~❣️~
Gemí al aire al tratar de recuperar mi compostura y apreté mis labios al sentir tal extasis. Lamí de inmediato la mordida que acababa de hacer en el hombro de Jungkook, mi siervo. Su sangre es la más dulce que había probado hasta el momento, no tenía comparación alguna, solo ella llenaba por completo mi sed y me brindaba tal placer.
— D-daena... — su dulce voz me llenó los oídos.
Estaba encima de su cálido cuerpo, sentada sobre su estómago y mis piernas rodeaban sus caderas firmemente. Mis manos sujetaban sus muñecas por encima de su cabeza y Dios, verlo así, tan sumiso ante mí me hacia acelerar el corazón.
El característico olor del castaño me fascinaba, el aroma de su sudor era tan dulce para mí, que lograba perderme con solo eso. Hacía abrir mi garganta quemando mi estómago queriendo más.
— D-Daena... — y mi sed crecía por sus constantes gemidos.
Apreté aún más mis piernas a sus costados y me acerqué suavemente a su rostro, quería verlo pues una sola mordida de vampiro te producía un inigualable placer y más si el contrato entre siervo y amo era mutuo, sino lo era, la sangre te sabría neutra y no te produciría mucho beneficio pero si calmaba un poco la sed.
— Señorita... — levanté la vista al oír la voz de Eunwoo, uno de mis sirvientes.
Al darse cuenta de la situación en la que me encontraba cerró la puerta de inmediato. Qué cortes.
— Mil disculpas, señorita— relamí mis labios para limpiar cualquier rastro de sangre.
Odio que me encuentren en estas situaciones. Interrumpen mi ambiente.
— ¿Qué sucede Eunwoo?— fui directa.
Estaba un poco más molesta de lo normal, de que interrumpiera el momento con mi siervo pues casi nunca puedo estar a solas con él.
Jungkook se sentó a mi lado y comenzó a acariciar dulcemente mi brazo.
— El Conde Drácula la busca— una furia instantánea apareció en mi rostro de escuchar aquel nombre.
Me levanté casi de inmediato de la cama y arreglé lo más rápido posible mis prendas, pues estaban algo flojas y fuera de su lugar. El castaño rápidamente me imitó pero lo detuve colocando una mano en su pecho, su corazón estaba acelerado.
— Ni se te ocurra salir de esta habitación— lo tomé de la muñeca y su rostro sombrío apareció.
Eunwoo cerró de nuevo la puerta dejándonos solos.
— No pienses que te voy a dejar sola con aquel hombre— su voz fría y demandante me hizo suspirar.
— Siéntate y no te muevas de aquí, es una orden— al decir aquella frase la muñeca donde habíamos sellado el contrato se iluminó en un leve color rojo formando una cadena oscura.
Y como si el cuerpo de Jungkook fuera un títere obedeció de inmediato mis palabras, sin siquiera dudar.
— No me dejes aquí, Daena— su voz firme me hizo sonreír.
Adoraba todas las facetas de mi siervo, desde la más cruel hasta la más dulce, nos conocíamos tan perfectamente bien que hasta sobre veíamos nuestras acciones.
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Sedιeɴтα de тι© |JJK| >>+18
Fiksi PenggemarDaena se ve envuelta de nuevo en los problemas que dejó en el pasado, creo que huir de ellos no fue lo correcto. Ya que regresan viejas heridas, amores y memorias a la vida que intentó rehacer en el presente. Daena tendrá que pensar bien en sus sigu...