IX

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Felix se vio en la obligación de quedarse allí solo porque su padre se encargó de tenerlo sujeto por los hombros todo el tiempo, como una señal de advertencia: si se iba y les hacía quedar mal ante esa familia, lo lamentaría.

Casi no habló ni comió en la cena, solo se dedicó a jugar con la comida y a aguantar las ganas que tenía de gritarle a su padre allí mismo y lanzarle todo lo que estuviera a su paso, sabía que él era el responsable de eso, se notaba en las sonrisas socarronas y las miradas triunfantes que le dedicaba de vez en cuando.

Cuando las desagradables visitas se fueron, quiso ir a su alcoba con la excusa de que se sentía cansado y enfermo, pero su padre no aceptó ese comportamiento y le tomó con brusquedad de un brazo, deteniendo sus pasos y empujándolo luego.

—¡Lee Felix vas a aprender a respetarme de una vez por todas! –y le soltó una bofetada que le dolió más a él mismo —. ¡Eres un mal agradecido, traigo a una princesa de familia con recursos para que nos des...para que tengas un buen futuro y actúas como todo un mal criado frente a ellos! –la segunda bofetada hizo que las lágrimas que Felix había estado reteniendo, salieran libres; y la tercera le sacó un sollozo —. ¡Lo único que sabes hacer es llorar y...!

—¡Taemin, qué crees que haces!–escuchó a su madre gritarle mientras corría hacia él. Cuando estuvo a su lado empujó al mayor con fuerza y abrazó a Felix, dejando que este oculte su rostro en su pecho. Luego de que regañó a Taemin a los gritos, llevó a su hijo hasta su habitación.

—Hijo, lo siento tanto –murmuró, sentándose ambos en la cama del chico.

—No quiero casarme con ella mamá, ni con ella ni con nadie a quien no ame. –soltó entre sollozos y la mujer solo asintió y siguió acariciando su espalda en el abrazo. Entonces Felix se preguntó para sus adentros: ¿Por qué no me dices que hablarás con papá para que cancele todo y olvide la boda y la coronación? ¿Acaso estás de su lado? Y se sintió más solo que nunca en ese horrible lugar.

Luego de que su madre lo tapó con las mantas y apagó la luz, Felix esperó unos minutos y volvió a levantarse, caminando hasta su tocador. Allí tomó pluma y papel y comenzó a escribir otra carta para Hyunjin, quien seguía sin darle señales de vida.

De pronto, unos golpecitos en la puerta hicieron que se sobresalte en su lugar, por lo que cubrió la carta, limpió sus lágrimas y se acercó para abrir, encontrándose, afortunadamente, con Seungmin.

—Lix –murmuró este entrando apenas Felix abrió y envolviéndolo en un abrazo —. Lo siento por no estar allí contigo, mamá me contó que vio a tu padre gritarte y golpearte antes, lo siento mucho. Es horrible que haya traído a esa chica para obligarte a casarte con ella...

Felix apretó sus labios en una línea, tratando de sonreír y negó levemente con su cabeza.

—Está bien, Minnie, sé que estabas ocupado trabajando, no te sientas mal –le aseguró Felix separándose del abrazo y sonriéndole a su amigo —. Estoy bien, de todas formas ya me lo esperaba de mi padre.

Seungmin se quedó un rato más en la habitación del menor y allí hablaron de muchas cosas. En ese tiempo Seungmin aprovechó de analizar a Felix en silencio, porque lo notaba extraño, parecía ansioso e inquieto, pero no quiso preguntarle qué ocurría porque supuso que la situación de hace unas horas lo tenía así.

Cuando las campanas comenzaron a sonar, indicando que ya era medianoche, Seungmin se despidió de su amigo dándole un fuerte abrazo de buenas noches y se fue sigilosamente a su cuarto, el que compartía con su madre.

Felix esperó unos minutos, asegurándose de que Seungmin no volvería y fue a su tocador nuevamente para tomar el pergamino y enrollarlo con cuidado. Luego llamó a As-sa y le ató el pergamino para que lo entregara a su destinatario.

hasta que la muerte nos separe || hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora