Lo Hago Yo

58 6 0
                                    

—¿Por qué quieres que vaya contigo Ji?

—Solo a relajarnos un poco, no es nada malo.

—No lo sé, mi papá es muy irritante ahora.

—¿Por qué?

—Planea una boda con una chica y ya sabes...

—Oh, eso...no es bueno.

—¡Claro que no! Ni siquiera la conozco y quiere que me case con ella.

—¿Por qué tan precipitado?¿Matrimonio arreglado? Eso parece tan anticuado.

—Según dicen, ella está enamorada de mi, vaya mentira, ¿cómo va a estarlo?,  si solo me ve en revistas o periódicos, esto es ridículo. No lo creo realmente.

—O tal vez tus padres tienen un acuerdo sin decírtelo.

—Es probable. ¿Tu mamá nunca ha hecho eso contigo?

—Bueno, lo intentó...pero ya sabes como soy y al final esa chica se decepcionó de mí.

—De ti, no me sorprende. Como sea, solo quiero olvidarme de eso.

—Lo ves?—dijo poniendo sus manos sobre mis hombros.— por eso vamos a relajarnos un poco y olvidarnos de todo eso.

—Tu sales seguido. ¿Tu mamá no se molesta?

—Ella pasa ocupada en otras cosas ahora, así que no sabe lo que hago, al menos, no esta enterada del todo.

—Eso se nota.

—Vamos y deja de quejarte.

Con Ji y algunos amigos nos dirigimos hacia el lugar, era un lugar fresco y cómodo. Nos ofrecieron sentarnos y estábamos disfrutando. La música vibraba alto, las personas parecían disfrutar de aquello, las bebidas rápidamente se acababan.

No suelo venir con Ji a los lugares que el frecuenta, a veces se ponen un poco locas las cosas y yo saldría en primera plana, mi padre estaría furioso si hago algún escándalo.

Ji sacó un cigarro y comenzó a fumar, al parecer es un lugar donde se puede hacer. Así que tomé el que me ofrecieron también, sin pensarlo comencé a fumar mientras tomábamos y charlábamos.

Unos chicos un poco jóvenes, entraron con sus instrumentos, uno de ellos, quizá el mas joven de todos, observó fijamente a Ji y este le sonrió.

—¿Qué haces? pregunté.

—¿De qué hablas? — me observó.

—Sales con el, ¿cierto?

—No.

—Ji...

—Mas o menos, algo así.

—¿Algo así? Ji...

—Oye, yo no hice nada. El se me acercó y el me lo ofreció.

—Y por supuesto que aceptaste.

—¿Qué querías que hiciera? Olvídalo, el dijo que sería discreto...

—Ojalá sea así.

—Claro, no te preocupes, estaré bien, solo es diversión y el lo sabe.

Nuestro Matrimonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora