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La chica de cabello rosado realmente no tenía idea hacia dónde ir en ese preciso momento, ella solo quería invitarlo a una romántica cita navideña y listo, al menos... Al parecer, una cita navideña que tendría que mover a una ser una año nuevo-

«Está bien, ¡No importa! visitar un templo y compartir una bebida caliente bajo la nieve no suena una mala idea»


No obstante, desde hace días ha tenido una sensación inquietante en su pecho, es esa clase de presentimiento de que algo se estaba perdiendo ¿pero qué podría ser?

Esto era algo que también quería averiguar, porque, por supuesto que notó un cambio en el joven Ishigami y quería saber la razón de aquello; el muchacho que había visto desde que llegó a aquel país, en aquella ciudad, ha sido alguien totalmente concentrado en su trabajo, inteligente y bastante reservado y usualmente callado, por lo que solía decirse todo tipo de rumores acerca de él; como que siempre estaba encerrado en ese laboratorio de ciencias de la universidad, o el que 'no tenía realmente amigos para pasar el día libre en vez de estar haciendo quién sabe qué', '¿acaso no tenía vida fuera de ahí?', entre más cosas así.

Ahora este chico salía con un poco más de frecuencia, el laboratorio de la escuela sigue en uso pero ya no se ve tanto a Ishigami en ese lugar: en cambio, cualquiera podría encontrarlo en un parque, en una cafetería como la de hoy o simplemente no encontrarlo: como si hubiera desaparecido del planeta. Sigue siendo reservado hacia sus cosas y sus emociones, pero, trata de compartir sus conocimientos científicos con los demás e incluso accedió a darle tutorías privadas, además... Está esa clase de sonrisas... Esa sonrisa pertenece a alguien quien su corazón ha sido tomado, pero nuevamente, no puede dejar de pensar en que esa opción no es viable, al menos, no con Ishigami Senkū puesto que no había visto a alguna otra chica acercarse tanto al científico como ella lo ha intentado.

Bueno, eso si no contaba a las que eran amigas del mismo, como Kohaku y Ruri, quién ésta última tenía un interés romántico hacia el amigo de Senkū, Chrome y que, por fortuna, se notaba en la mirada y acciones del joven que ese sentimiento era recíproco. «Qué envidia~ debería tomar notas sobre cómo capturar un científico» ah, también estaba esa tal Chelsea pero al parecer se trata de una colega que ni siquiera está en el país. Quizá solo está viendo cosas de más a causa de los nervios internos, sí, eso debe ser.

La joven dirigió su vista discretamente por el hombro hacia Ishigami, quien caminaba por unos pocos pasos por detrás suyo, éste le regresó la mirada y ella sonrió volviendo la vista al frente.

Llegaron al lugar donde la joven había estacionado su automóvil, sacó las llaves y lo invitó a subirse del lado del co-piloto. Una vez dentro, la joven encendió el vehículo y empezaron el recorrido. Al inicio del camino pesaba un gran silencio que sentía que la aplastaría en cualquier momento, hasta que el científico habló rompiendo la incomodidad y sus  tortuosos nervios.

—Te doy asesorías desde hace tiempo y recién me entero que tienes auto —rió y continuo, haciendo que Luna sonriera—, ahora entiendo porqué no te preocupaba irte tan noche de mi apartamento. —terminó de decir y esta última frase causó un sonrojo leve en la joven de melena rosácea.

—Vivo algo apartado del campus y no tenía idea de dónde estaba cuando llegué por primera vez, sé que las personas son amables y todo pero no quise incomodar preguntando por direcciones con mi pésimo nivel de japonés, así que como pude, compré este carro para que fuera más fácil ir y volver —respondió aún con las mejillas teñidas en rosa pálido y sonrió ante el recuerdo.
—Ah, lo imagino, no debió ser fácil. —comentó Ishigami y ella rió
—Un poco, pero todavía me cuesta un poco el idioma, al menos sé comunicarme de forma básica y entender algo de lo que me rodea, estudio todos los días—dijo sintiéndose orgullosa
—Y vas por buen camino, desde que empezamos con las clases he notado la mejoría en tu lenguaje. Buen trabajo, Luna. —Ishigami reconoció y sonrió

My Red String Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora