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La profesora estaba aguantando la risa, cosa que no estaba haciendo el resto de la clase.

Lo único bueno era que se reían de mi desgracia pero no de mí, quiero decir, no se ríen de que a mí se me haya caído sino del acto de que mi libro haya volado. La profesora estaba acostumbrada así como el resto del instituto a que estas cosas ocurrieran por mi culpa. Mi mala suerte a veces era agradable, aunque no os lo creáis. De alguna manera había conocido a mis amigos y había recibido aquellos regalitos gratis de algunos sitios de comida rápida.

Tocaron la puerta de clase desviando la atención allí. Se abrió lentamente dejando ver al chico al que se le cayó MI libro en la cabeza. Podía escuchar a mis amigos susurrar que sin duda hoy sí era el peor día de mala suerte.

—Oh, joven Jeon. Disculpe a mi alumna es algo despistada...

Era...¿Cómo decirlo? ¿Un dios?

Mi amiga de atrás comenzó a tirar de mi camiseta. Miré discretamente hacia atrás y me agaché para escuchar su susurro.

—Es de último curso—ahí empezaría con su momento Wikipedia—Va dos años atrasado así que tiene diecinueve. Es el típico chico popular lindo, bueno en los deportes y con buenas notas; rechaza a todas con amabilidad...es un ángel.

—Genial, le tiré un libro en la cabeza a un ángel—susurré matándome de la vergüenza.

—Podría ser peor...

—Habérselo tirado a propósito, por ejemplo—respondí más preocupada.

Entregó el libro a la profesora con una pequeña sonrisa y me miró fijamente. Sus grandes ojos fueron a parar en mi mirada nerviosa, parecía estar juzgándome en silencio.

—Venga a por su libro—dijo la profesora agitando este.

Sobresalté en mi sitio y al intentar salir me tropecé con la pata de la silla. Me sujeté en la mesa del de al lado y sonreí nerviosa. Caminé rápidamente a la mesa de la profesora e hice una reverencia al chico frente a mí. Mis ojos se posaron en sus lindas botas de color siena claro.

—Siento las molestias—murmuré—fue un accidente...

Escuché una pequeña risa, levanté la vista del suelo. Logrando captar esa pequeña sonrisa en el rostro del chico lindo. Su cabellera estaba algo desaliñada, aunque con el rostro que tenía no debía preocuparse de ello.

—No se ría joven Jeon, si le cayó el libro debe ser porque no estaba en su respectiva clase.

La clase se rió al ver el rostro nervioso del chico. Se tocó la nuca desviando la vista a nuestra pizarra. Yo en cambio miré el libro y luego la cabeza del chico, ¿No podía haber tirado la agenda?¿Debía ser el de historia? Seguro había dolido...

—Y nunca vas solo, déjame adivinar.

La profesora se llevó el dedo índice a sus redondas gafas y las subió sonriente. Por alguna razón sonreí al ver esa acción.

—Yeonjun.

Señaló a la puerta. El chico al que le tiré el libro se apartó sonriente y miró hacia atrás según salía su compañero de su pequeño escondite.

—¿Por qué siempre acierta?

Un peli-azul se asomó por la puerta con una pequeña mueca de disgusto. Ambos eran altos y tenían un aura...no sabría describirla, pero te atraía hacia ellos indirectamente.

—Ambos tirando a clase, nada de quejas.

El chico se quedó mirándome unos segundos antes de salir de la clase con el de pelo azul. La profesora negó múltiples veces y me mandó a mi sitio después de sugerirme ser más tranquila o acabaría incendiando el instituto por accidente.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora