Como hemos visto en el capítulo precedente, ninguna vida puede ser libre y segura, armoniosa y satisfactoria, a no ser que esté edificada sobre los principios de la justicia y del juego limpio. El primer requisito de la justicia es una libertad y oportunidad iguales.
Bajo el gobierno y la explotación no puede haber ni libertad igual ni oportunidad igual; de ahí surgen todos los males y trastornos de la sociedad actual.
El anarquismo comunista está basado en la comprensión de esta verdad incontrovertible. Está fundado en el principio de la no invasión y de la coacción; en otras palabras, está basado en la libertad y en la oportunidad.
La vida sobre una base así satisface plenamente las demandas de la justicia. Tú tienes que ser completamente libre y todos los demás tienen que disfrutar una libertad igual, lo que significa que nadie tiene el derecho de obligar o forzar a otra, pues la coacción de cualquier género es una interferencia en tu libertad.
De modo semejante, la oportunidad igual es la herencia de todos. El monopolio y la propiedad privada de los medios de existencia son eliminados, por consiguiente, como una privación de la oportunidad igual para todos.
Si retenemos este simple principio de la libertad igual, seremos capaces de resolver las cuestiones implicadas en la construcción de una sociedad de anarquismo comunista.
Políticamente, entonces, el hombre no reconocerá autoridad alguna que le fuerce o le coaccione. El gobierno será abolido.
Económicamente, no permitirá la posesión exclusiva de las fuentes de vida, a fin de preservar su oportunidad de un acceso libre.
El monopolio sobre la tierra, la propiedad privada de la maquinaria de la producción, distribución y comunicación no se podrá tolerar, por consiguiente, bajo la anarquía. La oportunidad de usar lo que cada uno necesite para vivir debe ser libre para todos.
En resumidas cuentas, entonces, el significado del anarquismo comunista es el siguiente: la abolición del gobierno, de la autoridad coercitiva y de todas sus dependencias, y la propiedad común, lo cual significa la participación libre e igual en el trabajo y en el bienestar general.
«Dijiste que la anarquía asegurará la igualdad económica», anota tu amigo. «¿Significa eso una paga igual para todos?»
Ciertamente. O, lo que viene a ser lo mismo, la participación igual en el bienestar público. Porque, como ya sabemos, el trabajo es social. Nadie puede crear algo por sí mismo, por sus propios esfuerzos. Ahora bien, en ese caso, si el trabajo es social, es razonable que los resultados de él, la riqueza producida, tienen que ser también sociales, pertenecen a la colectividad. Por consiguiente, nadie puede con justicia pretender la propiedad exclusiva de la riqueza social. Tienen que disfrutarla todos igualmente.
«¿Pero por qué no dar a cada uno de acuerdo con el valor de su trabajo?», preguntas.
Porque no existe modo alguno de medir ese valor: Es esa la diferencia entre valor y precio. El valor es lo que vale una cosa, mientras que el precio es aquello en lo que puede ser vendido o comprado en el mercado. Nadie puede decir realmente lo que vale una cosa. Los economistas pretenden por lo general que el valor de una mercancía, es la cantidad de trabajo que se requiere para producirla, la cantidad de «trabajo socialmente necesario», como dice Marx. Pero evidentemente no es una pauta justa de medición. Supón que el carpintero trabajó durante tres horas para hacer una silla de cocina, mientras que el cirujano empleó media hora para realizar una operación que salvó tu vida. Si la cantidad de trabajo usado determina el valor, entonces la silla vale más que tu vida. Un absurdo obvio, por supuesto. Incluso si contaras los años de estudio y práctica que necesitó el cirujano para hacerle capaz de realizar la operación, ¿cómo vas a decidir lo que vale «una hora de operación»? también el carpintero y el albañil tienen que ser adiestrados antes de que puedan hacer su trabajo adecuadamente, pero tú no calcular esos años de aprendizaje cuando los contratas para algún trabajo. Además, también hay que considerar la habilidad y aptitud particulares que debe ejercer en sus trabajos cada obrero, escritor, artista o médico. Eso en un factor puramente individual, personal. ¿Cómo vas a calcular su valor?
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El ABC del comunismo libertario
Non-FictionEl ABC del comunismo libertario es una de las obras fundamentales para comprender el anarquismo. En un lenguaje claro y directo, Alexander Berkman nos muestra los grandes males de la sociedad: el trabajo asalariado, el Estado, la religión, la guerra...