✿Los personajes, trama y detalles originales de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, Shūeisha y Shūkan Shōnen Jump (manga), Hayato Date, Pierrot y TV Tokyo (anime).
✿En portada: edición vectorial con elementos recuperados de all-free-download. Tipografía: The Skinny.
✿AU (Universo Alternativo)
✿La clasificación indica temas que no son propiamente para menores o personas sensibles a asuntos relacionados con la violencia física, psicológica o implícitamente sexual en determinado momento. Queda a discreción del lector el contenido.
✿Elegí la tabla de terror y comedia del Fictober del Club de Lectura de Fanfiction.
✿Los temas me obligan a emitir una alerta por posible OoC, aunque trataré de controlarlo, la verdad es que lo primero que pensé fueron cosas tipo In-actividad paranormal, y eso es horrible porque no me gusta la saga.
En fin. Pasemos a lo importante.
Quebrados, desempleados, abandonados y muy endeudados.
La extraña cultura de creación de empresas que intentaba formarse entre los jóvenes desde distintos flancos, incluyendo el gubernamental, nunca ahondaba demasiado en la realidad objetiva de lo que implicaba un emprendimiento, menos aún, de las dimensiones que ellos proyectaron.
¿Qué había salido mal si Sasuke se había graduado con honores de la escuela de negocios más prestigiosa del país?
¿Qué pudo escapar de su control si Karin y Jūgo dedicaban hasta quince horas a vigilar las variables en las principales bolsas de valores?
¿Las largas horas de carretera que Suigetsu hacía buscando a cada proveedor para asegurar a los mejores, habían sido en vano?
Todos habían pedido préstamos, a bancos y familiares, incluso usaron sus propios ahorros, Suigetsu empeñó una reliquia familiar y ahora su hermano no le hablaba por eso.
Al menos Itachi había accedido a ser su aval para que les rentaran el nuevo piso.
En todo caso, la peor parte se la había llevado Karin, su madre había muerto por complicaciones de una enfermedad con la que había luchado por años, así que, además de las deudas de la compañía extinta, estaban las del hospital.
Y así, los cuatro, con el único dinero que habían podido obtener luego de vender todo, quedándose solo con una caja de pertenencias personales cada uno, vieron cómo las opciones se habían reducido a vivir bajo un puente, o compartir ese departamento y dividir gastos hasta salir de la situación en la que se habían metido tras la bancarrota oficial de Hebi Business Consultants.
Karin gimoteo cuando la madera del recibidor crujió ante su peso.
Sasuke se aclaró la garganta para romper el silencio subsecuente.
—Solo es temporal —aseguró —. Solo hay dos habitaciones, así que...
Ni bien empezaba a decir eso, Karin corrió a encerrarse en una.
Los tres caminaron al minúsculo espacio que era la cocina. Increíblemente estaba limpia, solo que tan vieja que estaba seguro que muy probablemente la pintura tenía plomo.
El resto tenía un empapelado anticuado desde la mitad del muro al techo, aún más increíble, íntegro, igual que las molduras de madera de la parte baja.
—Hay una cama — dijo Jūgo, entrando a la recámara que compartirían.
—Si le ponemos un banco, alcanzan tus pies —dijo Suigetsu con burla. Sin embargo, tenía razón, si no quería dormir encogido todas las noches, tendría que quitar el borde de latón e improvisar una extensión.
Sasuke abrió el armario empotrado. También estaba limpio y se le notaba unos quince años más moderno, un buen trabajo hecho por un carpintero profesional de los años sesenta.
—Hay que comprar algo para cenar —dijo, tras dejar su caja sobre una de las repisas.
Suigetsu se rio, y solo eso bastó para recordarle que el cheque que les había dado la mujer que compró todas sus cosas, lo podían cobrar solo hasta el siguiente día.
—¿Y si le tomamos la palabra a Naruto con lo del ramen? —preguntó, irritando a Sasuke.
Sin embargo, dos horas más tarde, los cuatro estaban sentados en el piso de la sala-comedor, con un bote de ramen instantáneo cada uno, y un vaso de agua.
—Sakura me dijo que podía darme medio turno de recepción en la clínica que abrió con sus amigas —dijo Karin.
—Dejé mis datos en el supermercado —agregó Jūgo.
—Yo voy a asaltar una tienda.
Los tres lo miraron con espanto. Lo creían muy capaz, pero él solo volvió a reírse y aclaró que era una broma, que ya encontraría algo.
Sasuke, sin embargo, se mantuvo en silencio. Su padre le había dicho, muy a su ruda manera, que estaba dispuesto a aceptarlo en el despacho familiar, siempre que prometiera que no volvería a hacer ninguna "estupidez", que era la forma en la que se refería a básicamente cualquier idea que tenía.
El ramen estaba listo. Solo Karin agradeció los alimentos y empezaron a comer.
El olor especiado de la sopa le revolvió el estómago a Sasuke. Nunca le había gustado el ramen instantáneo, pero no podía rechazarlo.
Se había negado en rotundo a aceptar más dinero de Naruto, ya le debía demasiado, pero la comida era necesaria, y él no la había ofrecido como broma, de alguna manera estaba honestamente convencido que esa cosa era una comida perfectamente aceptable.
El dinero del cheque les aguantaría un par de semanas, así que necesitaban ingresos pronto.
Tenía que pensar en algo.
Todos se sobresaltaron cuando escucharon dos golpes en la puerta. Quizás porque el sitio estaba vacío se escuchaban más fuertes de los normal, pero aun con el eco, resultaba demasiado exagerados.
Karin se puso de pie cuando los golpes volvieron a repetirse, sin embargo, al abrir, no había nadie en el pasillo.
Molesta, imaginó que se trataba de algún niño del edificio. Cerró de mala gana y enseguida los golpes sucedieron de nuevo.
Rápidamente, Karin volvió a abrir, y de nuevo, el pasillo estaba vacío.
—Y la peor parte — dijo Suigetsu sorbiendo la sopa — es que ni siquiera traje mi agua bendita.
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La conjura de los INcrédulos
FanfictionQuebrados, desempleados, abandonados y muy endeudados, Sasuke, Karin, Suigetsu y Jūgo deberán enfrentar su fracaso como adultos profesionales independientes, en un sitio del que no podrán escapar... tal como pasó a los últimos inquilinos. /•/ Ficto...