Sus rostros estaban a menos de un centímetro. Ambos podían sentir el aliento del contrario, Robin había puesto sus manos en el pecho del peliverde y podía sentir el ritmo acelerado de su corazón, mientras que él envolvía su cintura con uno de sus fuertes brazos, podía sentir la sangre recorrerle el cuerpo y entreabrió sus labios en espera del tan ansiado beso. Con el objetivo de no perder el balance, alejó una de sus manos del pecho del chico, que aún se mantenía dubitativo y no terminaba de romper la distancia entre ellos, por lo que ella decidió tomar la iniciativa, pero al cerrar los ojos y apoyar la mano en el escritorio sintió un pinchazo en los dedos, en la parte de abajo del borde, aquello la hizo sobresaltarse un poco. Siseó repentinamente y se revisó la mano, cortando el contacto, y maldiciendo internamente.
— ¿Qué pasó? ¿Está bien? —preguntó él, tomando su mano entre las suyas, y ella lo miró, intentando restarle importancia y volver a su pequeño momento.
—Sólo fue un pequeño pinchazo, nada grave.
—Hay que ver qué fue lo que se clavó. Podría darle tétanos —Notó el intento de Zoro por evadirla. Frunció el ceño.
—Tengo mis vacunas al día —dijo, mientras veía cómo él la ignoraba y se agachaba para ver lo que había en la parte inferior del borde del hermoso escritorio en estilo vintage.
—Es un pequeño tornillo, pero parece estar en buen estado. Sin embargo, es extraño, no debería estar aquí, no se nota en la parte superior. Lo que quiere decir que fue clavado desde dentro, por lo que hay una placa de madera sobre la otra.
—No creo que sea importante, Zoro, no me pasará nada.
—No, espere —dijo, mientras rozaba ligeramente sus dedos, sintiendo una hendidura. Tiró del tornillo y notó cómo un pequeño pedazo de madera se salía, a simple vista pareciera que estaba desgastado y la madera se había partido, pero él se dio cuenta de que había algo en el hueco, algo redondo. —Aquí, hay una cerradura similar a la del estudio de la reina madre. Présteme su anillo.
La mujer alzó las cejas y le hizo caso, entregando el anillo, y al usarlo, la placa de madera superior se aflojo, dejando ver que era una especie de tapa para cubrir un cajón oculto. Al abrirla encontraron dos libros financieros, y una carpeta con algunos documentos. Al revisarlos, la mujer notó que se registraban varias compras ilícitas, en su mayoría licitaciones sobrevaloradas a nombre de Crocodile con el dinero de las arcas comunales. En uno de ellos que era el más antiguo, de justo un año antes de la muerte de la reina, se registraba la compra de un cáliz de plata en los últimos meses del año fiscal, poco tiempo antes del deceso de la madre de Robin. El otro parecía ser de años anteriores a su asesinato.
—Mira, ésta transacción en específico está subrayada, y hay una nota con la letra de Rosinante que indica que debía ser investigada. Es un cáliz de plata.
— ¿Un cáliz de plata? ¿Le suena de algo?
—No, para nada. Y bueno, esta compra es de meses previos a la muerte de mi madre, yo solo tenía ocho años. No recuerdo nada parecido, pero podría ser algo que está en el mismo palacio. Podría intentar preguntarle a Dadan, es el ama de llaves desde antes de que yo naciera.
— ¿Confía en ella para exponerla a algo tan delicado?
—Créeme, Dadan es muy fuerte. Sabe todo lo que está pasando, no sólo confío en ella para hacer mi comida. Fue militar antes de dedicarse a la mayordomía.
—Excelente. Aquí sólo hay compras sobrevaloradas, ninguna anotación en general —indicó él, revisando el otro libro.
—Nos servirán, por lo visto todo está a nombre de Crocodile. Eso ya es un avance. Ahora...
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Absoluta Virtute
FanfictionEn el pequeño estado monárquico de Una Pars, la gente muere de hambre, la medicina escasea, los nobles se bañan en dinero y a la reina parece no importarle. Sin embargo, cuando intentan asesinarla, Nico Robin I deberá hacer todo por sobrevivir, por...