Our hybrid ||VKookMin||

Dos

Era temprano en la mañana y TaeHyung se levantó de la tibia cama para prepararle el desayuno a su novio, una costumbre que adoptó desde la primer semana en que se mudaron a vivir juntos, había veces en las que Jeon llegaba a la cocina y lo seguía por toda la cocina mientras lo abrazaba por la espalda e insistía por que volviera a la cama.

Sintió que su alma salió de su cuerpo por microsegundos por el susto de ver a alguien acostado en su sillón, desnudo, con un par de orejas felpudas y una larga cola descansando estática en el cojín. Sin hacer ruido regresó a su habitación, no estaba seguro de cómo decirle a JungKook que las historias sobre personas con características de animales, siendo así orejas y cola, eran reales.
Sacudió a JungKook y llevó su índice en su lado para que no se le ocurriera hacer ruido, asustándolo completamente, haciéndolo cuestionarse si alguien entró al departamento.

Acerca su boca a la oreja para susurrarle:

— Ayúdame a cerrar todas las ventanas y puertas —la confusión se plasmó en el rostro de Jeon, se preguntaba qué clase tontería hizo su novio—, no te asustes — advirtió —, el gato no es precisamente un gato, es un híbrido y está en el sillón dormido. Cuando lo despertemos se va a asustar y se va a convertir e intentará huir, ahora ayúdame.

Era demasiada información para digerir normalmente, así que JungKook recién levantado no entendió ni una mierda, de todas formas le hizo caso y lo siguió fuera de la habitación pisando suave y lento, cerrando la puerta del cuarto y del baño, mientras TaeHyung cerro la ventana de la sala para limitarle los escondites.
Decidieron que sería mejor que JungKook se acercará a despertarlo ya que ha convivido con él más tiempo o, mejor dicho, TaeHyung le dijo que se acercara por la misma razón y el castaño obedeció medio dormido.

Nervioso, el castaño llevó su mano izquierda hasta su cabello y se sentó en la orilla del sillón, comenzó acariciando con delicadeza los cabellos de su nuca y fue subiendo a una de sus orejas, lo sintió ronronear bajo su tacto. Mientras, el híbrido disfrutaba de los cariñitos, ajeno a que durante la noche no regresó a su forma animal. No fue hasta que abrió un poco los ojos y vio de soslayo su propio cuerpo.
Cambió de forma para facilitar su huida, corrió hasta el baño y la puerta estaba cerrada así como la de la habitación, su última opción fue meterse bajo el sillón donde durmió. Los mayores ya esperaban esa reacción, por lo que está no fue una sorpresa.

— ¿Tú lo resuelves? — recibió un asentimiento —. Prepararé el desayuno —besó su sien antes de ir a la cocina.

Jeon se acostó de lado en el suelo, mirando al gato, que se arrinconó pegado a la pared, lo miraba a la defensiva, dispuesto a correr si trataba de sacarlo de ahí. Duraron largos segundos mirándose a los ojos, los orbes del felino llenos de temor apreciaban los contrarios, apreciando los bonitos grandes ojos que podrían hacerte sucumbir ante cualquier petición.

— No me esperaba que fueras un híbrido — decidió que hablarle sería una buena manera de que confiara para salir —, eso hace que me preocupe que hayas saltado del auto. ¿Te hacían daño donde estabas? Si es así, puedes confiar en que no dejaremos que vuelvas ahí...

El gato sentía algo estrujarse en su corazón, ver los ojos con auténtica preocupación y sus palabras consolantes estaban llegando a lo hondo de su ser, no cedería, no sé arriesgaría a que sean mentiras... aunque se veía tan serio que no creía de que fuera un mentiroso. Debía resistir, muchas veces confió en personas que parecían buenas y terminó herido físicamente.

— No debes convertirte si no quieres, sólo sal de ahí, tampoco nos acercaremos si no quieres.

Poco a poco se acercaba a la orilla, desconfiado aún. Paró en seco al ver que JungKook estiraba su brazo y lo dejaba cerca de él con la palma hacia arriba.
Tocó con su pata un par de veces para asegurarse que no cerraría la mano y tiraría de él para sacarlo. Jeon la dejó ahí, después de que el minino se acurrucara junto a su brazo se atrevió a acariciarlo.