Diecinueve

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Estaba amaneciendo cuando el híbrido despertó por el movimiento. Sus mayores ya estaban vistiéndose en silencio, se sentó en la cama para espabilar pronto. Entonces JungKook notó que estaba despierto y se arrojó hacia él, cayendo ambos en el colchón, abrazándose casi instantáneamente. JiMin no pudo silenciar su risa cuando el contrario comenzó a besar desordenadamente su cuello con la intención de hacerle cosquillas. El rubio comenzó a vestirse, siendo acompañado por TaeHyung, pues el castaño salió a ayudar a la señora Kim a preparar el desayuno.

Salieron tomados de la mano, soltándolas apenas llegaron al comedor para evitar ser vistos por HyoJin, quien en seguida notó raro que salieron juntos. Ayudaron a poner la mesa y se sentaron a desayunar en una calmada plática en la que el menor no se veía incluido al no poder entender la mayoría de las cosas de las que hablaban.

— Ven conmigo —le llamó TaeHyung antes de salir de la casa. Le tendió una canasta y lo guio hasta el gallinero.

Esperó a que el azabache abriera la puerta con cuidado, le dejó entrar primero y cerró detrás de él. Su mirada se vio atrapada por las cosas ahí dentro. Eran muy extrañas. Se acercó demasiado con la intención de tocar a una de las gallinas cuando esta aleteó agresivamente, provocando que el híbrido se echara hacia atrás y pegara ambos brazos a su pecho asustado. Volteó a ver mal al mayor cuando se rió.

— Las gallinas no te harán nada si no las asustas —le explicó.

Demostró su punto acercando su mano lentamente y acariciando el costado de una, luego metió la mano entre la paja y sacó un par de huevos para ponerlos en la canasta que el rubio cargaba. Le dejó intentarlo, pero a pesar de la lentitud con la que JiMin lo hizo, el animal se volvió a asustar.

— Creo que sienten que eres un gato —buscó una explicación. Las gallinas estaban acostumbradas a ser tocadas, incluso por niños pequeños que solían ser toscos accidentalmente y siempre se mantenían tranquilas.

Terminaron de recolectar los huevos y al salir TaeHyung llevaba algo entre sus manos que JiMin no podía ver qué era hasta que se detuvo y le pidió que dejara la canasta en el piso.

— Extiende tus manos —cuando JiMin lo hizo, dejó un pequeño pollito amarillo entre estas y lo ayudo a sostenerlo bien para que no fuera a dejarlo caer por accidente.

— Es tan bonito —soltó con fascinación, lo acercó a su rostro para verlo mejor y sentir las suaves plumas contra su rostro.

Se sentaron en el césped un rato, mientras el híbrido jugaba con el pequeño animalito. Podía dejarlo en el pasto y el pollito encontraba la manera de subir a los muslos de JiMin. Le costó trabajo dejar al pollito de vuelta en el corral, pero finalmente lo hizo luego de dejar un besito en su cabeza. Kim miraba con ternura la forma en que el híbrido trataba con tanto cuidado a la pequeña criatura.

— Me gustan los pollitos —concluyó para el mayor, TaeHyung sólo rió y le dio la mano para llevarlo de vuelta a la casa.

— Ve a lavarte las manos —pidió mientras él lavaba los huevos antes de acomodarlos en la nevera.

...

Estaba sentado en la mesa del comedor sin saber qué hacer. TaeHyung tuvo que salir a comprar algo y JungKook estaba en algún lugar desde la mañana. Quería salir a acariciar todas las plantas que pudiera, pero no sabía si era correcto andar por ahí sin alguno de sus mayores.
El asiento a su lado fue ocupado por la mujer y frente a él se posó un vaso con té helado. Ella lo miraba seria y una ceja levantada.

— Cariño, no sé qué piensan esos tontos creyendo que me creeré todas sus mentiras —se refirió a su nieto y a Jeon—, pero confío en que tú me dirás toda la verdad ahora.

— ¿Toda? —cuestionó tímido, recibiendo una afirmación por parte de HyoJin.

Meditó un poco, cuando nadie apoyó a sus mayores, ella sí lo hizo, entonces podía confiar en ella ¿No? Llevó las manos al gorro y se lo retiró con lentitud, dejando a la vista sus orejas. Mordió sus labios nervioso al ver el gesto totalmente sorprendido de ella al verlo.

— ¿Eres una clase de demonio? —preguntó confundida.

— No —respondió sin saber qué era un demonio—, yo soy un híbrido de gato —la corrigió.

— ¿Cómo se conocieron? —dio un sorbo a su vaso, asimilando toda la información. Nunca creyó que cuando ella preguntó recibiría esa clase de confesión, sinceramente no sabía qué esperaba, pero obviamente no eso.

— JungKook me rescató, pero ellos creían que sólo era un gato. Me descubrieron —rascó su cabeza avergonzado.

— ¿Puedes convertirte en gato? —inquirió sorprendida nuevamente cuando recibió una confirmación—. Un día esos tontos van a matarme —murmuró para sí misma.

— ¿Por qué? —soltó con inocencia el menor, obteniendo una risita por parte de HyoJin, quien retiró lo dicho.

Terminó invitando al menor con ella al sembradío de fresas para ir a recolectar algunas para preparar panes de arroz. HyoJin observaba el cuidado con el que el menor trataba las plantas y cortaba las fresas que ella le decía. Algo en el rubio le recordaba a un TaeHyung de seis años preocupándose por no lastimar a las plantas y preguntar si no les dolía cuando les quitaban las frutas, entonces notó a JiMin descalzo y supo que eso era definitivamente culpa de su nieto.
Cuando fueron suficientes regresaron a la casa, obligó al híbrido a lavarse los pies antes de entrar para no ensuciar con tierra el piso de la casa.

Mientras preparaban la masa, JiMin prestaba atención a todo y obedecía al pie de la letra todas las instrucciones de HyoJin. Ambos estaban ocupados para notar a JungKook viéndolos trabajar. El castaño casi muere al ver sin el gorro al híbrido, pero inmediatamente supuso que la señora Kim hizo que JiMin lo dijera, por lo que se sintió aliviado de que todo estuviera bien.

— ¿Qué están haciendo? —preguntó tomando una de las fresas, las cuales ya estaban limpias y desinfectadas.

— Panes de arroz —dijo JiMin emocionado mientras la mayor lo miraba con una sonrisa.

— Cuando llegue TaeHyung voy a patearles el trasero a los dos —amenazó HyoJin con seriedad.







Nana~


Our hybrid ||VKookMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora