CAPÍTULO 22

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[...]


Abro los ojos, y de inmediato una sonrisa invade mi cara.

Me encuentro en el pecho de Luc, su aroma inunda mis fosas nasales y unos de sus fuertes brazos me rodea la cintura.

Qué imagen tan más linda para despertar.

Y lo recuerdo ¡es hoy!, el gran día.

La cena de beneficencia.

Siento la emoción recorrer mi estómago y a la vez también lo siento rugir de hambre. Intento zafarme del brazo de Luc, pero fracaso porque él se despierta y se aferra más a mi cintura.

—Buenos días preciosa Meli—me saluda yo dirijo mi mirada a su perfecto rostro tallado por los dioses, y me encuentro con sus abrasadores ojos miel.

—Buenos días guapo—lo saludo dándole un apodo equivalente a lo que él me ha dicho.

Luc cambia de posición, quedando encima de mi y enterrando su nariz en el hueco de mi cuello, la piel se me eriza.

—Me encanta que me llames así, repítelo.

Casi pongo los ojos en blanco, su ego es el que ha dicho eso.

Sin embargo como esta mañana me encuentro de buen humor, y no lo quiero echar a perder digo:

—Guapo—y cómo si fuera una palabra mágica siento su erección entre mis muslos.

¡Dios!

—Tengo que ir al baño—me excuso para que no haga lo que sea que vaya a hacer en este mismo instante.

Dado que ambos no llevamos ni una sola prenda en nuestros cuerpos, y si no lo detengo, no podremos detenernos—sí me incluyo en ello, porque sé que es y sería imposible—aunque realmente no es una mentira, siento que en cualquier momento mi vejiga va a estallar.

Además de que quiero reservarme hasta la noche, para que sea más explosivo nuestro encuentro cuando termine la cena.

—Sólo por esta vez, te lo pasaré Mel—puntualiza y yo le agradezco, me paro como una flecha y me dirijo a su cuarto de baño.

Cuando ya he hecho mis necesidades, y vuelvo a la habitación, me encuentro con que está vacía, si fuese cualquier otro momento, pensaría que me ha abandonado, pero dudo que hiciera estando en su casa.

Reviso mi móvil.

¡Caray! Ya es medio día, casi nunca me paro tan tarde, pero con Luc, todo es siempre así, diferente, hasta mi sueño, creo que con él y su brazos alrededor duermo mejor, más tranquila, segura.

No tengo ningún mensaje de Kara ni de nadie y sólo tengo una llamada de un número desconocido, pero es diferente al número de ayer.

En fin, seguro que se han equivocado de número.

Sin más que revisar, salgo de la habitación en la búsqueda de  Luc—por suerte he encontrado la bata café que me dio la primera vez que estuve aquí—y lo encuentro en el lugar menos esperado y al primero que me dirigí al oír ruidos provenientes de este.

La cocina.

Y lo que encuentro me asombra a la vez que me fascina.

—¿No me habías dicho que no cocinabas?—pregunto con los ojos muy abiertos.

—Y así lo es, le di a Claire el fin de semana libre—responde volteando a verme, yo alzo una ceja, con cara de ¿qué me estoy perdiendo?

—Claire ha dejado comida en el frigorífico, así que sólo la estoy calentando.

LA OSCURIDAD EN TU MIRADA© (Nuestras Miradas #1) [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora