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Jungkook me ofreció ir a su casa hoy, me convenció cuando mencionó ver una película Disney a ni elección; no siempre te dejaban poner Mulan y cenar pizza.

-Dormiré aquí-respondí a mi tío.

Me senté en la silla de la pequeña mesa de la sala de Jungkook mientras hablaba por teléfono.

-¿Segura? Últimamente te pasaron muchas cosas que no me contaste...

-Estoy con Jungkook, no me pasará nada.

-¿Estáis saliendo o algo? Estáis mucho juntos y parecéis cercanos. No me mal entiendas, me agrada como yerno.

-No estamos saliendo-susurré viendo como este entraba secándose el pelo con una toalla blanca.

Él dejó su toalla sobre los hombros y se quedó mirándome curioso. Me sonrojé al ver que la camiseta blanca transparentaba sus pectorales y que una de sus manos levantaba su camiseta dejando a la vista sus abdominales y la tira de sus boxer.

-Pues pídeselo pronto, es atractivo y buen chico. Sé que te cuida, me ha comentado el instituto las peleas en las que se metió por ti aunque me preocupa un poco su historial...

Jungkook se puso frente a mí y sonrió ampliamente a centímetros de mis labios. Tragué en seco al ver como este se lamía el labio inferior.

-¿Te vas a duchar?

Asentí aún sin despegar la mirada de sus labios. Noté una gota caer en mi frente, seguramente de su húmedo pelo.

-Te llevaré ropa.

-Tío te voy a colgar...

-Mañana haces la colada que no hiciste hoy y recuerda que toca quitar el polvo al salón.

Bufé y me levanté de la silla para ir directa a su pequeña ducha. Vivía solo y por tanto no esperaba que tuviera una casa enorme o algo parecida a la mía. Él sacaba el dinero de sus abuelos y la herencia, y por lo que había visto no malgastaba el dinero más que en ir al café conmigo. Su nevera estaba llena de lo justo y por lo que tenía entendido no usaba la tele para nada.

Me metí bajo su lujosa ducha. Tenía que admitir que a pesar de no gastar en mucho, su baño y sofá eran de lo mejor que había visto.

Escuché un par de toques en la puerta.

-Te dejo aquí la ropa...

-Puedes entrar a dejarla-dije terminando de aclararme el cuerpo de aquel gel de olor a vainilla potente.

-¿Estás segura?

Realmente me daba vergüenza, pero no había nada que no hubiera visto antes así que era absurdo dejarlo fuera; de igual manera me parecía bien que preguntara.

-Pasa...

Abrió la puerta mirando al suelo y vi como dejaba una camiseta azul oscura y unos pantalones cortos en el lavabo. Podía ver a pesar del cristal empañado como las mejillas de Jungkook estaban enrojeciéndose.

-Gracias.

Se tapó los ojos e hizo una reverencia hacia mi persona antes de salir por la puerta. Me cambié a su ropa y salí oliendo un aroma realmente delicioso.

-Ven, come.

Era un silencio cómodo el que inundaba la sala. Comimos en poco tiempo y él me dejó su cama para dormir.

-Yo iré al salón.

-Duerme aquí-dije antes de caerme al tratar de sentarme en la cama y al parecer, agacharme demasiado pronto.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora