CAPÍTULO 15

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[...]


Yo lo miro caliente y a la vez molesta.

—¿Qué quieres decir con eso Luc?

—¿Qué es lo que quieres en estos momentos?

Responder con preguntas nunca ayuda, pero sabiendo por dónde va, yo respondo.

—Descansar, siendo honesta estoy muy cansada Luc.

Él no responde nada solo se limita a endurecer su mirada pero sus ojos aún siguen en llamas.

—¿Entonces eso quiere decir que no me vas a dejar descansar en toda la noche?—pregunto y luego rozo su erección con mi mano, mientras inhalo su increíble olor a colonia cara, y a él.

Luc me detiene agarrándome por las muñecas, subo mi mirada hasta sus ojos y él me da una sonrisa maliciosa.

—No preciosa no me refería a eso—de un rápido movimiento me baja de su escritorio, ya estando de pie, me desabrocha los pantalones, de un jalón me los baja hasta las rodillas, mis delgadas bragas las rompe y me sienta en el pequeño sillón negro que hay en su amplia y elegante oficina.

Joder.

Ante esos salvajes movimientos mi vagina palpita dolorosamente y mi corazón va a mil por hora, casi siento que se me saldrá por la garganta en cualquier momento.

Apoya sus brazos en el respaldo del sillón y vuelve a besarme, esta vez es un beso profundo y húmedo, nuestras lenguas juegan divertidas, mis manos viajan hasta su pecho, lo acarician a la vez que yo me deshago en ese beso.

—Quiero que te agarres del respaldo y no te sueltes—me ordena, por lo visto a Luc se le da bien y le encanta dar órdenes en el sexo como en su empresa, pero en lugar de molestarme, a mí me resulta muy excitante.

Así que lo obedezco, dejo de tocarlo y me agarro del respaldo, él pasa a hincarse delante mío, acaba de bajarme los pantalones hasta los tobillos y me separa las piernas lo más que le permiten los mismos.

Él gruñe.

—Por esto odio los pantalones, son tan inflexibles y dan una menor movilidad a las piernas, que es fundamental en este tipo de actividades—dice sin quitar su atenta mirada de mi coño.

Y éste se humedece aún más.

—Pero en vista de que usted señorita Brooks es muy necia, tendremos que adaptarnos— diciendo la última palabra, jala mis caderas para quedar a la orilla del asiento lo más posible y hunde su lengua en mi vagina yo me muerdo la lengua intentando acallar los estruendosos gemidos que se amenazan con salir de mi boca gracias a sus candentes lengüetazos en mi zona sensible.

Hasta que se separa de mí, dejándome necesitada.

—No es necesario que te calles preciosa, mi secretaria ya se ha ido y no hay nadie más aquí, sólo tú y yo—remarca sus últimas palabras y vuelve a hundir su cara entre mis muslos, esta vez no acallo mis gemidos.

Dios, su lengua es tan experta y hábil.

Se le da muy bien me aferro con mayor fuerza al respaldo del sillón.

Aumenta el ritmo de su lengua, sus movimientos en espiral me embriagan y luego pasa mordisquearme ligeramente mi bultito hinchado, y cuando estoy al maldito borde del orgasmo él se detiene, yo abro los ojos y veo que desde abajo me mira.

Él es puro erotismo al máximo esplendor.

—¿Luc ahora qué es lo que sucede?—inquiero sin un ápice de paciencia.

LA OSCURIDAD EN TU MIRADA© (Nuestras Miradas #1) [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora