus pensamientos.
Él sabía perfectamente que podría decir que antes, cuando lo conoció por primera vez lo detestaba. Era inusual encontrarse con personas con ese nivel de honestidad sin filtros y ese nivel de descaro pero conforme pasaba el tiempo con el menor más le resultaba agradable, comprendió su manera de actuar e incluso llegó a considerarlo su amigo no mucho tiempo después llegándose a considerar iguales y una persona realmente interesante, pero...
Esas sensaciones que comenzaba a provocar el pasar tiempo con él en su pecho y en su mente, encendieron sus alarmas internas. Por supuesto que Gen conocía todo sobre las relaciones; el amor, los flechazos y los simples affaires. A lo largo de su carrera estudió cada uno de ellos, sus teorías, cómo surgían, el orígen y cómo se veía reflejado en la cotidianidad de las personas.
Gen nunca lo experimentó de primera mano, nunca supo lo que se sentía estar realmente enamorado de alguien. ¿Affaires? Sí, los había tenido de vez en cuando sabiendo que nunca más volverían a verse, aventuras de una sola noche y que no afectaría la vida de ninguna parte puesto que ninguno se conocía y nombres nunca eran dichos ni escuchados por ambas partes en un ambiente cubierto de oscuridad suficiente para siquiera recordar la cara o el cuerpo de ninguno.
Tampoco se había dado la oportunidad de acercarse demasiado a las personas, al menos no en un ámbito un poco más personal, porque exponerse de esa manera no era beneficioso para él y menos al ser un mentalista; era mostrar debilidades que estaba seguro que a nadie le serían gratas de conocer, debilidades de las que se avergonzaba y le hacían susceptible a los demás. No obstante pese a todo esto, logró de hacerse buenas y pocas amistades; la insistente y directa de Chelsea-chan o el muy intuitivo de Ukyo-chan. Pero Senkū... Senkū, con él era diferente, lo sabía mejor que nadie.
«Asagiri Gen, ¿qué estás haciendo?¿Qué sucede contigo?»
Pensó, salió de la ducha, se secó lo suficiente y se colocó uno de sus pijamas más cómodos y amplios dejándose caer de espaldas en su cama aún con el cabello húmedo y goteante.
El reloj marcaba las dos y cuarto de la mañana, el silencio era abrumador pero al mismo tiempo parecía tratar de tener relajación o serenidad y Gen seguía despierto mirando hacia el techo. Suspiró y llevó sus brazos hacia arriba cubriendo su rostro, específicamente los ojos y se dejó llevar por sus pensamientos y por sus recuerdos que ha vivido por los últimos meses.
Mentiría si diría que no se ha sentido como en una familia desde que ha tratado a los amigos del científico, estar con esos chicos era como un viento fresco a las personas que solía frecuentar en su trabajo o fans llenos de falsedad. Y de nuevo el científico hizo presencia en sus pensamientos.
Hizo una mueca y apretó fuerte los ojos negando nuevamente la suposición en respuesta que le estaba dando su mente desde hace tiempo y había decidido ignorar. Sin embargo, estaba llegando al punto de quiebre, si seguía así sus acciones serían contraproducentes y contrarias a lo que que su mente ordenaba.
«Signos de atracción... Fueron solo una broma en aquella ocasión pero- no solo ha sido eso... Flechazos, enamoramiento, las teorias del apego, es solo una investigación más, procesos químicos... Así debía ser... pero yo- yo-»
Apretó más sus brazos contra su rostro buscando apaciguar el torbellino de emociones que era por dentro, sentimientos nunca antes experimentados y encontrados por primera vez desde que conoció a esa persona.
.
—Ishigami Senkū —suspiró y soltó en un susurro para permanecer unos minutos en silencio
—Ya veo. . . —dijo nuevamente al vacío —Así que de eso se trata ¿verdad? —tragó y su voz tembló.
—Asagiri Gen, ¿lo sabes, no es así? Tu no puedes enamorarte —soltó a la nada en esa habitación vacía haciendo puños son sus manos.— No, no puedes y no debes...
El silencio de la pieza solo se hizo pesado solo teniendo de fondo el sonido del reloj marcando la hora, los minutos y sonando a cada segundo.
—Lo sabes perfectamente y aún así- aún así te permitiste acercarte a ellos, permitiste involucrarte más, te permitiste. . . Enamorarte de Senkū-chan cuando no debías hacerlo.
Admitió con apenas un hilo de voz. Un sollozo se añadió a los tenues sonidos que irrumpían el silencio. Decirlo en voz alta, reconociendo lo que tenía tiempo negando y después analizando y asimilando provocó que llegara a este punto de quiebre.
El llanto silencioso del mentalista cesó un par de horas más tarde cuándo pudo deshacerse de todo lo que había acumulado en su cabeza. Retiró sus brazos de su rostro y limpió de forma descuidada los rastros de lágrimas que aún permanecían en sus ojos.
—Pero. . . Está bien, a él no le interesa el romance realmente más allá que como un experimento científico más —levantó su mano izquierda hacia el techo mirando realmente a la nada—, sí. Somos buenos amigos después de todo. De esa manera está muy bien. A fin de cuentas... —cerró la mano inclinada al techo con fuerza mientras se recostaba de lado cómodamente— Cosas tan ridículas como el amor eterno y el destino no existen, al menos, no para mi.
Cerró sus ojos para evitar lagrimear nuevamente, se supone que el amor es un sentimiento hermoso según lo que había leído en los libros, pero en ellos había toda clase de amor: románticos y de cuentos de hadas, dramáticos con final feliz, fraternales, imposibles e incluso trágicos. La explicación que Senkū le dio, decía que se sentía como si las personas llegaran a drogarse. Él nunca lo había hecho realmente pero conocía en su ámbito sobre los efectos de aquella acción, en ese caso ¿podría decir qué este es lo que al drogarse es conocido como 'un mal viaje'?
«Acepté pasar tiempo con Senkū-chan para su investigación, pero es solo eso, investigación de campo así que no tengo motivos para declinar ahora- estos sentimientos se irán algún día. Mientras tanto...»
Asagiri Gen tomó su almohada entre sus brazos y hundió la cara en ella en un abrazo. El sueño a causa de las lágrimas derramadas se volvía más presente, no había razones para considerar la compañía Senkū como un 'mal viaje'. Bueno, quizá el comienzo no fue el mejor pero ciertamente estaba seguro que no lo cambiaría.
—Mientras tanto. . . quiero ver todo lo que hagas, todo lo que creas con ese enorme cerebro tuyo, quiero estar a tu lado y disfrutar tu compañía. ¿Me dejarías, Senkū-chan? —musitó para quedar dormido en pocos minutos después.
.
Un celular sonó insistente durante las primeras hora de la mañana, no obstante, no fue hasta mediodia y la décimo novena vez que el joven de cabellera monocromática decidiera contestar.
Tatsumi-chan había intentado comunicarse con él y le dijo que estaba considerando ir a su casa y si pasaba algo llamaría a la policía y a todos los hospitales para ser respondido con un "se supone que el dramático soy yo, mánager-chan". Asagiri Gen tenía una semana ocupada al parecer. ¿No se supone que había modificado su horario?
『ーEsto, Tatsumi-chan ¿Porqué tanto trabajo? Me mentiste sobre mi horario ¿verdad?~
—Pude hacer cambios, sí, pero los de esta semana me fue imposible por la proximidad de las fechas, Lo siento si tenías planes semanales con tus amigos Gen-kun
—Tranquilo~ solo tenía curiosidad~ todo se aclaró así que ¿Qué es lo que tengo para hoy?
—Tienes un show de magia preestablecido en media hora, si te tardas más la credibilidad sobre la puntualidad caerá. A las tres se tiene programado un show de escapismo, por la tarde tienes una sesión de fotos para tu próxima revista y... Sería todo por hoy.
—Ya veo~ estaré allí en minutos~
—Bien, te esperamos.』Colgó y soltó un suspiro más, por lo menos un dia y una semana llenos de trabajo le harán despejar un momento su mente y tranquilizar el pesar de su corazón.
Instantes después le llegó un mensaje a su celular "Tengo tiempo libre esta semana ¿te parece si cuando te desocupes me llamas para vernos?" lo que lo hizo sonreir un poco, quizá, no sería una semana tan mala y pesada después de todo.

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My Red String Of Fate
RomanceIshigami Senkū, estudiante de la universidad en la carrera de ciencias jamás se tomaría el tiempo de creer o distraerse pensando en cosas tan banales como "el hilo rojo del destino" como la mayoría de los ciudadanos lo hacía incluyendo a sus amigos...