LA OSCURIDAD EN TU MIRADA© (Nuestras Miradas #1) [COMPLETA✔]

CAPÍTULO 25

[...]

Cuando al fin consigo ponerme en pie, voy a la barra de la habitación. Mientras espero a Luc me pondré a hacer algo productivo, aprender nombres de bebidas junto con su sabor.

Hay distintas botellas de distintos tamaños y colores.

Elijo la primera que me llama más la atención, una botella transparente con un líquido ámbar casi café—que me recuerda al color de ojos de Luc, y a lo adictivos que son—junto con una etiqueta platinada.

Para mi suerte hay también vasos de cristal, me sirvo sólo dos dedos, me lo llevo a la boca, pero antes de que pueda dar el primer sorbo, alguien toma mi brazo y me da media vuelta.

Los mismos ojos en los que estaba pensando y de nuevo esa mirada que me tiene cautivada, mi corazón da un vuelco del susto y de la emoción.

Me quita el vaso de la mano, él se lo bebe—o al menos eso es lo que parece—sin embargo, pega sus labios a los míos y no sólo me pasa el sabor de la bebida por sus labios sino que me pasa el trago de bebida a través de mi boca.

Y diosss...

Creo que jamás me había gustado tanto el sabor del whisky como directo de sus labios, trago el líquido más que extasiada, embelesada, pero por encima de todo ebria y con los sentidos a flor de piel.

Aunque creo que Luc aún no se ha percatado de ello.

—Buena elección, de hecho mi bebida favorita era el whisky.

Entrecierro los ojos, ahora todo tiene sentido, por eso su boca regularmente sabía a whisky, porque era su bebida favorita, sin embargo ha resaltado la palabra era, en pasado.

—Pero ya no ¿cuál es ahora?

Esboza un sonrisa como si no creyera lo que le estoy preguntando, luego su cara se transforma como en un ¿en serio no lo sabes? y termina negando con la cabeza y ampliando su sonrisa.

Luego con sus manos me sostiene la barbilla para que no deje de mirarlo a la vez que se acerca más a mí, empujándome contra la barra, la cual se me encaja ligeramente más abajo de la mitad de la espalda.

—Ahora mi bebida favorita... eres... tú... Melissa, me tienes bastante embriagado—confiesa casi en un murmuro audible, pero que para su mala suerte lo he oído perfectamente. Hescuchado esas palabras que me han hecho sentir las tan peculiares mariposas en el estómago y el corazón más acelerado que nunca.

Asalta mis labios con más urgencia y pasión, siento su lengua explorando mi boca, como si fuera la primera vez que lo hace o como si la vida le dependiera de ello.

—Y tú la mejor pizza que haya comido nunca.

Luc suelta una fuerte y sonora sonrisa tan natural.

Mi sonido favorito es su risa.

—¿Me estás comparando con una pizza?

—Bueno al menos eso es mejor que con unas ostras—le hago saber cruzándome de brazos.

Nunca olvidaré el día que me comparó con las ostras, que por cierto ni siquiera pudimos probar por unas actividades más urgentes que teníamos que hacer. Luc no lo niega, solo sigue sonriendo como un tonto por mis ocurrencias de la misma manera que yo.

—No vuelvas a darme un susto como este Meli, pensé que te habías marchado de aquí sin siquiera decirme y...

Y no está totalmente equivocado, estuve a nada de hacerlo.

—No lo volveré a hacer—lo interrumpo.

«No al menos sin un buen y verídico motivo»

Y espero que él sea igualmente recíproco.