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El Bentley se detiene frente al Balthazar, que es un lujoso restaurante y de los más caros, jamás en toda mi vida imaginé entrar a comer a este lugar; por petición de Luc, le encargó a uno de sus choferes que llevara mi auto a hasta mi casa, para que con toda la tranquilidad del mundo pudiera venir a cenar con él en el mismo auto.
Es obvio que mi presupuesto no me permitiría lujos como estos.
Para un magnate como Lucas Craft, debe de ser como una gota en el mar, el costo de poder comer en un lugar como este, en comparación con sus infinitas cuentas bancarias, y los millones que debe de ganar al día.
Me pregunto cómo se habrá sentido el día que lo invité a comer pizza en mi casa y lo peor de todo en la sala, con sólo recordar lo que sucedió después me sonrojo.
Luc baja del auto y para mi sorpresa me abre la puerta.
—¿En qué piensa señorita Brooks?
—En nada—miento.
—Sus mejillas me dicen que algo no tan limpio.
—¿Ya no me tuteará?—inquiero cambiando el tema drásticamente.
—Claro que la tutearé pero ha de saber que también me gusta llamarle de ambas formas.
No respondo nada, ni digo nada al respecto, sólo sonrío al igual que él, y acepto su mano cuando me la ofrece al bajar del auto, la cual no suelta cuando entramos al restaurante.
Me quedo con la boca abierta, el restaurante es incluso mejor de lo que se veía por fuera, cuando pienso que nos sentaremos en una de las hermosas mesas con velas y flores en el centro, uno de los meseros no dirige a una habitación con una especie de cortina como separación, ¡es un reservado!, bueno al menos nuestra cena no será ni tan pública ni tan privada, sino lo que se encuentra en medio.
En la habitación hay una elegante mesa con un mantel rojo, un candelabro de cristal como única fuente de iluminación, una de las paredes color ocre tiene un gran espejo y dos perfectas sillas a ambos extremos de la mesa.
No sé por qué razón me siento tan nerviosa.
Ambos tomamos asiento y Luc pide lo que será nuestra cena.
Le doy gracias por no preguntarme qué es lo que yo quiero, pues cómo jamás he venido a un restaurante como estos no tengo ni la menor idea de que es lo que se come aquí.
Luc pide una ensalada Balthazar, ostras y unas papas fritas.
Vaya combinación.
El mesero nos sirve una copa de vino blanco que igualmente ha pedido Luc, y cuando termina de servirnos y se va, una loca idea se me pasa por la mente.
Recuerdo que cuando era pequeña, una vez escuché mi madre biológica, hablar por el móvil sobre lo afrodisíaco de las ostras, es ese momento mi inocente mente creía que afrodisíaco era algo extravagante, algo único, como un tesoro.
Y no es que lo afrodisíaco sea diferente a eso, pero yo lo entendía en otro sentido.
Los niños y su inocencia.
Saco a mi madre biológica de mi mente y me concentro en lo que quería decir.
—¿Acaso pidió las ostras porque son afrodisíacas?—pregunto rebosante de curiosidad.
Luc suelta una gran carcajada que retumba en todo el lugar, hasta su risa suena como un canto de los mismos ángeles.
—No, Melisa, tu mente ha ido demasiado lejos—responde medio aguantándose las ganas de reír—las he pedido porque en general me gustan las ostras de Balthazar, su manera de prepararlas, me encantan, casi de la misma manera que me encanta usted, sólo que en diferentes contextos.
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LA OSCURIDAD EN TU MIRADA© (Nuestras Miradas #1) [COMPLETA✔]
Romansa«Él tenía oscuridad y luz en su interior, pero dejaba que predominara la Oscuridad para conseguir lo que él quería. Ella era valiente, pero opacaba su valentía con el miedo para proteger su corazón» SPOILER: «Ella se convirtió en la luz dentro de su...