Diecisiete

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Iba en el regazo de SeokJin mientras esté conducía. De alguna forma el mayor convenció a la pareja de que JiMin pasara un día con él, al final la decisión la tuvo el híbrido. Estaba un poco asustado de salir sin Jungkook o TaeHyung, pero finalmente aceptó porque el mayor era demasiado lindo con él.
Decidió ir en su forma animal ya que le daba más seguridad que tener que estar escondiendo sus orejas y cola con ropa.

Al llegar, el mayor tomó una mochila con las prendas para cuando cambiará de forma dentro de la casa y lo cargó hasta entrar.
Avisó su llegada y guio a JiMin a un cuarto donde podría vestirse. Cerró la puerta y fue a la sala.

El híbrido salió con timidez, fue al comedor y se escondió detrás de SeokJin para poder ver al hombre sentado a un lado de la mesa con dos montones de hojas. Cuando notó la presencia del rubio se puso de pie para saludarlo, intimidándolo con su estatura.
JiMin se preguntaba cómo era posible ser más alto que SeokJin.

— Hola — se puso a su altura —, soy NamJoon — le tendió la mano para saludarlo.

Sonrió cuando JiMin tocó con su índice la mano, sin estar seguro de lo que debería hacer. El menor desvió su dedo para tocar con curiosidad el hoyuelo en su mejilla.

— Soy JiMin — se presentó retirando su dedo.

...

SeokJin fue a la cocina para preparar algo para comer. En cuestión de minutos JiMin decidió que seguiría a NamJoon por el resto del día. Lo acompañó mientras calificaba trabajos y mientras hacía el programa de futuras clases —haciendo preguntas sobre cualquier cosa mientras—.
A pesar de su estatura, parecía un niño pequeño siguiendo a su papá, haciendo sentir a SeokJin tristeza de poder completar su familia. Intentaron adoptar, pero les pusieron tantas trabas estúpidas que una trabajadora les comentó que no lograrían llegar a nada porque su petición fue rechazada por ser dos hombres pero no podían negarselos oficialmente para evitar denuncias.

— ¿Por qué son de colores? — preguntó JiMin sacando los lápices de la colorera y esparciéndolos en la mesa — ¿Pintan de ese color?

NamJoon sacó de su mochila un cuaderno y lo abrió en la última hoja y lo dejó enfrente del menor, invitándolo a que lo comprobara por su cuenta.
El rubio rellenó los cuadritos con un color diferente, así llenó la hoja, guardando silencio por un largo rato. Rompió las puntas a propósito un par de veces para usar el sacapuntas, le impresionaba como volvía a quedar la punta, para él era magia.

SeokJin admiraba su paciencia, cada cosa que sacaba o utilizaba para trabajar venía con varias preguntas y su esposo las respondía todas con calma. Debía estar acostumbrado al trabajar con niños de primaria.

— Recoge — pidió a su esposo acariciando su cabello un par de veces antes de ir por la comida. JiMin fue detrás de él para ayudarle, le entregó los platos servidos uno por uno para que los llevara a la mesa.

...

Decidieron salir a algún lugar para aprovechar el domingo antes de volver a sus labores de entre semana. Fueron a una plaza para comprar ropa que les hacía falta y reponer algunas cosas que se rompieron en un descuido. Ese era el plan.

Estacionaron el auto y SeokJin le tomó de la mano al menor para cruza la calle y entrar.
Apenas cruzaron la entrada notaron lo abarrotado del lugar, probablemente varias tiendas tenían buenos descuentos y promociones. Sólo avanzaban por los pasillos cuando JiMin frenó y se abrazó con fuerza al cuerpo del mayor.
Era demasiada gente, demasiado ruido, demasiados empujones. Sentía que entraba en pánico y en lo único que pensaba era en huir de ahí y esconderse en un rincón.
Tenía una sobrecarga sensorial.
Era difícil la transición de un encierro permanente a sentirse asfixiado por una multitud.

— Vámonos de aquí, por favor — rogó con urgencia a SeokJin.

Terminó apretando los brazos contra su cuerpo con la intención de hacerse más pequeño. Sus pies perdieron el contacto con el suelo cuando NamJoon lo cargó para salir más rápido, preocupado al verlo moverse casi hecho bolita, buscando contenerse a sí mismo para darse seguridad.

— ¿Qué pasó? — se interesó el más alto.

JiMin se aferraba con sus brazos y piernas a él con mucha fuerza, sus muslos comenzaban a calar contra sus costillas por apretarlo.

— ¿Por qué hay tantas personas? — su voz salió rota y temblorosa.

Pasar toda su vida en un aislamiento total dejaba graves secuelas. Descubrir cosas cotidianas para los demás era algo mágico para él, pero no todo era miel sobre hojuelas, siempre quedaban secuelas del trauma. Una gran masa de personas lo ponían nervioso, era manejable con el apoyo de JungKook, eso siempre y cuando su espacio personal fuese respetado en todo momento.

— ¿Estaría mejor un lugar menos concurrido? — ofreció su profesor, dándole la mano cuando finalmente cedió su agarre a NamJoon.

Fue así como pasaron de un centro comercial a un supermercado para comprar la despensa.
JiMin se sentó en la cesta del carrito apenas se alejaron de la entrada y de la vista de los empleados. Señalaba objetos y algunos alimentos al azar para preguntar por ellos y recibir las pacientes respuestas de los mayores. Poco a poco el espacio fue reduciéndose por los productos y al híbrido no le quedó de otra más que bajarse.
Tomado de la mano del más alto para no perderse iba echando al carrito lo que SeokJin le indicaba.
A los mayores les sorprendía la actitud alegre del menor por algo tan rutinario como comprar despensa.

Regresaron a la casa y el rubio se ofreció a guardar las cosas en si lugar, no aceptó una negativa en respuesta.
Terminaron y sus mayores le dijeron que verían una película.

— ¿Te gusta el helado, JiMin? — preguntó SeokJin desde la cocina y recibió una energética afirmación.

JiMin debía decidir que verían, NamJoon le mostró cómo funcionaba el control de la televisión y abrió la plataforma de películas.
Por supuesto acabaron viendo una animación infantil, al menos una buena.
Apenas iba por la mitad cuando la cabeza del menor se cayó en el costado de SeokJin por estar dormido.

Poco después llegó TaeHyung para recoger al híbrido, lo cargó para no despertarlo y agradeció a sus amigos por cuidar de JiMin e interesarse en darle cariño.
JiMin tenía a cuatro adultos velando por su bienestar y deseando darle lo más bonito del mundo.

— TeTe — le llamó el menor desde el asiento trasero. Frotaba sus ojos para espantar el sueño — ¿Al llegar a casa pueden darme cariñitos? Los extrañé.

— Haremos lo que quieras porque también te extrañamos — concedió con cariño.








Creo que todes tenemos claro que JiMin siempre será el bebé de NamJoon 🥺


EDITADO

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