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—¿No vienes?

—No, tengo examen el lunes—dijo Beomgyu bufando desde su cama.

Rodé los ojos, del medio año que llevaba visitando a Jungkook en Seoul él había ido tres días. Seguramente porque estaba acostumbrado a no ver muy a menudo a su hermano mayor, pero de igual forma debía mover ese culo Jeon e ir a visitarlo conmigo.

—Bueno, no montes fiesta en casa si vas a estudiar—dije abrochándome la chaqueta con cremallera.

—Usad condón—dijo antes de que saliera de su habitación.

Roja como un tomate agarré mi pequeña bolsa y me encaminé a la estación de tren más cercana. No tardé excesivamente mucho en llegar a Seoul.

Era un bonito viernes, había faltado a las últimas horas para entrar al tren de las doce y no al de las cuatro, a esa hora estaría ya demasiado cansada.

Jungkook sabía que iba, pero no la hora. Por lo que tenía entendido él estaba aún en clase, casi terminando. Pensé en dejar mi bolsa en su casa, ya que tengo llaves de ella, o ir directamente a verlo y luego pasar por su casa. Mientras analizaba todo esto anduve inconscientemente hacia su universidad. Tardaría en llegar veinte minutos o un poco más desde la estación, pero no me parecía ningún problema.

Cuando se fue se me volvió a acercar Haesoul, por suerte Yaeyoon y Haly estaban conmigo. Digamos que no vino muy amistoso, todo lo contrario, pero Haly le dio una golpiza mientras Yaeyoon le insultaba abrazándome...un pequeño percance el cual Jungkook no sabe ni yo le iba a contar; no ocurrió nada malo al final y solo le causaría angustia.

Estaba a una calle, esa zona era bastante concurrida y costaba ir contra la multitud que bajaba. Me quedé observando su universidad unos minutos, era extremadamente grande y moderna. Anduve hacia dentro del campus buscando con la mirada a mi chico, siempre se quedaba una media hora más hablando con sus amigos tras las clases y yo había llegado dentro de esa media hora al lugar. Solo tuve que girar una esquina para destrozarme por completo. Una alta rubia estaba prácticamente sobre mi novio besándolo con descaro mientras Jungkook tenía las manos en sus hombros. Se separaron tras unos segundos, ambos repararon en mi presencia. El rostro de Jungkook era todo un cuadro, la chica sonreía maliciosa. Se acercó arrogantemente a mí.

—Jeon es delicioso...¿Lo sabías?

Asco, repugnancia...

—April, espera.

¿Esperar? Si tenía algo que decir que me siguiera, yo no necesitaba más que ver en esos momentos. Unas pequeñas lágrimas caían por mis mejillas recordando aquel beso que había presenciado.

—No es lo que crees, linda...

—Déjame, Je-

Caí en pleno campus causando la risa de toda la gente que en el patio se encontraba. Me levanté avergonzada y molesta.

—¿Estás bien? Tus rodillas...

—¿Qué quieres de mí? Déjame—grité desesperada por sus constantes comentarios.

—Yo no la besé April...

—Soy torpe pero no ciega, deberás inventarte algo más creíble para la próxima novia a la que le hagas eso—me di la vuelta dispuesta a volver a la casa en Incheon y mudarme de nuevo con mi tío.

Jungkook me agarró de la muñeca obligándome a mirar atrás. Sus ojos estaban cristalizados y sus mejillas ya estaban húmedas, no paraban de brotar lágrimas de sus ojos y hasta su nariz se estaba enrojeciendo.

—No me dejes, snif, De verdad que yo no quería, snif, se...se confesó y la rechacé, snif, se me echó encima...

Su rostro se estaba tornando rojo del llanto. Sentí un leve dolor en mi pecho al verlo así, literalmente me estaba rogando que le creyera frente a toda su universidad. Ambas manos estaban agarradas por las suyas mientras él se arrodillaba frente a mí intensificando su llanto.

—Jungkook, levántate—susurré avergonzada al ver a todos mirándonos.

—Perdóname...

—Sí, sí, te perdono pero levántate—susurré de vuelta viendo como un par de chicos se acercaban.

A decir verdad, nunca había entrado a su universidad. Solía venir en la tarde por lo que ya estaba en casa, pero esta vez creí conveniente venir a ver donde estudiaba. Tampoco conocía a sus amigos universitarios, solo sus voces por teléfono.

—¿Jeon?

—¿Kook?

Jungkook se levantó de un salto y se limpió las lágrimas antes de mirar a ambos chicos.

—¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?

—¿Qué te hizo?

Parecían padres preocupados por su hijo.

—No pasa nada, ¿Queríais algo?

Ambos me miraron fijamente. Tanta mirada me ponía nerviosa.

—¿Ella es...?

—April, mi novia...creo

—¿Crees?—preguntó el pelirrojo posando su mirada en mí.

—Hola—dije en un hilo de voz.

Ellos susurraron entre ellos dejándome desconcertada.

—April—miré a Jungkook confusa.

Él sacó del bolsillo una pequeña caja y me la ofreció. Miré esta desconfiada. La abrí encontrando unos pequeños pendientes plateados.

—Pensaba dártelos en casa...

A la mierda. Me tiré sobre él y besé sus labios con ansia.

—Gracias, gracias, gracias—besé su mejilla y hundí mi cabeza en su cuello.

Acarició mi espalda sonriente.

—Encantado de conocerte April, soy Hoseok o me puedes llamar Hope.

—Encantado, soy Jin.

—¿Y los demás?—preguntó buscando con la mirada.

—Ni idea, ¿Cuántos años tiene la joven?—preguntó Jin sonriente.

—Diecisiete—respondí con orgullo.

Jin abrió los ojos como platos mirando a Hope.

—¿Andas con menores?—preguntó Hoseok sorprendido.

—Eh...

Jungkook parecía estar en un aprieto y eso me provocó gracia.

—¿Vamos a casa? Estoy cansada—dije tirando de su camiseta.

En verdad solo quería pasar tiempo con él y además debía de explicarme con más detalle lo que había pasado hacía unos minutos.

Se despidió de sus amigos y caminó hacia su preciosa moto. Por obvias razones no tenía un segundo casco por lo que me puse delante. Extrañaba su aroma.

Al llegar a la casa, entré como si fuera mía y saludé a du compañero de apartamento, Yoongi.

—Buenas—dije sonriente.

—La pequeña volvió, ya se me hizo extraño no verte la semana pasada.

Jungkook fue a dejar sus cosas en su habitación mientras yo observaba el nuevo look de a quien consideraba también un amigo. Min Yoongi era mayor que los dos, veinticuatro para ser exactos. Era de baja estatura en comparación con Jungkook y tenía una mirada retadora. Parecía poco hablador, pero solo necesitaba un tema en común del que hablar.

—Tenía examen, por cierto, el pelo así te queda bien.

Se había despejado la frente ligeramente, le hacía un chico interesante.

—Os lleváis tan bien como siempre—Jungkook agarró mi mano—debemos hablar.

Una larga conversación comenzó en su acolchada cama. Esa chica era una regalada por lo que me había contado, pero era hermana de uno de su grupo por lo que no la trataba del todo mal, solo la ignoraba. El punto es que la muy zorra trataba de llevarse a MI novio a la cama y eso no podía ser.

—De verdad que yo no quería bes-

—Está bien, tranquilo. Solo déjame dormir un rato y veamos unas pelis...

—Me parece perfecto, linda.

No podía estar más feliz.

The Mess - Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora