Suigetsu se quedó muy callado, intentando comprender cómo de pronto él también podía ver con toda claridad a una niña muerta hacía veinte años. Había dejado de fumar desde el último año de universidad, pero empezaba a sentir la necesidad de un cigarrillo incluso en los dedos.
¿Eso de ver gente muerta era contagioso?
No se sentía mentalmente preparado para eso. Ya era suficientemente escalofriante escucharlos, saber que estaban ahí, como para también tener que verlos.
¿Y si no todos eran como esa niña y andaban con las entrañas de fuera?
Aunque, si lo ponía en perspectiva, eso significaba que tendrían el doble de personal capacitado para atender los nuevos negocios, por tanto, más citas, y más ingresos.
Sasuke no decía nada, aparentemente él podía hablar con ellos sin necesidad de palabras, tan solo mantenía cierto contacto visual, lo que explicaba de paso por qué a veces parecía mirar a la nada, dependía completamente de la altura de su interlocutor.
Tras unos minutos, se dio la vuelta, haciéndole una señal para salir del lugar.
—Dice que se la llevó uno de los hombres de Gatō.
—¿El capo local?
Sasuke asintió.
—Las chicas a las que se lleva, las deja un tiempo en un muelle junto al río, mientras les encuentra comprador.
—¿Cómo sabe eso?
—Ella fue una de esas chicas.
Suigetsu haló aire exageradamente. Debía de ser muy jodido haber vivido una vida corta en ese basurero como para seguir ahí después de una muerte que seguramente fue horrible.
—No creo que pasen taxis por aquí, así que vamos a tener que caminar un buen tramo.
—Podríamos simplemente tomar alguno de los de aquí.
Suigetsu abrió los ojos exageradamente.
—¿Estás de broma?
Sasuke se encogió de hombros. Por su parte, farfullando, Suigetsu miró a su alrededor y eligió uno azul, se acercó, hizo algo con la manilla y de pronto estaba dentro, abriendo los seguros para que el otro entrara.
—Prometiste que no ibas a usar mis antecedentes en mi contra.
—No los estoy usando en tu contra, es por Karin.
Suigetsu pisó a fondo cuando escuchó a un hombre salir corriendo, que los persiguió por una cuadra antes de darse por vencido.
—Muelle en el rio —repitió Suigetsu —. Solo hay como veinte en esta zona, encontrarlo no debe ser difícil, pero dudo que dejen a sus prisioneros sin vigilancia, y nosotros somos dos, tú estás manco, y no tenemos armas.
De pronto, el teléfono de Suigetsu sonó. El timbre era como el sonido de un beso muy escandaloso, Sasuke pensó que lo iba a ignorar, en cambio, se apresuró a sacarlo.
—Lo que sea que sea, puede esperar —le dijo Sasuke.
—No, no, es la app, en la que Karin hace sus videos. Está empezando una transmisión.
—¿La sigues?
—Alboroto a los seguidores, eso sube sus números, pero no sabe que soy yo. Ve qué está pasando.
Sasuke abrió la aplicación, decía que "Lady_Fyre" estaba iniciando una transmisión. Cuando el contador en la pantalla llegó a cero, vio a Karin sentada en un sofá, sonriendo tensamente a la cámara.
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La conjura de los INcrédulos
FanficQuebrados, desempleados, abandonados y muy endeudados, Sasuke, Karin, Suigetsu y Jūgo deberán enfrentar su fracaso como adultos profesionales independientes, en un sitio del que no podrán escapar... tal como pasó a los últimos inquilinos. /•/ Ficto...