Capítulo 29

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Narra Jean

En la tarde Libardo me aviso que iba a salir al supermercado por algunas cosas, recorde lo que me dijo Luka y antes de que saliera, yo ya estaba listo esperándolo en la sala sentado.

—Oye, no necesito que me esten cuidando como un niño pequeño.

Me levante del sillón y camine hacia el chico dejando una de mis manos en su cabeza sacudiendo un poco su cabello, después de unos segundos baje la misma mano hasta que pude tomarlo de la barbilla y mover su cabeza levemente de un lado a otro.

¿Qué dices, mi niño? ¿Que quieres un helado mientras te subes al carrusel de caballitos?

—¡Jean!

Aparto mi mano de él sin ser muy brusco, pude notar un leve rubor en sus mejillas que me hacía tener al menos un poco de esperanza, sabía que lo podía lograr, tal vez seamos aliados para proteger a Libardo, pero no podía superarlo.

"Protegerlo" aún me sentía intranquilo por lo que había pasado ayer, pero Libardo estaba normal, el no era de las personas que mantenía su mente angustiada día y noche, seguramente ahora trataba de mantener su mente ocupada en otras cosas para no preocuparse por eso.

Nos montamos a un taxi y fue cuando lo recordé, acerca del chico, no había escuchado ningúna llamada de él este día, ¿Estaría tratando de arreglar eso? Solté un leve suspiro dirigiendo mi mirada a el pelicastaño, el estaba mirando tan pacíficamente hacía la ventana, solté una leve sonrisita cuando noto mi mirada y giro a verme.

—Y... Qué vas a comprar?

—Me hace falta comprar otra memoria para mi cámara.

—Oh, entiendo~

El chico se notaba algo distante, como si tratara de alejarse, probablemente teniéndolo en mente, apoye mi cabeza en una de mis palmas observando la mano del contrario que reposaba en el asiento del taxi.
Acerque mi mano de a poco terminado por dejarla caer sobre la mano del contrario quien miro al instante y trato de alejar su mano, antes de que lo lograra, decidí entrelazar nuestros dedos.

Libardo me miró con confusión a lo que sólo respondí con una sonrisita, se quedo quieto sin hacer mucho escándalo, pero su rostro... Estaba seguro de que no reflejaba felicidad.

Narra Libardo

Maldición, Libardo, regresa en sí.

Desde la mañana Jean se había estado comportan algo extraño, mejor dicho, desde que regrese había notado más contacto físico de su parte que nunca antes, me hacía sentir confundido, ya me había decidido a dejar ese sentimiento y comenzar algo nuevo con Luka, pero no podía cuando se comportaba tan cercano.

Cuando sentí su mano me sorprendí, estaba de por sí alterado, eso me hizo sentir un vuelco a mi corazón, me deje llevar un poco, mi corazón seguía latiendo con fuerza, había estado tan alegre unas cuantas semanas atrás, ahora también... Pero mi confusión no me dejaba disfrutar de aquel sentimiento.

Luka era muy bueno conmigo, además, sentía que en serio me quería... Pero, ¿Yo lo quiero a él? Jean, aún no me he podido olvidar de él, pero tampoco sé por qué se comporta así, cuál es su intención o cuáles son sus sentimientos.

O mejor dicho...
¿Cuáles son mis sentimientos?

Después de un rato llegamos al lugar y me baje del taxi al mismo tiempo de Jean, él se detuvo un momento mientras yo miraba el alrededor, cuando estaba a la espera de que el contrario terminara de pagarle el taxi al señor note una camioneta estacionada cerca de el mismo lugar.

Narra Jean

—Bien, muchas gracias, señor.

—Por nada, que tenga un buen día.

Mire como el mayor manejaba el carro por unos segundos para luego alzar mi mirada hacía Libardo, encontrándome con la sorpresa de que este no estaba.

—¿Libardo?...

Solté un suspiro mirando alrededor del lugar, al no encontrarlo entre al supermercado creyendo que había entrado sin mi, cada pasillo que pasaba sin encontrarlo sentía como mi corazón comenzaba a latir más rápido, al final termine nuevamente en la salida del lugar sin encontrar algún rasgo del chico.

—Oh no, no, no, no, no

Tome mi celular lo más rápido que pude y le marque a Luka, podía sentir mis manos frías y temblorosas escuchando el sonido de la llamada antes de que el chico respondiera.

—¿Hola, Jean? ¿Qué pasa?

—Libardo, es Libardo, él, el supermercado, yo...

—Espera, cálmate. ¿Algo le paso a Libardo?

—Libardo... Libardo desapareció.

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/Risa malvada de autora.

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