CAPÍTULO 13

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[...]


Cuando el coche se detiene—desconozco cuánto tiempo ha pasado ya que incluso me he quedado dormida—abro por completo los ojos, y me doy cuenta de que estamos de vuelta en el One Madison.

Me tallo los ojos para desperezarme.

Enfocando mucho mejor, puedo observar que Luc está parado fuera de las puertas del edificio, luego se acerca para abrirme la puerta.

—¿Qué hago aquí?—inquiero con voz somnolienta.

Luc sonríe.

—No creíste que te dejaría ir tan fácilmente después de que me dejaras plantado la última vez, ¿o sí?—yo curvo las comisuras de mis labios hacia arriba, al fin logró que Daphne se marchara.

Me toma de la mano y me saca del auto, yo doy un gran bostezo mientras lo sigo para entrar al imponente edificio One Madison Park.

—¿Cuánto tiempo ha pasado?

—No demasiado, sólo cuarenta y cinco minutos.

Nos metemos al ascensor, yo vuelvo a bostezar.

—Por lo visto estás muy cansada.

Por la desilusión que noto en sus palabras sé a qué se refiere.

—No tan cansada cómo para tener sexo contigo Luc.

Él voltea a verme y sonríe maliciosamente.

—No dejas de sorprenderme Melissa—responde dándome un suave apretón en la mano que está tomada de la suya.

Yo podría decir lo mismo de él. Le devuelvo una sonrisa igualmente maliciosa y cuando entramos a su apartamento, me lleva directamente a su habitación, casi corriendo.

Nos detenemos cuando estamos frente a la cama.

—Por el poco tiempo desde que estuviste aquí la última vez supongo que aún no tomas las píldoras.

Yo niego con la cabeza.

Joder ni siquiera he concertado una cita con mi ginecóloga, me apunto mentalmente que debo hacer una cuanto antes, sin embargo hay una duda que se cruza en mis pensamientos.

—Pero eso no nos protegerá de las infecciones—le recuerdo, ya que por lo visto no lo recuerda.

—Te prometo que estoy cien por ciento limpio—responde deshaciéndose de mi blusa y mi sostén—y quiero suponer que tú también lo estás.

Mira mis pechos con una mirada sobrecargada de deseo y pasión, y estos se endurecen al instante. Mi entrepierna se muere por sus atenciones, creo que cuando tenga la mente más despejada volveré a abordar el tema.

En este instante lo único que me importa es Luc.

Sin poder esperar más, me lanzo a sus brazos estampando mis labios en los suyos, desesperada, por sus lentos movimientos.

¿Será que es en serio que utilizará la frase para su comida en mi?

Tiene que haber una manera de poder provocarlo, hacer que caiga en la tentación, y que no cumpla sus palabras. Me separo un poco de él y me muerdo los labios, para luego jalarlo de su corbata y volverlo a besar.

Ese gesto a él no parece sorprenderlo, no rechaza mis besos si no que les corresponde, pero asombrosamente no me toca, sólo me observa como una animal a su presa.

Eso y aparte que su pantalón parece quedarle demasiado apretado en la entrepierna, de lo tan empalmado que se encuentra.

—Siempre con prisa preciosa—así que ahora quiere jugar a la lentitud.

LA OSCURIDAD EN TU MIRADA© (Nuestras Miradas #1) [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora