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Expulsaron a ambos durante dos días. El problema era que Haly dejó de hablarme, Renwoo dijo que estaría con ella para que no estuviera sola y a mí me parecía bien que no la dejara sola. Yaeyoon me abrazaba con fuerza cada vez que me decían zorra o cualquier cosa por los pasillos.

—No les hagas caso—dijo mi amiga cuando sonó el timbre y vio el post-it de mi mesa que me insultaba.

—Estoy acostumbrada a que hablen de mí. Pero esto me afecta—dije aguantando las lágrimas.

—Jungkook iba a venir hoy a por ti, sonríe.

Y como mi amiga dijo, vino a verme. Anduve despacio hacia su moto, me sentía observada. Jungkook me lanzó el casco y rió al ver que se me resbaló de las manos.

—Tan linda, ven sube—dijo poniéndose su casco.

Sonreí ampliamente al escuchar su comentario. Me subí y le abracé fuertemente oliendo aquel aroma que desprendía tan satisfactorio.

Paró frente a una cafetería, agradecí que no fuera a la que iba siempre con Haesoul. Esta era más rústica, tenía plantitas por todas partes y música agradable para los oídos.

—¿Te gusta? La descubrí hace poco.

Asentí asombrada por las plantas que caían por las paredes.

—Bienvenidos, siéntense donde quieran.

Jungkook estaba hablador, me contaba alguna anécdota de él y su hermano menor; me imagino que lo echaría de menos.

—Seguramente te odiaría.

—¿A mí?

—Sí. Creo que odia a las mujeres o algo parecido.

—¿Tú me odias?—pregunté preocupada.

Él negó varias veces sonriente.

—Nunca te odiaría, aunque me golpearon parte por tu culpa.

—Lo siento...

—¿Hablaste con él?

Negué mirando la taza de café que no recordaba cuando me habían traído. Él suspiró con fuerza y se recostó en su silla.

—No creo que debas, Haesoul es peor que yo.

—¿Peor?

—¿Hiciste algo interesante hoy?

Me había cambiado el tema de la manera más descarada del mundo. Hice el intento de agarrar la taza sin despegar la mirada de Jungkook, spoiler: no encontraba la taza.

—¡Deja de reírte!

—Es que eres....tan linda—dijo riendo señalándome.

Me crucé de brazos y levanté una ceja.

—Tan adorable e inocente—dijo agarrando una de las galletas—Supongo que esa noche te corrompí un poco.

Le lancé una galleta a la cara. Este miraba mi mano sorprendido. Sus ojos parecían estar a punto de salir de su lugar.

—No saques ese tema en una cafetería—dije muerta de vergüenza al ver como el hombre de la mesa de al lado nos miraba sorprendido.

Jungkook pagó y se ofreció a llevarme a casa.

—Un segundo, me llaman.

Me alejé de él.

—¿Sí?

—April, ¿podemos hablar?

—Haesoul, no quiero verte y-

—Por favor...

Mordí mi labio y miré a Jungkook apoyado en su moto mirando el teléfono.

Yo fui la que fue infiel, no tenía derecho a negarme a ir.

—¿Dónde?

—En el parque del lago, yo ya estoy allí...

—Ahora voy.

Colgué y me acerqué a la moto de Jungkook.

—Voy a hablar con Renwoo, está viniendo hacia aquí.bpuedes irte—dije sonriente.

Jungkook parecía dudar unos segundos, al final simplemente asintió y se colocó el casco.

—Te veo mañana.

Le acababa de mentir...un vacío se sintió dentro de mí cuando ya no podía visualizar su moto.

Anduve algo asustada de lo que podría decirme Haesoul. Tragué en seco al verlo sentado en aquel banco frente al lago. No había nadie cerca y ya estaba poniéndose el sol.

—Ya estoy—dije algo asustada al verlo serio mirando a la nada.

—Te acostaste con él...

Miré mis pies.

—Estabas saliendo conmigo, y te tiraste a ese puto asesino.

—No es un asesino.

—¿No? Entonces dime por qué le investiga la policía por matar a sus padres, o mejor cuéntame el porque se llevaron a su hermano a Busan; obviamente no podían dejar al chico con un asesino.

—¡No mató a nadie!

Haesoul me agarró de la muñeca con fuerza. El dolor me impedía casi hablar.

—¿Te gustó?

Me arrodillé pidiendo que me soltara.

—¿Te gustó como te penetraba ese infeliz?

—Por favor...—susurré.

Me soltó de un empujón y me dio un par de patadas en la espalda y el estómago.

—Zorra—me levantó tirando de la camisa—Eres una puta—me golpeó el rostro, justo en el pómulo izquierdo—Y parecías inocente...eres todo una prostituta—me dio con la mano abierta.

Mis lágrimas caían por mis mejillas, a pesar de que le pedía que parara él seguía golpeándome y llamándome zorra constantemente.

Decidió parar cuando escuchó unas voces reír cerca. Ya era de noche y mr encontraba sola llorando en el césped.

—Perdona, ¿está bien?

Un hombre mr ayudó a levantarme. Parecía preocupado al ver mis muñecas moradas.

—Sí, gracias...

—¿Te golpearon? ¿Quiere que llame a la policía?

—No, gracias, solo tropecé y recordé cuando mi madre me ayudaba...la extraño sabe...

El hombre asintió y observó como andaba de vuelta a casa.

Abrí con las llaves y prácticamente corrí a mi habitación. Me quité la ropa y entré al baño con los ojos cerrados. Al mirarme al espejo me eché a llorar, estaba llena de moratones.

—¿April? ¿Entraste?

—Sí, es que me estaba meando.

—Qué desastre de niña, ¿Vas a cenar?

—No tengo hambre...

—No te preocupes, me hago yo la cena.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora