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—¡No hay huevos!

Me quité el auricular de mi oreja izquierda y miré hacia mi puerta cerrada. Me levanté de la silla y abrí bufando.

—¡Ahora voy a comprar!

Cerré la puerta de nuevo y me acerqué al escritorio para cerrar el libro de lengua. Me acerqué al armario y saqué lo primero que vi: una sudadera negra extragrande robada de Renwoo, unos pantalones vaqueros azul claro sueltos y rotos en las rodillas y unas Converse negras. Salí con la cartera en el bolsillo de mi habitación.

—Haz la compra completa ya que estás—dijo desde el sofá.

Mi tío estaba viendo un programa de televisión mientras revisaba papeleo. Entendía que estuviera ocupado, pero yo también lo estaba.

Subía la calle en dirección del supermercado a una calle y poco más. Iba sin música, ¿Razón?, se me acababan de caer en una alcantarilla. Sin duda no era un buen día. Desde ayer solo pasaban desgracias continúas, Haesoul me contagió algo muy peligroso que fomentó mi mala suerte o algo parecido.

Llegué al super. Agarré un carrito y me impulsé para dejarme llevar sobre él. Los adultos me miraban cuestionando seguramente mi edad, pero eso no era importante; me la estaba pasando muy bien.

El carro ya iba más lleno, deslizaba menos y por tanto se acababa la diversión. Agarré una docena de huevos y me sorprendí al ver en la zona de carnes a una pelirroja.

—¡Bu!

—Joder, April.

Mi hermana me golpeó el hombro y metió la carne en su pequeño cesto.

—¿El tío te mandó a comprar de nuevo?

Asentí tratando de recordar si se me olvidaba algo. Huevos, leche, guisantes de congelador, pan de molde, tomate frito, salchichas, queso rallado, beicon, zumo de piña, plátanos, patatas, yogures, ...

—¿Cerveza?

—Cierto, la cerveza—dije sonriendo algo avergonzada por mi común despiste.

—Despistada...por cierto.

Miré a mi hermana mientras pasábamos por el pasillo de las cervezas.

—Ayer tuviste tu cita, ¿cómo fue?

—Supongo que bien, no sé que de hace en una cita.

—¿qué hicisteis?

Agarré unas cuantas cervezas y volví a llevar el carro.

—Primero tomamos algo en la cafetería, luego fuimos al centro comercial.

Mi hermana asintió, parecía complacida aunque sinceramente no me agradó del todo la cita. Seguramente los doramas me dejaron con demasiadas expectativas.

—¿Te llevó a casa?

—La mitad del camino, luego me encontré a Jungkook.

—¿Qué no te llevó a casa?  Ese chico es escoria. Jungkook es todo un caballero, te llevó a casa, ¿me equivoco?

Negué poniéndome a la cola para pagar.

—Haesoul tuvo un inconveniente y tuvo que irse corriendo, no creo que fuera su intención.

—Ya, claro.

Era un caso perdido hablar con mi hermana. Yo entendía a la perfección por qué se tuvo que ir y eso era lo importante.

Salimos del supermercado discutiendo sobre si debía hacer la compra o revelarme contra el tío. A mí no me molestaba y él pagaba mis estudios...

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora