Capítulo XIII

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Narra Henry:

No sé si Hugh quiere acabar con mi vida normal y aburrida o qué. Está bien que yo aceptara que él me gusta, pero... ¿Quién se cree para besarme cada vez que quiera? ¡No soy un muñeco para besuquear!

Además, no nos conocemos, ni siquiera hemos tenido una conversación normal.

¿Será que yo le gusto?

No, no creo. Solo me quiere tener como su pasatiempo. Es novio de Lady y dudo muchísimo que cambie una relación de nueve meses por alguien que ni conoce, sin mencionar que es un hombre igual que él.

¿Por qué te besó?

...dos veces...

Ehm... para eso sí que no tengo una respuesta... ¡Ah! Ya sé, para luego contarle a su grupo de amigos y burlarse de mí. ¿Por qué lo hace? Eso me lastima.

Mejor voy a ver a Fabian, mi primo y mejor amigo, en su casa. Seguro él tiene una respuesta lógica para todo esto, y si no, al menos me ayudara a desahogarme.

-Tía, voy a casa de Fabian un rato. -Le digo a tía Blanca cuando la encuentro en la sala.

-Está bien mi amor ¿Llamaste al taxi? -Responde calmadamente.

No entiendo la manía de mi familia, solo podemos andar en taxi, nos tienen completamente prohibido subirnos a busetas. Pero, ¡Yo solo estoy acostumbrados a los buses! Andar en taxis me parece una pérdida de dinero pero, si no tomo uno, no me dejara ir.

-No tía, ya mismo lo llamo. -Contesto, mientras busco en mi teléfono el número de la línea de autos libres. -Listo, que llega en 15 minutos.

-Bueno, mucho cuidado por ahí, me escribes al llegar.

-Está bien tía, voy a esperarlo en el frente. -Le doy un beso en la mejilla, acompañado de un fuerte abrazo y salgo de la casa.

Lo único que pido es, no conseguirme a Hugh, no vaya ser que se le ocurra seguir con su nuevo pasatiempo, besarme.

Ya en el taxi, converso animadamente con el señor, un viejito de aparentemente 52 años, con cabello completamente blanco y rostro humilde. Hablamos de política, familia, economía y hasta historia. Por suerte, en los 15 minutos que estuve esperando, no vi a Hugh.

-¡Hermanin! -Saludo con una gran sonrisa, mientras le doy un fuerte abrazo a Fabian cuando abre la puerta. -¿Cómo estás?

-Hermanoski. -Dice, recibiéndome del mismo modo. -Chevere ¿y tú?

-Bien... ¿Cómo están todos por aquí? -Pregunto, mientras entro a la casa.

-Todo bien.

Al entrar a casa, salude a mí tía maría -Madre de Fabian- y a mí abuela Barbará. Jugamos dominó, conversamos alegremente, contando chistes y lo hecho por nosotros en todo este tiempo. Cuando llegó la comida fui tan feliz, era mi plato preferido: Pasta, caraotas y queso rallado. Obviamente, lo devoré de inmediato.

-Caramba Henry, parece que tenías un poquito de hambre. -Dijeron juntos mis tres acompañantes en la mesa.

-Dejen el bullying, eso es ilegal. -Respondí, lanzándoles una falsa mirada asesina.

Luego, todos reímos juntos. Terminando de comer, jugamos un rato más, hasta que tía y abuela fueron a descansar. Un rato después, Fabian me tomó de la mano, llevándome casi a rastras hasta el porche de su casa.

-Muy bien hermanoski, aquí podemos hablar con calma. -Comenzó a hablar mientras se sentaba. -Cuéntame ¿Qué ha pasado con Hugh?

-Bueno... -Bajé el rostro. -Ya sabes la parte inicial de la historia... Cuando lo vi la primera vez, jugando futbol, sentí algo extraño, siempre lo veía cuando pasaba frente al negocio y bla bla... Esa parte ya la sabes.

Vida normal y aburrida (Yaoi / Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora