CAPITULO 8

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Mi cabeza da vueltas como una puta calesita.

Luces blancas aparecen y desaparecen en la oscuridad que me rodea. No tengo idea donde estoy, solo hay negro al rededor.

Mis manos tiemblan al incorporarme mientras todavía siento mi cuerpo débil.

Por fin despiertas, creí que ibas a ser una niñita débil.

Me doy vuelta rápidamente al escuchar esa voz en mi oído, la voz de una mujer

¿Quién eres? ¿Dónde estoy?

Pronto lo sabrás muchachita.

Su voz se marcha como el viento cuando despierto totalmente alterada incorporándome rápidamente mirando a todos lados.

-Ey, tranquila-Una voz conocida me habla a un costado y me doy cuenta que es tomy.

-¿Qu...-No puedo terminar la pregunta por la sequedad de mi garganta. El se da cuenta y rápidamente me alcanza un vaso, lo tomo haciendo que sienta alivio por el agua fresca.

-¿Mejor?-Asiento con la cabeza en respuesta. El me da una sonrisa que me hace recordar todas las veces que sus ojitos brillaban cuando iba en su bicicleta a saludarme-Iré a avisarle a la doctora que ya estas mejor-.Sale por la puerta no sin antes mirarme una ultima vez con una sonrisa.

Mis ojos observan la habitación donde estoy, haciendo que recuerdos borrosos lleguen a mi.

Piel moviéndose

El sonido de huesos rotos

Unos brazos agarrándome

Calor, mucho calor

Oh mierda. Tengo que salir de aquí, no se quienes serán estas personas o mejor dicho que serán estas cosas, pero yo no me voy a quedar para averiguarlo.

Dejo el vaso sobre la mesita de luz y me destapo haciendo que mis ojos se abran de manera extravagante.

Estoy...en...ropa...interior.

El chillido de la puerta me hace taparme rápidamente y alzar la cabeza, viendo a una mujer completamente desconocida para mi.

-¿Como es...-No la dejo terminar cuando le tiro un vaso a la puerta viendo como se estrella contra esta haciendo que la mujer se asuste.

-¡¿Qué me hicieron?! ¡¿Por que estoy en ropa interior?! ¡Oh por dios!-Empiezo a alterarme, diciendo maldiciones hacia la pobre mujer.

-¡Señorita tranquilícese por favor!-Me grita haciendo que yo me le quede mirando quieta en el lugar con un tic en el ojo derecho.

-Yo solo la voy a revisar y luego usted va hacer todo este berrinche con los dueños de la casa-Habla con voz suave pero calculadora haciendo que yo agache la cabeza-¿Estamos?-Yo asiento sonrojada y ella se acerca con una sonrisa.

-¿Siente dolor en alguna parte?-Saca de su maletín un termómetro poniéndomelo en la boca, lo sostengo con esta y señalo mi cabeza para luego mover mi mano de un lado al otro haciendo entender que me duele algo la cabeza.

-Muy bien, le daré unas pastillas para el dolor, si empeora me avisa-Luego de unos minutos me saca de la boca el medidor de temperatura y asiente-36 grados, lo normal-Lo guarda en su maletín.

-En el baño le dejaron ropa, les diré a los chismosos que están en la puerta que no entren hasta que usted termine-Asiente con la mita del cuerpo, como si fuera una ¿Reverencia? y se marcha.

Me levanto rápidamente y me acerco a la puerta cerrándola con picaporte. No quiero gritarle a nadie más.

Hay dos puertas en total, la que acabo de trabar y otro que no abrí, así que me acerco a esta estando casi segura que es el baño del que la mujer hablo.

Ella y Ellos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora