Our hybrid ||VKookMin||

Ocho

JiMin temblaba bajo la mirada preocupada del castaño, deseaba poder controlar su cuerpo y detenerse de una vez, ser capaz de calmar su corazón acelerado y dejar de sentirlo en la garganta. Le asustaba tanto que un desconocido —para él— invadiera su lugar seguro.
Cansado de no saber qué hacer, JungKook hizo lo que creyó mejor. 
Haló del menudo cuerpo y lo envolvió en un cálido abrazo, restregó su mejilla en los cabellos rubios de su coronilla cuando estos le dieron cosquillas.

— Vamos, JiMin — acarició la suave cabellera —. Respira hondo un par de veces — le animó con miel en la voz.

El nombrado de inmediato acató la instrucción, respiraba a la par del mayor —quien le estaba poniendo el ejemplo— y pareció funcionar. Estar enterrado en el fornido pecho del mayor con sus brazos roseando su espalda le daba más tranquilidad, podía escuchar los latidos ajenos, arrullándolo como una canción de cuna.

— Es un amigo, no te hará daño —le aseguró.

No dudaba de que lo que ambos mayores estuvieron diciendo de su amigo fuese verdad, ellos nunca harían nada para dañarlo, al contrario, lo protegían demasiado. Sólo le intimidaba la idea de no saber qué estaba haciendo ahí, especialmente tener que salir de aquel cuarto cuando llegara.
...

TaeHyung abrió la puerta para su amigo una vez escuchó los tenues golpes sobre la madera, se saludaron con una sonrisa, tenían bastante tiempo sin verse debido a sus ocupaciones. SeokJin preguntó por Jeon cuando entró y el menor no estaba tratando de pegarle. Podía comportarse como un adolescente junto a JungKook.
Sentados en el sillón, SeokJin se deshizo de su abrigo para ponerse cómodo luego de una larga jornada de clases. Esperaba con poca paciencia a que su amigo hablara, no comprendía la necesidad de tanto misterio al pedirle que los visitara.

— ¿Sigues dando tutorías? — inició el azabache luego de preguntarle por su estado y el de su pareja con genuino interés por el tiempo sin verse.

— Sí, pero no tanto como antes —respondió luego de escrutar al contrario en un intento de averiguar el rumbo de la conversación.

— Quiero contratarte para algo así —soltó decidido a no darle tantos rodeos al asunto.

— ¿Para JungKook? — levantó las cejas confundido —. Él pudo habérmelo dicho. Además en su propia universidad debe haber maestros que lo hagan.

TaeHyung suspiró un poco, llamando la atención del otro y lo miró confundido, entonces inquirió:

— No es para JungKook — a pesar de afirmarlo, recibió un no por respuesta — ¿Quién?

— Hay un chico, tiene 19 años. Es algo un poco complicado...

SeokJin quiso golpear su rostro con su mano, exasperado, tuvo que morder el interior de su mejilla para no decir algo que iniciara una discusión.
¿Qué carajos tiene su amigo con los menores?

— Más que tutorías, es algo como clases privadas para él...

— ¿Y sus padres? —lo interrumpió. Echó su cuerpo hacia delante, apoyando sus brazos en sus muslos para sostenerse.

— No están presentes —respondió tajante, eran obvias las intenciones del contrario—. Escucha, no sé qué estás pensando, pero estoy seguro que estás equivocado —alzó su dedo índice en dirección al contrario cuando lo iba a interrumpir—. Nunca ha ido a una escuela y estoy seguro que él no aceptaría eso. No sabe ni siquiera leer o escribir.

— ¿Por qué no? Podría gustarle ir a la escuela y tener amigos —insistió pensando que, como cualquier adolescente, disfrutaría de eso.

— Es víctima de abuso sexual, tiene miedo, Jin —le confió el pasado del híbrido en un susurro y con los ojos húmedos— Pasó toda su vida en cautiverio.