Treinta

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Maratón 2/3

SeokJin suspiró agotado cuando perdió la atención del menor por enésima ocasión, parecía haber algo más importante ocupando sus pensamientos. Cerró su libreta y se apoyó en la mesa mirando al híbrido en espera de que se diera cuenta del silencio. Cuando JiMin lo notó se encogió de hombros apenado por haberse perdido de nuevo, se disculpó e insistió en que no sucedería de nuevo. El mayor negó un par de veces, interesado en saber qué ocupaba espacio en la cabecita de su alumno.

— ¿Cree que sea posible que yo vaya a una escuela? —indagó nervioso, jugando con sus dedos.

Meditó en silencio la posibilidad de lograr ingresar a JiMin a un instituto, después todo el papeleo necesario, además de hacer exámenes para acreditar conocimientos de educación básica y media superior, pues por su edad no lograría entrar a una preparatoria.— Será algo difícil, pero no creo que sea imposible —sujetó una de las manos ajenas para demostrarle su apoyo acerca de su petición—. Lo más probable es que puedas entrar, pero sólo a una carrera.

— Universidad como JungKook ¿no?

— Sí —confirmó aún pensando en todos los movimientos que debería hacer para conseguir los documentos— ¿Sabes qué te gustaría hacer? —se interesó. Nunca pensó en que el menor quisiera estudiar una carrera.

— Maestro —contestó con timidez—. Igual que NamJoon y tú —le gustaba lo que sus mayores hacían, la paciencia y habilidad de hacer ver sencillo un tema complicado, el enseñar algo desconocido a las personas. Los ojos de SeokJin se humedecieron al escucharlo y su corazón se aceleró, era demasiado lindo para él.

— Y-y... ¿A quiénes te gustaría darle clases, JiMin? —tartamudeó un poco por la ilusión, preguntándose si así se sentían los padres cuando sus hijos decidían seguir su profesión.

— Con niños —respondió sonriente al imaginar su futuro.

— ¿Te gustaría ir con NamJoon que veas cómo es dar clases? —ofreció, ya que de alguna forma ayudaría a su menor a saber si de verdad le gustaría dedicarse a eso. JiMin apretó su mano con felicidad y dió golpecitos rápidos al suelo con sus pies al asentir—. Yo le digo y te aviso —prometió con la seguridad de poder cumplir—. Para eso necesitas acreditar exámenes, por lo que tenemos que seguir con las clases y trabajar duro ¿De acuerdo?

— Sí, me voy a esforzar —aseguró bajo la mirada orgullosa del contrario. Sus ojitos se abrieron impactado cuando recibió un beso en su frente y no supo por qué le entraron ganas de llorar.

— Todo va a salir bien, niño —lo nombró con cariño— ¿Ya les contaste a TaeHyung y a JungKook? —JiMin negó, era a la primera persona que le expresaba su deseo de estudiar. Le pidió que hablara con ellos para agilizar todo el proceso, ayudándole a investigar la forma de hacer los trámites necesarios.

...

TaeHyung regresó al departamento con una pequeña caja de cartón adornada por un moño rojo en las manos, la notó cuando casi la tira al arrojarse a su mayor, se encargó de obtener un beso antes de investigar qué había en la cajita. El azabache se la dió con una sonrisa, era una caja de galletas que les dejó Mina. Ella y ChaeYoung regresarían a Japón esa noche. JiMin se encargó de ser alzado por su mayor, enrolló sus piernas en su cintura y apenas abrió la boca para hablar, las palabras se quedaron atoradas en su garganta por culpa de la mirada intensa de TaeHyung. Sus manos escalaron hasta las mejillas, repartió tiernas caricias sin desvíar su atención de ese par de ojos marrones que parecían ver a través de él. Atrajo ligeramente a su mayor para unir sus labios, dejó ir su rostro para poder enredar sus deditos entre los cabellos azabaches.

Our hybrid ||VKookMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora