Veintiséis

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Era fin de semana y por alguna razón el híbrido despertó solo en la cama, cosa que no le gustó. Salió del cuarto arrastrando los pies en busca de alguno de sus mayores, oyó ruido en la cocina y se dirigió con prisa ahí.
TaeHyung estaba cocinando algo en la estufa, así que buscó con la mirada a Jeon sin éxito. Se acercó al pelinegro y se abrazó a su cintura recargando su rostro en su espalda.

— ¿Y KooKoo? —su voz salió atenuada por la tela.

— Le llamaron de la agencia para que supla a alguien en una pasarela —apagó la estufa y bajó un par de platos para servir el desayuno—. Va a llegar hasta la noche.

— ¿Crees que mañana podamos estar los tres juntos? —de verdad deseaba pasar un día con los dos, justo como era en los primeros meses en que llegó, durante las vacaciones del azabache se acostumbró a tenerlos a los dos a su lado, los necesitaba al mismo tiempo para sentirse completamente feliz.

— Yo creo —confirmó al ver sus ojitos tristes, se llevó una de las pequeñas manos que rodeaban su cintura para dejar un beso sobre el dorso en forma de consuelo—, mientras hay que desayunar ¿sí, bebé? —sonrió al verlo asentir con una sonrisita, pasar un largo tiempo a solas con el pelinegro era algo que no sucedía a menudo últimamente, así que lo aprovecharía.

Después de terminar su comida simplemente dejaron los trastes remojando en el fregadero y regresaron al cuarto para acurrucarse juntos un largo rato. TaeHyung estaba agotado por el trabajo de la semana, así que estar recostado en el pecho y entre los brazos de JiMin era muy reconfortante. Los pequeños dedos se deslizaban entre sus cabellos y rascaban suavemente su cuero cabelludo para mimarlo, robándole suspiro tras suspiro. Podía amar recibir cariñitos de sus mayores, pero también disfrutaba de ser él quien se los diera.

— Amo tu cabello rosita —comentó por enésima vez TaeHyung, desde que llegó de trabajar el día anterior y vio el cabello tintado del menor le pareció adorable y le fue casi imposible dejar de acariciar su cabello.

JiMin en respuesta dejó un besito sobre su frente y lo apretó entre sus brazos al mismo tiempo. El mayor estaba agotado, pero no quería pasar el tiempo que tenía con el híbrido dormido. Se dio ánimos mentalmente e intentó levantarse, entonces él contrario lo retuvo contra su pecho.

— ¿A dónde vas? Tienes que descansar después de trabajar toda la semana, TeTe —le regañó con el ceño fruncido, quería cuidar de TaeHyung para que se encontrara bien, odiaba ver las ojeras bajo sus ojos por la falta de descanso y que aún así no quisiera detenerse.

— Quiero aprovechar el tiempo contigo —explicó acomodándose para poder verlo.

— Estamos juntos ahora, no me importa lo que hagamos, sólo quiero tenerte a mi lado —acarició la mejilla izquierda con cariño—. Además necesitas descansar —recalcó con firmeza, provocando ternura en el mayor. Terminaron dormidos profundamente, abrazándose con fuerza.

...

Eran las cuatro de la tarde cuando terminaron de vestirse para salir. Durante la comida la mente de TaeHyung lo mantuvo ocupado pensando en algo que tenía tiempo ocupando sus pensamientos. Era lo mucho que deseaba que JiMin tuviera una vida normal como cualquier chico de su edad, que fuera independiente y no tuviera miedo cuando estaban entre muchas personas. Finalmente se había decidido a irlo ayudando con eso poco a poco y lo primero que se le ocurrió fue a enseñarlo a andar solo en la calle, aprovechando para comprarle un celular para cualquier emergencia, pues hace unos días pensó lo peligroso que era si pasaba algo y no tenían forma de comunicarse.
Tomó su cartera y revisó que sí tuviera guardada la tarjeta del tren, además guardó una pequeña libreta de notas y un bolígrafo en su bolsillo.

Our hybrid ||VKookMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora