Diez

14.4K 1.5K 379
                                    

Despertó al notar las manos de JungKook mover sus brazos para deshacer con cuidado el abrazo para poder levantarse a arreglarse. Su intento por no despertar al híbrido falló, JiMin siempre despertaba en cuanto debía salir de la cama. Forzándose a mantenerse despierto, veía a JungKook arreglándose para irse a la universidad, se esforzaba por no pedirle que se quedara a abrazarlo un poco más, pero las ganas de estar con él lo vencían.

— KooKoo — entró al baño llamándolo.

El castaño lavaba sus dientes cuando el rubio entró con los labios abultados para abrazarse a su espalda y restregó su mejilla para calmarse un poco. Estaba seguro que podría pasar la eternidad abrazado al castaño, amaba que siempre estuviera calentito. 

—¿Qué tienes, bebé? —secó su boca luego de enjuagarse. Giró para envolver con sus brazos el menudo cuerpo y besar con ternura la coronilla de su cabeza.

— ¿Por qué te vas tan temprano siempre? —preguntó tímido, sentía muy poco el tiempo que compartía con él.

— Porque tengo que ir a la escuela —respondió—. Esta semana llegaré temprano —consoló con una sonrisa. Ver el brillo por la ilusión adornando los bonitos ojos del menor le hizo sentirse culpable por estar demasiado tiempo fuera, entonces recordó todas las veces que TaeHyung le pidió que volviera temprano y de último momento debía hacer algo. 

Revisó la hora y tenía seis minutos antes de que su amigo fuera a recogerlo, aprovechó para regresar a la cama. Consiguió ser él quien quedara en medio, JiMin se acurrucó en su pecho para aprovechar cada segundo con el castaño. Despertó al azabache y lo hizo abrazarlo. Sonrío al tener a los dos cerca, besó ambas coronillas, deseando quedarse así por el resto del día.

— Ya debo irme —avisó con pesar al escuchar su celular vibrar, siendo obviamente su amigo quien estaba llamando—, los quiero mucho —besó a ambos en la frente, dejando reposar sus labios por largos segundos en cada uno.

Aprovechando que estaban despiertos, los dos acompañaron al castaño a la puerta para despedirlo con cariño. No regresaron a la cama, prefirieron servirse de desayunar y pasar el tiempo en el sillón. Se apuraron a terminar de comer para regresar a la cama con la intención de acurrucarse por el tiempo que le quedaba al azabache antes de tener que alistarse para trabajar.
Disfrutaba acostarse encima de TaeHyung, en cualquiera de sus dos formas, pues los movimientos de su respiración le calmaban. 
Llegó el momento en que JiMin sabía que se quedaría solo, prefería cambiar de forma antes de que el mayor se fuera. Perseguía al azabache y se cruzaba entre sus piernas para hacerlo fastidiar, pues siempre terminaba cargándolo para evitar caerse.

— Debes dejar de pasar entre mis piernas, puedo pisarte por accidente — comentó como todos los días mientras lo dejaba en el suelo —. Koo llegará a tiempo. Nos vemos más tarde — besó la pequeña cabeza y lo depositó en el suelo.

JiMin saltó al sillón y se convirtió para acostarse a lo largo del sillón, sin importarle estar completamente desnudo, se estiró para obtener descanso y suspiró pesadamente al relajar nuevamente todos sus músculos. Solía aburrirse demasiado mientras esperaba el regreso de sus mayores, de pronto el sonido del metal contra metal hizo que el híbrido se sobresaltara y se convirtiera, preocupado por la hora en que alguien entraba. Se escurrió debajo del sofá para esconderse. Reconoció al hombre que cruzaba la puerta. SeokJin llevaba una mochila de lado en donde metió sus llaves.

— No te dijeron que vendría, ¿verdad? — comentó a juzgar de la forma en que había estado escondido bajo el sillón —. Aquí espero a que te arregles.

Observó al felino dirigirse a la habitación de sus amigos y la puerta cerrarse unos instantes después.  Acomodó sus cosas en la mesa para prepararse para enseñar al menor, pegó un pliego de papel con todos los caracteres del Hangul, separando las vocales, consonantes y los conjugados. Apareció a sus espaldas el rubio, con una camiseta en la mano y la mirada avergonzada, pidiéndole ayuda para ponerse la camiseta. No pudo evitar sonreír mientras lo ayudaba. Una vez ya sentados en la mesa, se dedicaron a repasar el sonido de cada uno de los caracteres varias veces. JiMin veía maravillado todas las líneas que por fin podría comprender, notó flechas rojas en distintas direcciones y supuso que dictaban el orden en que se escribe cada una. Pasaron un largo rato repitiendo el sonido, le ayudo a plasmarlas por su cuenta en el papel de su libreta, pasando unos minutos más enseñándole a sostener el lápiz, para que practicara.

Our hybrid ||VKookMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora