siete

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JungKook decidió que faltaría a clase ese día para quedarse a acompañar al híbrido. Planeaba comprarle ropa de su talla y de su gusto, había recibido ya el pago por el pequeño modelaje que hizo y si era necesario, llevaba la tarjeta de TaeHyung para sacar más dinero.

— ¿Me ayudas?

JiMin apareció envuelto en una toalla. El castaño recordó que aún le costaba bañarse sin que el agua entrara a sus oídos, solo debía ayudarlo con su cabello y se iba, pero cuando TaeHyung ayudaba al menor demoraban demasiado y el rubio tardaba aún cuando él ya había salido. Un día que pasó a ver, los encontró jugando y pensó en cómo su novio podía jugar como un niño y actuar como un adulto responsable un tanto después.

— Saldremos de compras hoy, Minie — humedeció las hebras con cuidado.

La parte seca de la cola se crispó al escucharlo.
Cuando JungKook le dijo que se quedaría con él, inmediatamente pensó que podría pasar el día entero sobre su mayor en la cama mientras este acariciaba sus orejitas.

La idea de salir lo asustaba. Temía salir y encontrarse con cualquiera de los tipos que se aprovechó de él y que lo reconociera.

— ¿Y si veo a uno de ellos? — había miedo en sus orbes café.

Comprendió a lo que el menor se refería. Sonrió mientras hacía espuma en su cabello para lavarlo.

— Saldremos de ahí e iremos a otro lugar — limpió el jabón de su frente antes de que le entrara al ojo —. Que la gente mala no te prive de las cosas buenas.

Enjuagó con cuidado. El menor se quedó callado después de lo que le dijo y esperaba que fuera porque lo convenció.

— Después podríamos ir por un helado — sugirió con una sonrisa mientras se ponía de pie.

Cuando cerró la puerta detrás de él escuchó a JiMin murmurar:

— ¿Qué es un helado?

...

JiMin vestía unas bermudas y una camiseta ancha, una chaqueta de mezclilla donde su cola iba oculta dentro de la camisa. Usaba un gorro negro de Jeon para ocultar sus orejas, unos tenis tres tallas más grandes que su pie.
El castaño quedó sin aliento, el menor lucía jodidamente bien con toda la ropa oversized y relajada.

Andaban por los pasillos del centro comercial, entraron a una tienda y JiMin señaló con emoción una pantalla grande donde se veía a JungKook posar con otro tipo la ropa.
Y esa era la razón por la que estaba ahí, tenía descuento en ese lugar por ser parte del pago.

Pasearon por los estantes y el híbrido se detuvo frente a unas camisas de manga larga rayadas, miró al mayor, él le ayudo a buscar su talla y la cargó por él.
Así siguieron por un rato, terminaron con varias camisas y dos pantalones holgados, para JiMin y una camisa que llamó la atención de Jeon.

Lo dirigió a los probadores, la trabajadora los acomodó por separado pero hicieron caso omiso y entraron al mismo, pues al rubio le costaba trabajo ponerse la ropa.

Desnudó el torso de JiMin y ayudó a que se probara todas las camisas, descartaron una que al final no le gustó.
El híbrido se quitó las bermudas sin preocuparse en ponerse de vuelta la camisa que llevaba.

JungKook espero a que por su cuenta se probara uno de los pantalones. Terminó enternecido cuando el menor tuvo problemas en acomodarlo pues quedó con una pierna de la prenda torcida.
En cunclillas, acomodó la tela, abrochó y subió la cremallera.

De la cintura le quedaba grande y eso ayudaba a que no incomode a JiMin por su cola, aunque los pantalones no se caerían gracias a que su trasero apenas cabía.

El rubio al terminar de probarse toda la ropa esperó a que su mayor probara la camiseta.
Decidió dejarla porque esta a pesar de ser la talla más grande seguía apretando en su cintura y no necesitaba que TaeHyung intentara tirárselo en un baño público porque le ponía.

— A mí me gusta como le quedaba la camiseta — opinó tímido.

— A mí también, pero créeme que afectaría a Tae — sin entender a lo que se refería, asintió.

Una vez ya pagado, se dirigían a la salida cuando JiMin frenó en seco y se negó a pasar por ahí.
Un hombre grande discutía acaloradamente con otro, según la credencial era el gerente y supuso que el otro sería un cliente inconforme. Se preguntó si al menor le asustarían las discusiones. Su mano se vio estrangulada por la más pequeña y notó el pánico en los orbes ajenas.

— Él... — musitó con un hilo de voz.

A Jeon le hirvió la sangre al darse cuenta de que aquel imbécil lastimó al menor a su lado. Deseaba lanzarse a él y molerlo a golpes, cosa que le sería sencilla por su experiencia en peleas desde que iba en secundaria.

No pudo.

Ver al híbrido temblando lo hizo olvidar ese plan y por más rabia que le diera debía sacarlo del lugar.

De todos los lugares, tuvo que atinar a donde un imbécil trabajaba.
Cayó en cuenta de que nunca tendrías la certeza de que las personas que ves en la calle no son perversas, es tan sencillo esconderse tras la fachada de un alguien honorable que era difícil saber quiénes son en realidad.

Anticipar lo del helado no era mala idea.
Guío a un callado JiMin a su establecimiento favorito y lo acercó al congelador donde estaban las nieves.

— ¿Cuál se te antoja?

JiMin se decidió buscando el más apetitoso ya que no entendía lo que decían esos pequeños letreros que tenían encima.
Señaló una rosada con varias cosas adentro.

— Una de frutos rojos y otra de... chocolate — ordenó a la chica detrás del mostrador.

Con una sonrisa, tendió el primer cono y el rubio lo recibió impresionado. Era algo alucinante para él ver la cosa rosa que antes estaba en el bote hecha bola encima de algo raro.
Su olor e imagen lo hizo salivar.

Divertido con la expresión del híbrido, lo llevó a sentarse a uno de los sillones del lugar.

— Saca la lengua — instruyó al ver que intentaba morderlo. Con su mano sobre la más pequeña, deslizó el postre por la lengua ajena —. Así.

Abrió los ojos de más al tener esa sensación por primera vez.
Era frío y sólido pero cuando estaba en su boca se hacía líquido y la dulzura lo embargó, amó lo mágico que era.

...

Volvieron a casa después de comprarle unos tenis de su talla y ropa interior.

JiMin no cabía de fascinación por las cosas nuevas que descubrió ese día. Lo hicieron olvidar por completo el contratiempo del tipo en la tienda de ropa.

Cuando TaeHyung llegó, le mostró las cosas nuevas y le contó sobre su día con la ilusión de un niño. Ambos adultos deseaban mostrarle todo lo lindo del mundo y que fuera feliz de verdad.




EDITADO

Nana~

Our hybrid ||VKookMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora