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Una semana después, el peliverde ayudaba a la reina a subir a través de un camino pedregal, lleno de maleza, bordeando el lago Tarai, hasta llegar al río Paradise, y siguiéndolo hasta una montaña, donde había una torre. Al borde de lo que parecía ser un acantilado, se encontraba en realidad una gran cascada, y estando allí se encontraron con varios otros nobles que tomaron el camino fácil y subieron en vehículos, lo que a ella no le sorprendió. Se detuvo un momento a descansar de la caminata y Zoro le ofreció una botella de agua que tomó. El espadachín llevaba unos pantalones tipo cargo de color negro, por dentro de un par de botas de combate altas del mismo color, y un abrigo tipo camisa verde pino con franjas de mallas en los hombros.

Ella, por su parte, llevaba pantalones jeans negros con botas Timberland, una chaqueta de cuero negra y una blusa rojo vino, y el cabello trenzado. Cuando estuvo lista, él la acompañó hasta la parte frontal del pequeño grupo entre el cual había uno que otro periodista, llegando hasta los miembros del Consejo.

—Por fin nos honra con su presencia, majestad —se quejó su ex esposo, y ella miró el reloj, con una sonrisa sarcástica.

—Aún faltaban 15 minutos cuando llegué, así que estoy puntual. Por favor no me culpe por querer disfrutar la belleza natural de mi país, Duque Rob. El ducado de Enies Lobby tiene paisajes maravillosos, venir en auto me parece un crimen, sobre todo estando tan cerca de su casa.

—Tiene toda la razón. Sólo que a veces hay muchos peligros en la naturaleza. ¿No le da miedo andar sola por ahí?

—Zoro hace un excelente trabajo cuidándome. No tengo nada que temer.

—Cierto, usted confía mucho en ese joven. Y me parece que tienen una relación muy cercana. ¿Cuántos años dice que tiene?

—Diecinueve —respondió, sin miramientos, y sin dejar de sonreír, esta vez más arrogantemente—. Pero su edad no tiene nada que ver, es un hombre muy capacitado. Y sí, nuestra relación es cercana, después de todo es el hombre que se asegura de que pueda abrir los ojos cada mañana. Pero bueno, ya basta de charla casual, creo que es hora de subir la torre. ¿Nos hace el honor de dirigirnos, duque? —preguntó, un poco más alto, para que los reporteros sí escucharan esa última parte, sabiendo que al hombre no le gustaba hablar en público.

—Usted es diabólica, su majestad —susurró, molesto.

—Es su pueblo, su excelencia. Le corresponde guiarnos, ¿no cree?

—Concuerdo. Sin embargo, usted tiene un conocimiento perfecto de la historia, ya que siempre ha sido una mujer estudiada. Es por eso que le ruego que me acompañe en el tour.

—Creo que ambos deberían hacer el tour —habló Doflamingo, lo que a ella no le agradó, pero accedió para no seguir discutiendo delante de las cámaras, ya que tampoco quería mostrar una actitud infantil.

Media hora después, ya estando en la cima de la torre de la justicia, la mujer aprovechó un momento para respirar el aire puro que allí fluía, y apartarse un poco de la multitud. Zoro se quedó mirando la cascada del fondo.

—Es increíblemente alto. No me sorprende que lo usaran para ejecutar a los criminales.

—Sí, y era mucho peor cuando no estaba la cascada, ya que al no haber nada para amortiguarlo, la caída era mucho más dolorosa. En los tiempos medievales la zona del fondo solía estar cubierta de sangre.

—Cierto, recuerdo que me enseñaron que antes no estaba la cascada, pero honestamente nunca presté mucha atención. ¿Cómo se supone que se formó la cascada?

—Fue en el reinado de mi tatarabuelo Nico Oran. Aquí en la zona más alta de Enies Lobby, sobre la montaña, había una época del año en la que el río comenzaba a desbordarse por el exceso de lluvias, mientras que en la parte de abajo que pertenece a Water Seven, por esas zonas —decía, señalando los poblados de la parte inferior del acantilado, alrededor del río—, había sequía extrema, nunca nadie entendía por qué. Nuestros ancestros llamaban al fenómeno el Aqua Laguna, y las casas en los vecindarios de la montaña solían inundarse por el desborde. Los ciudadanos se enfrentaron a este problema por siglos, y luego varios desaprensivos comenzaron a venderles el agua del río a los pobladores de Water Seven más abajo. Fue entonces que el Consejero Real le recomendó a Oran buscar una solución, ya que el problema se había salido de control. Buscaron a un geólogo y se descubrió que la parte frontal del risco estaba próxima a tener un deslizamiento de tierra gracias a la maquinaria pesada que usaban para transportar el agua. Esto fue aprovechado y comenzaron a acondicionar el fondo para crear un cauce y eventualmente uno en la parte superior del río para dar lugar a la cascada. Tomó un tiempo, ya que para ese entonces no contábamos con la tecnología que ahora, pero fue todo un éxito. Ahora el Aqua Laguna es una bendición tanto para Enies Lobby como para Water Seven.

Absoluta VirtuteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora