—¡Cuidado!
Sasuke abrió las piernas para resistir la caída del mueble que se le había resbalado a Suigetsu. Pudo evitar que rodaran por las escaleras, pero la mano izquierda se le había quedado entre la esquina del mueble y el muro. No pudo contener un quejido, y solo pudo suplicar mentalmente que no se la hubiera roto. El dolor le recorrió todo el brazo, pensó que iba a terminar soltando la cómoda, pero Karin se adelantó a empujar como mejor podía para que la pudiera sacar.
—¡Eres un imbécil! —acusó ella a Suigetsu.
—¡No lo hice a propósito! —se defendió, levantando la moldura que había usado de agarradera y se había roto.
Maniobraron un poco, pero entre los tres, consiguieron llegar finalmente al piso a partir del cual sí servía el ascensor.
—Hay que ir a que te atiendan la herida —dijo Karin, envolviendo la mano de Sasuke en un pañuelo para que dejara de cubrir todo con sangre.
Sasuke quería decirle que no importaba, que estaría bien, pero ni siquiera podía extender bien los dedos sin sentir que se desgarraba todo el brazo.
—Solo faltan un par de cosas —dijo Suigetsu —. Jūgo y yo las terminamos de sacar y esperamos al tipo que se las lleva.
Karin asintió, aunque igual le ayudó a sacar del ascensor lo que ya llevaban, una vez afuera, se llevó a Sasuke del brazo.
La estación del tren estaba cerca, y como Sasuke se había negado a tomar un taxi, llegar a la clínica les tomó unos veinte minutos.
—¿Qué diablos pasó ahora? —preguntó Sakura, corriendo hacia ellos.
—Solo me pegué con un mueble —respondió Sasuke.
Sin embargo, el pañuelo había dejado de funcionar hacía rato, Karin se había quitado la sudadera para envolver el brazo completo, pero igual estaba manchada.
Sakura los pasó rápidamente a un consultorio vacío y empezó a quitar el montón de vendajes improvisados.
—Parece una fractura —dijo.
—No, no lo es.
Sakura lo miró con severidad.
—¿Me vas a decir que no sé diagnosticar? —preguntó.
Sasuke resopló, desviando la mirada.
—¿Necesita una radiografía? —preguntó Karin.
Sakura sabía que lo preguntaba porque no podían pagarla, al menos no en ese momento en que habían vuelto a poner todo su dinero en un proyecto nuevo, pero no tenían ese equipo en la pequeña clínica como para apoyarlos con eso.
—Si no se trata adecuadamente, puede perder movilidad.
—¿Solo eso?
—¿Te parece poco?
Hubo un momento de tenso silencio. Estrictamente hablando, Sakura no podía obligarlo a hacer algo que no quería, y siendo tan testarudo como era, solo le quedaba hacer lo mejor que podía para que no se fuera con la mano sin tratar.
Se dio la vuelta para rebuscar en los cajones de material, tomando varias cosas que puso en la mesa de metal.
—Acércate —le dijo.
Él obedeció, poniendo la mano sobre la mesa.
—Sostenlo, por favor —dijo luego a Karin.
La chica tragó saliva, pero decididamente sujetó contra la mesa el antebrazo mientras Sakura empezaba a limpiar la escandalosa herida. Sintió cómo el chico se tensaba, pero no emitió un sonido más allá de un quejido apenas audible.
Para cuando todo terminó, Sakura no había relajado su semblante severo, y con los brazos en jarras lo amenazó con que tendría que sí, o sí, hacerse la radiografía en cuanto pudiera, además de que tendría que ir cada dos días como mínimo para que pudiera revisarlo, y si había alguna señal de problemas, lo quisiera o no, ella misma lo pagaría.
Como chiquillo regañado, Sasuke solo mantuvo la vista de lado, con el rostro levemente inclinado y asintiendo a todas las indicaciones, al menos hasta que escucharon un juramento de venganza rompiendo el silencio de la clínica.
—Quédate un rato en lo que hace efecto el anestésico, voy a ver a quién quiere matar Ino.
Sakura los dejó a solas, así que Sasuke aprovechó para mirar su mano. Tenía ganas de cerrarla en puño, pero ni siquiera podía mover bien los dedos.
No pudo evitar el gruñir, aunque al menos no era su mano dominante.
—¿Qué tal si en realidad somos sims? —preguntó Karin, llamando su atención —. Y nuestro jugador es de esos que solo juegan un rato a la semana.
—¿Por eso perdemos el control de nuestras vidas?
Karin se encogió de hombros.
—Tiene sentido para mí.
—Al menos tiene más sentido que vivir en un departamento poseído —repuso Sasuke.
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La conjura de los INcrédulos
FanficQuebrados, desempleados, abandonados y muy endeudados, Sasuke, Karin, Suigetsu y Jūgo deberán enfrentar su fracaso como adultos profesionales independientes, en un sitio del que no podrán escapar... tal como pasó a los últimos inquilinos. /•/ Ficto...