Capítulo X

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Narra Hugh:

Pues sí, resulta que el princesito se había ido, cuando supe eso, quedé un poco descolocado sin razón aparente, pero, ya han pasado aproximadamente dos semanas y me he olvidado de todas las tonterías que tenían que ver con cierto personaje.

Cumplí con mi rutina del día de hoy en el gimnasio, por lo que me encuentro caminando en dirección a mi casa, dispuesto a tomar una ducha y dormir un rato.

Cuando despierto, tomo otra ducha, en esta ciudad hace muchísimo calor. Me visto con mi uniforme y parto rumbo a la preparatoria. Un día aburrido, el profesor de matemáticas, explicando ejercicios que nadie entendió, otra hora con el profesor de psicología... ¿Sabían que todos los psicólogos tienen un toque de locos?... en fin, la ultima hora era con la profesora de historia, ella tenía 53 años, algunos la tachan de loca, yo pienso que le pone mucho amor a su clase.

Llego a la casa, y me voy desvistiendo desde la entrada hasta mi cuarto, primero los zapatos, luego la camisa, franelilla, medias y pantalones... al llegar a mi cuarto, ya nada más me encuentro en ropa interior, me envuelvo con la cobija para combatir un poco el frío ocasionado por el aire acondicionado, mi cuarto a veces era un auténtico congelador. Enciendo la televisión, revisando entre canales, esperando encontrar algo bueno...¡El barco fantasma! Mi película favorita, años que no la pasaban en tv, mejor la veo, no puedo perder esta oportunidad.

Después que termina, veo otros dos programas, hasta que escucho a mi madre llamarme desde la sala. Me quito la cobija, me visto con unas bermudas y salgo a su encuentro.

-Dime mamá. –Digo con demasiada pereza.

-Hugh, por favor anda al automercado, ya no hay queso.

-Está bien mamá. –Mejor me hubiera hecho el dormido.

Regreso a mi habitación, me visto con unos vaqueros negros, franela holgada roja y mis zapatos deportivos rojos. No sé porque, pero amo los zapatos rojos.

Salgo de casa sin muchas ganas, pero no me quedaba de otra. Mi mamá se puede poner muy alterada cuando le llevan la contraria, aún si es un asunto menor.

Al menos el supermercado se encuentra solo, no deben haber más de 15 personas entre los pocos pasillos. Voy directo a la charcutería –solo quería irme de nuevo a mi dulce y confortable cama. –cuando me encuentro a escasos 2 metros de mi objetivo, diviso una figura conocida en uno de los pasillos. Mi corazón se agita como si hubiera recibido un gran susto.

"No puede ser, él ya se había ido... ¿Qué hace aquí?" –Pienso cuando reconocí aquella persona. Pero, había algo nuevo en él... ¿Qué le hizo a su cabello?. Llevaba toda la parte superior recogida en una coleta, y lo demás estaba todo rapado, le daba un toque de... ¿Sensualidad?

Naahh... que estupideces se me pueden ocurrir. Por suerte él no se había percatado de mi presencia, decidí seguirlo con la mirada, obviamente escondido entre los estantes. Se dirigió al pasillo de las mostazas, aquel solitario pasillo.

No sé porque, pero cuando lo perdí de vista decidí seguirlo, evidentemente, guardando una distancia prudencial.

Mientras Henry estaba absorto escogiendo entre una u otra mostaza...

-Ésta no, tampoco, menos, marca rara, seguro es mala, ajam ésta es la que ando buscando...

"Já ¿Está loco? Hablando solo" –Pienso de manera divertida.

Al encontrar aparentemente la mostaza perfecta, la guardó en su carrito de compras...

"Aún no ha notado mi presencia, además de loco parece ser demasiado distraído o estúpido"

Vida normal y aburrida (Yaoi / Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora