Nuestro Matrimonio

Sorpresa

—Volveré en un rato, quédate aquí. 

—Está bien.

Dae parecía distraído, quizá no quiera estar en este lugar. Es un poco diferente para el, estar en esta lugar y ver a mi mamá después de lo sucedido.

Caminé detrás de la enfermera que indicó la habitación y estar poco tiempo.

Al entrar observé a mi mamá postrada en una cama donde tenía diferentes aparatos conectados a ella. Me acerqué sentándome en la silla que está a su lado. Ella luce pálida, sus ojos permanecen cerrados. Tomé de su mano con delicadeza y sonreí con tristeza al verla.

A pesar de su condición su cabello sigue luciendo perfecto, aparté de su frente algunos mechones que estaban estorbando.

Durante este tiempo me negué a volver a ver a mis padres por los problemas que había cada que intentaba hacerlo, especialmente de parte de mi padre. Sin embargo ahora estoy aquí viendo a mi madre inconsciente y queriendo regresar el tiempo a ese momento donde las cosas se dieron entre nosotros.

Podía ver a través de la ventana como el sol comenzaba a llegar a la habitación. Sus manos delicadas y cuidadas estaban desnudas, ha dejado de utilizar su anillo de su matrimonio y sus uñas aún se veían totalmente perfectas a pesar de la condición. Siempre fue una mujer que le importaba la apariencia y verse bien en todo momento.

Después de estar quince minutos con ella, salí de la habitación porque el médico llegó a observarla. Me encontré a Dae viendo por las ventanas del hospital, luce distraído y un poco melancólico.

Mi hermana se acercó inmediatamente tomando de mi brazo.

—¿Viste a mamá?

—Si.

—¿Cómo está?

—Igual, no ha despertado y el médico no ha dicho mas.

—Oh...— sus ojos se cristalizaron y su rostro notaba preocupación.

—No te preocupes, estará bien.— ella me abrazó acurrucando su cabeza sobre mi pecho, recibí el abrazo haciendo lo mismo.

—Mentiroso. — susurró.—Sabes que no será así.

Una parte de mi se mentía a sí mismo diciéndose que todo saldrá bien, despertará y volverá a lo que una vez fuimos, pero otra sabe que eso no va a pasar y solo es cuestión de tiempo para que suceda lo inminente.

Cuando dejó el abrazo, observé a Dae totalmente fuera de este mundo. Ella siguió mi mirada hacia el.

—¿Qué le ocurre? Traté de hacerle platica pero parecía no querer hablar conmigo y no dije mas. ¿Están molestos?

—No.

—Seung, soy tu hermana y sabes que puedes decirme lo que desees...— bajó la voz pero sus ojos señalaron a Dae.—Aunque puede estar incómodo, no lo tratamos bien, yo tampoco lo hice.— avergonzada bajó la vista.

—No es nada, no te preocupes y no te culpes de eso, es cuestión del pasado.—Hice una breve pausa. —Es solo que hemos pasado ocupados últimamente pero no es nada grave, ya pasará.

—Claro.

—Debo irme, pero puedes llamarme si pasa algo más. No te preocupes, te quiero.

—Y yo a ti.— sonrió. 

Toqué del hombro a Dae, el me observó sorprendido como si hubiera interrumpido sus pensamientos. Caminamos por los pasillos tomados de las manos para llegar al auto e irnos.