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Abrí los ojos al escuchar el ruidoso sonido que hacía mi móvil por la alarma. Me incorporé analizando completamente mi vida; debí haber dormido más. Un olor  desagradable llegó a mi nariz en cuestión de segundos, moví mi cabeza buscando de donde provenía tapándome la nariz con los dedos de la mano derecha. Mi mirada se quedó clavada en la montaña de ropa de todos los colores que se encontraba en medio de mi habitación. Hacía unos días solo eran un par de prendas tiradas sobre la silla, pero al final acabó siendo una torre que alcanzaba mi estatura de 1'68 en el suelo.

Posé mis pies en la alfombrita negra a los pies de la cama y de un salto me incorporé. Estiré mis brazos haciendo un recuento de todo lo que debía hacer antes de ir al instituto. Primero sería el desayuno para mí y mi tío, luego debía poner el lavavajillas, mirar el correo y vendría bien una lavadora...algo se me olvidaría pero al menos traté de acordarme de todo.

Corrí al gran armario que estaba medio vacío por obvias razones, agarré una camiseta blanca oversize con un pantalón corto negro que pertenecía de la zona de hombres de una tienda deportiva. Entré al baño sorprendiéndome al ver mi pelo pelirrojo corto desordenado en el espejo. Puse a correr el agua repitiéndome qué debía hacer mientras me quitaba los pantalones del pijama.

—Correo y...

Tropecé con el pantalón y me agarré del váter.

—¡Lavadora! Casi se me olvida...

Hice mis necesidades antes de meterme en la caliente ducha, me envolví en la toalla recordando que no había ido a despertar a mi tío cómo hacía habitualmente.

Desastre se quedaba corto para definirme. No solo llegaba tarde hasta a abrir la puerta, sino que era olvidadiza hasta el nivel de apuntar en notas mi dirección por si me perdía.

Me puse la ropa y aún sin secarme el pelo fui a la habitación de mi tío a despertarlo.

Hacía unos años me mudé con él debido al divorcio de mis padres. Cada uno quería volver a su país natal que desgraciadamente ninguno era Corea del Sur por lo que me quedé con el hermano menor de mi madre. Tenía una hermana mayor que impartía clase en el instituto al que iba, ella vivía con su novio desde hacía cuatro años.

Salí de la habitación tras despertarlo y volví al baño para secarme con el secador. Lo enchufé pensando en qué haría para desayunar.

—Salchichas y un huevo para mi tío, yo estaré bien con una pera—dije guardando en el cajón la secadora.

Me cepillé el pelo y me lo dejé suelto. Este me llegaba justo por encima de los hombres y poseían una leve ondulación al final. Pelirrojo y relativamente liso.

Agarré toda la ropa oscura de mi montón de ropa y fui a la cocina a meterlo todo en la lavadora.

—April, cuando puedas déjame el desayuno en el despacho y recuerda apagar las luces antes de irte.

Asentí colocando lo necesario en la lavadora. Me levanté tras ponerla en marcha y comencé a hacer el desayuno.

Después de dejarlo en su despacho puse el lavavajillas y entré en mi habitación ahora con un bulto de ropa rebajado al treinta por ciento. Me senté en la cama para ponerme las deportivas negras altas de la marca Nike que me regaló mi mejor amiga Haly hacía unos cuantos meses. Agarré la mochila y me la puse en la espalda revisando si había hecho todo lo que debía. Asentí dispuesta a coger el correo al bajar.

—Me voy—dije apagando la luz del pasillo.

—Cuídate.

Salí con los auriculares escuchando una playlist que me pasó mi mejor amiga hacía unos días. No era mi gusto musical, pero tampoco estaba mal.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora