Our hybrid ||VKookMin||

Trece

JiMin no estaba seguro de para qué servía un maestro. ¿Solo para enseñar cosas? ¿Podían explicarte cosas que no comprendes? Si era así, ¿SeokJin le respondería sus dudas si le preguntaba? ¿Aún sin ser de lo que le enseñaba?
Demasiadas preguntas que hacían doler su cabeza, sin contar lo poco que durmió preguntándose más cosas a si mismo.
Restregó su mejilla contra el costado de TaeHyung, el castaño se marchó hace unos minutos y ahora el híbrido necesitaba de mimos, solo que el mayor seguía dormido.

— TaeTae, me duele — sollozó picando su pecho. Preocupó al mayor, quien se apuró ver qué era —. Mi cabeza.

Pidió que lo esperara y fue hasta la cocina por un analgésico para el híbrido. Revisó los gramos antes de dársela para que la tragara. En lo que surtía efecto, prodigó tiernas caricias en sus orejitas.
Insistió un par de veces en el estado del rubio, ofreciéndole quedarse con él si no se sentía mejor realmente, siendo rechazado, muy al pesar de JiMin, cada una.

SeokJin llegó y el menor no creyó haber estado tan ansioso antes.
Revisaron un poco más de la escritura y pasó a enseñarle algo de matemáticas básicas, empezando, obviamente, por la suma.

— ¿Puedo preguntarle algo que no tiene que ver con esto? — inició nervioso mientras el contrario revisaba las operaciones.

Cuando el contrario acepto, con la mirada en el cuaderno, esperó paciente a que hablara, extrañándose al no escucharlo decir nada.
JiMin pensaba en cómo decirlo sin sonar igual de raro que en su mente.

— ¿Por qué se sienten cosquillas en ...? — no recordaba la palabra correcta, así que con su mano apuntó hacia abajo —. Y mucho calor — añadió al recordar.

SeokJin nunca creyó que se vería hablando de biología a alguien, le era extraño y no pensaba tener el tacto suficiente para tocar el tema.
Teniendo la molesta duda de qué pasó para que el menor sintiera eso.

— Te explicaré, pero primero dime qué estabas haciendo — esperó no arrepentirse de abrir la boca.

— Solo me estaban dando mimos —  dijo sin entender.

Por su apariencia infantil e inocencia, Kim prácticamente olvidó que seguía siendo un adolescente a fin de cuentas y no podía culparlo o juzgarlo porque su cuerpo reaccionara.
Se dio a la tarea de explicar lo más entendiblemente qué le pasó.

— Te excitaste — decidió iniciar por ahí —. Pasa cuando algo te hace sentir bien.

— ¿Cuándo estás feliz?

Negó, dándose cuenta que sería mucho más difícil que con cualquier otro adolescente. Pensándolo bien, era raro que un adolescente común no lo supiera por chismes.
Suspiró para prepararse mentalmente para ser más explícito.
Tenía miedo de explicarle por todo lo que él había pasado.
...

Todo el tiempo que restaba se les fue en eso. Porque le surgieron más dudas a JiMin y el mayor no podía evitar responder cada una de ellas, intentando ser muy claro.
Lo fue tanto, que el híbrido comprendió que lo que vivió no fue tan vano como creía y sentía demasiado peso dentro de él.
Incluso lloró con su profesor en frente y este lo consoló lo mejor que pudo, incluso avisó su ausencia en la primer clase que daba, para quedarse con el rubio.
Cuando se tuvo que ir, informó a sus amigos lo que sucedió en la mañana.

Jeon llegó corriendo para ir a ver al menor. Se asustó cuando no lo vio por ningún lado en la habitación y como último intento desesperado, revisó bajo el sofá. Ahí estaba hecho un ovillo.

— JiMinie, bebé. Ven conmigo — pidió arrodillado junto al asiento.

El gato ni siquiera se inmutó al escuchar su voz. JungKook sentía que todo lo que avanzaron, se retrocedió al doble. Sus ojos se inundaron.

— JiMin — era obvio que rompería en llanto pronto —. Ven, cariño.

Al escuchar el cambió en su voz, se apresuró a salir. No quería que el contrario se pusiera triste por su culpa.
Jeon lo transportó en sus brazos hasta su cama y lo dejó en su pecho, pidiéndole que cambiara para poder hablar y abrazarlo.
Apenas se transformó, cubrió su cuerpo con la cobija y abarrotó su rostro de besos.

— ¿Me quieres? — solicitó tembloroso el híbrido.

— Claro. TaeHyung y yo te queremos mucho — aclaró con cariño para el inseguro chico.

—¿Cómo pueden quererme con lo que me pasó?

Rompió en mil pedazo su corazón el escucharlo.

— ¿Por qué no quererte? Tú no tuviste la culpa de nada, JiMin — se dispuso a aclararle —. Te querremos sin importar nada.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo, cariño — besó superficialmente sus labios.

...

TaeHyung llegó igual de apurado que su novio, angustiado por el bienestar del híbrido.
El aire se escapó de sus labios, aliviado al verlos dormidos. Cuando su amigo le llamó apenado y le explicó lo que estaba pasando, casi sale corriendo, pero justamente JungKook le llamó para evitarlo, diciendo que él ya iba en camino.
Se sentó al lado de Jeon y acaricio los cabellos de ambos cada tanto.

— Tae — JiMin lo miraba adormilado y sonriente —, lo quiero mucho.

— Yo también, Minie.

EDITADO

Nana~