Capítulo IV

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Horacio llegó muy temprano por Henry y su hijo Daniel, iba acompañado de su esposa Marta y su hija Dariana.

Partieron rumbo a un famoso hotel de la ciudad, allí había una oficina de la aerolínea en la que Henry viajaba. Llegaron al hotel e inmediatamente todos se dirigieron a la oficina. Henry se dirigió hasta los mostradores pidiendo información.

-Hola, buenos días, vengo a cambiar la fecha de retorno en mi vuelo. —Dijo él alegremente a la rubia joven del mostrador.

-Buenos días ¿Me permites tu boleto? —Preguntó ella.

-Claro que sí... -Respondió, mientras sacaba el boleto de su bolsillo para entregarlo a la dependienta.

-Ok, ¿Qué día y hora desea su retorno?

-Para el 21 de enero a las 8:20 am.

-Muy bien,  ¿Lo puedo ayudar en algo más?

-No, muchas gracias. —Respondió a la vez que recibía su nuevo boleto.


Se alejó del mostrador para acercarse a su familia.

-Bueno nuevo, ¿hasta cuándo te quedas? —Preguntó su tío Horacio.

-Hasta el 21 de enero. —Contestó con cierta timidez.

-¡¿Qué?! ¿Tan poco tiempo? —Preguntaron todos al unísono.

"¿Qué? Si yo creía que era demasiado" Pensó él antes de responder.

-Claro, yo tengo una casa y unos padres, ¿Sabían eso? —Preguntó de manera divertida.

-Tienes razón, ahora vamos a hacer unas diligencias. —Comentó Horacio.


Salieron del hotel, fueron a un centro comercial buscando unas baterías nuevas para celulares, luego a comer, después a otro centro comercial para buscar unas telas y así pasaron casi todo el día.

Inmediatamente llegaron a la casa, su tía Blanca preguntó...

-¿Cambiaste el pasaje?

-Sí. —Dijo Henry

-¿Hasta cuándo?

-Hasta el 21 de enero tía.

-Una semana y media ¿Por qué tan poco tiempo? —Preguntó sorprendida.

-Tía, es que... -Comenzó a responder Henry, bajando el tono de voz con cierta vergüenza. -...No quiero abusar de tu confianza. Vine fue por poco días y ahora me voy a quedar más tiempo, me da pena.

-Mi amor, si te dije que por mí te quedas a vivir aquí, además todos te queremos mucho y no queremos que te vaya. —Respondió ella con gran cariño.

Henry se sintió muy feliz por esas palabras de su tía, porque sabía que se había ganado todo ese cariño en tan poco tiempo.

-¡Muchas gracias tía! Yo igual los quiero mucho a ustedes.

-Bueno mi amor, cualquier cosa volvemos a cambiar la fecha. —Sugirió con una gran sonrisa.

Él asintió y se quedó conversando con su tía un rato más. Después de eso, los dos se dirigieron al negocio.

Sentado otra vez en el mismo sofá, Henry vio pasar al chico misterioso, su corazón comenzó a latir con fuerza como era costumbre ya, al observarlo se percató de algo...

-"Lleva uniforme de preparatoria, ¡Dios! Es menor que yo y pensaba que era mayor, salí de preparatoria hace 5 años" —Pensó.

Aunque no es que su infantil y muy inocente cara demostrara sus 20 años, en numerosas ocasiones pensaron que él tenía 16 y mentía en lo referente a su edad.

-"Pero aunque sea menor, no deja de parecerme terriblemente atractivo" "Espera... ¿Atractivo? ¿Eso lo pensé yo? Seguro dije "misterioso" y me confundí, debo estarme volviendo loco ya" —debatía Henry en su mente. — "Si tan solo volteara a verme una sola vez... Espera... ¿Para qué quieres que te vea?"

Cuando logró calmar sus pensamientos, ya se encontraba en casa conversando con sus tíos y primos, el día se le había pasado increíblemente rápido.

Cenaron, conversaron y manifestaron su felicidad porque él se quedaría en casa un poco más y de igual forma le hicieron saber, que si quería quedarse mucho más tiempo. las puertas de la casa estaban abiertas para él.

-Henry, ¿Qué quieres estudiar tú? —Preguntó su tía Marta

-Psicología, tía —Respondió de manera alegre.

-Esa la dan en una universidad cercana. —Intervino su tía Blanca, uniéndose así a la conversación.

-Sí, eso estudia tu prima Dana, va por el segundo trimestre. —Continuó la tía Marta

-Ah sí, ella me comentó hace unos días. —Contestó Henry.

-Recuerda que puedes venirte a estudiar aquí, si tú y tus padres quieren. —Dijo Blanca con una gran sonrisa.

-Bueno listo, Horacio, mañana llevamos a Henry para que conozca la universidad- Dijo Marta.

-Claro que sí, mañana llevamos al nuevo para que vea donde va a estudiar. —Respondió Horacio, esposo de Marta.

-¡Está bien! Mañana vamos entonces. —Dijo Henry con gran alegría.


Como respuesta, todos sus tíos se dieron una sonrisa cómplice y asintieron con la cabeza.


Vida normal y aburrida (Yaoi / Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora