Capitulo 4

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Vuelvo a casa más temprano de lo normal, ya que antes cerrábamos más tarde.

No salen de mi cabeza esos ojos verdes resplandecientes que me miraban tan profundo que sentía que me iba a ver todos mis pecados y tendría para rato, si así lo fuera.

Ruidos me distraen, sacando esa imagen de mi cabeza. Veo hacia mi izquierda viendo que solo era un gatito.

El pueblo es muy tranquilo de noche, las luces de las calles están prendidas, los pájaros dan su ultimo cantar y se escucha el viento chocar contra las hojas de los altos arboles que se ubican en el bosque.

Desde chiquita, antes de el accidente de mis padres, siempre me llamo mucho la atención el bosque, con que animales me encontraría dentro.
Mi cabeza tenia tantas preguntas sobre este que un día casi entro, lastimosamente mi padre me agarro justo y me prohibió acercarme.

Si me viera que estoy pasando justo al lado de este sintiendo la briza fría proveniente del bosque y como mi mirada se desvía un poco hacia lo oscuro al rededor de esos arboles.

Empiezo a sentirme observada haciendo que acelere el paso queriendo llegar pronto a casa.

Ojalá ahora apareciera Maxi, aunque fuera en pie, para acompañarme a casa, pero se que el no es de hacer esas cosas, ni si quiera es de esperarme con la cena hecha.

Con el paso apresura llego a casa viendo una ultima vez detrás mío.

Entro despacio no queriendo hacer ruido por si el ya se había acostado.

Pero en vez de escuchar completo silencio y un sonido leve de ronquidos. Lo único que oigo son gemidos de una mujer provenientes de la sala.

Mi pecho se presiona pero quiero ver la escena tan solo para confirmar si el hijo de perra fue capaz de serme infiel.

La escena que aparece cuando llego a la sala me lo confirma. Una mujer arriba de el con sus labios comiéndose mutuamente.

Hijo de perra...

La primera opción que me aparece en mente es salir de este lugar con lágrimas saliendo de mis ojos.

Y luego aparece otra que logra convencerme más.

Me acerco sigilosamente a la cocina agarrando una copa y agarro la botella de vino, destapándola y sirviendo en el recipiente de vidrio.

Llego a la sala y me siento en la mesa, apoyando una mano en la mesa y cruzando las piernas presenciando como mi novio al que tanto aguante y perdone, me era infiel.

Estiro mi pierna derecha empujando la silla frente a mi, haciendo que ruidosamente golpeé contra el suelo.
Despertándolos de su momento de "placer".

Ambos miran sobresaltados hacia donde estoy encontrándome sonriendo mientras tomo un sorbo de el delicioso alcohol.

-¿A..Akira?-Pregunta con voz temblorosa mi, ahora, ex novio.

-Si..s..soy yo-Me le burlo haciendo su tono de voz.

Se levanta lo más rápido que puede tratando de taparse y antes de que hable, lo interrumpo con la mano levantada.

-Ya se, me vas a decir que no es lo que parece y que tu me amas y bla bla bla-Me bajo de la mesa dejando la copa ya vacía en ella-Te doy un concejo, desaparece de mi vista ahora mismo si no quieres saber lo que puede hacer una mujer enojada con unas tijeras a su alcance-Levanto una ceja dirigiendo ahora mi vista a la chica.

-Y también va para ti ¡Largo de mi casa!-Apunto con mi mano la puerta. Veo como la mujer agarra la remera de el y se la pone yéndose del lugar.

-Mi amor, por favor perdóname, no lo pensé, ella me provoco, te juro que no lo volveré a hacer, perdóname-Se tira de rodillas delante de mi.

Ella y Ellos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora