Capítulo VI

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Después de una hora de vuelo, Henry por fin se encontraba en casa. Decidió dormir apenas llegó.

Cuando despertó, hizo las cosas correspondientes, tales como vaciar su maleta, guardar cada cosa en su sitio, limpiar su habitación y demás deberes.

-Henry, ¿De verdad quieres estudiar en la ciudad de tu tía Blanca? —Preguntó su madre entrando en la habitación.

-Ehm... -Comenzó a intentar responder él, pues, lo había tomado desprevenido. —Sí mamá, sabes que a ti, a mi hermana y a mi papá los amo, pero, de verdad me gustaría estudiar allá, hay muchos primos y nunca me quedo solo, es muy divertido mamá.

-Pues, ya tu tía Blanca nos había comentado todo eso, tu papá y yo estuvimos hablando...

-¿Qué decidieron? —Interrumpió.

-Si no me interrumpes puedo continuar.

-Bueno, sigue. —Contestó mientras formaba un pequeño puchero.

-Decidimos que... -Dejó de hablar mientras imitaba un redoble de tambores con la boca. —Sí, claro que puedes.

-¿De verdad? —Cuestionó con la cara brillante de la emoción.

-Sí, nos vas a hacer falta pero, te visitaremos cada vez que podamos e igual tú tienes que venir.

-Obvio que sí mamá. —Respondió mientras corría para darle un fuerte abrazo acompañado de un beso. -¡Te amo mamá!


Terminó de hacer todos sus deberes y se dirigió a la sala, para ver televisión con su familia.

-¿Entonces te vas? —Le preguntó su hermana enseguida se sentó.

-Sí,  ¿Por qué?

-Me vas a hacer falta idiota.

-Tú igual. —Seguidamente recostó la cabeza en sus piernas.


Así pasaron casi todo el día, él contando las cosas que le sucedieron en casa de su familia, les contó todo, menos lo más importante, sobre aquel chico misterioso, la idea de hacer cualquier información pública referente al chico sin nombre, fue descartada inmediatamente.

Henry, había acordado con su familia viajar en dos semanas nuevamente, pues el día para la prueba de admisión estaba cercano.

En las dos semanas que estuvo en su casa, visitó a sus familiares. Además, todos los días recibía mensajes y llamadas de parte de sus primos Daniela, Dariana, Dana y Jesus, e igual de sus tíos Blanca, Horacio y Marta. Preguntando cuando regresaba, comunicando que lo extrañaban y que lo esperaban pronto. Esto a Henry lo llenaba de gran alegría, porque sentía que de verdad lo querían.

En el transcurso de las dos semanas Henry decidió hacerse un nuevo corte de cabello, rapado a los lados y en la parte de atrás, arriba su lacio cabello largo, el mismo que recogía en una coleta, dándole así un aspecto de chico inocente y sexy a la vez. Primera vez que él se hacía un corte tan diferente.


Dos semanas, pasaron tan rápido que Henry ya se encontraba en el aeropuerto, esperando que su tío Horacio lo recogiera. Luego de 15 minutos, ya se encontraba en el carro, conversando alegremente con él.

-Henry, hasta que por fin llegaste, ¿Pasaron dos meses? —Dijo Horacio.

-jajaj si eres exagerado tío, pasaron solo dos semanas. —Contestó de manera divertida Henry.

-Allá en la casa están todos emocionados esperándote.

-¿De verdad? —Preguntó mientras sentía sus mejillas arder.

-Sí, ya verás. Por cierto y... ¿Ese nuevo corte de cabello?

-Ah, lo vi en un canal chino y como tenía el cabello largo, aproveché de hacérmelo. —Respondió Henry.

-Mira, yo también me lo rapé —Dijo Horacio mientras movía la cabeza, para que Henry viera su corte.

-Ah sí, me di cuenta rápido jaja pero, te lo rapaste completo.

-Claro mijo, ya yo estoy muy viejo para la gracia.

Rieron los dos juntos y fueron conversando por el camino sobre las cosas sucedidas en esas dos semanas.

Cuando llegó a la casa, fue recibido con gran emoción por su familia, a la vez que recibía comentarios sobre cuanto lo extrañaban.

"Yo también los extrañé, no saben cuan feliz me hace que igual ustedes a mí" —Pensaba él.

Las horas se fueron volando, llegó el momento en que irían al trabajo de Blanca.

-Ya me voy al trabajo, me imagino que te vas a quedar aquí en la casa para descansar mi amor. —Le comentó su tía Blanca.

-No tía, yo voy contigo.

-Ah bueno, mejor —Dijo con gran emoción. —Igual allá duermes un rato si quieres.

-Claro que sí tía, ya tu sabes como es.

Los dos rieron luego de ese comentario, para posteriormente ir hasta el local de comida.

Al llegar, estaban pasando la telenovela Teresa, Henry intentó verla, pues le gustaba mucho. Pero, apenas posó la cabeza en el sofá, se rindió en los brazos de Morfeo. Despertó dos horas después.

-¿Ya descansaste corazón?

-Sí tía. —Respondió formando una pequeña sonrisa.

Se frotó los ojos con las manos, enfocando su vista en la calle, cuando su visión aclaró, justo iba pasando el misterioso chico que hacia palpitar cual tambor su corazón. Él iba tomado de la mano con una chica, los 2 iban conversando muy alegremente, como si no hubiera nadie a su alrededor. Henry sintió una gran desilusión, acompañada de una punzada inexplicable en su corazón.

"Oh, tiene novia" —Pensó de manera melancólica. — "Henry, ¿A ti que te importa eso?, ¡Tú no eres gay! Solo que él te llamaba de manera inexplicable la atención, solo eso, nada más"

"Pero, y si es solo eso ¿Por qué eso me hace sentir tan triste?" —Se cuestionó a sí mismo.


Vida normal y aburrida (Yaoi / Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora