Capítulo 31

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Maratón 2/2

Nuevamente reanudamos nuestros pasos hacia mi hogar sin detenernos ni un solo minuto. Quería llegar ahí cuanto antes para luego encontrar al tarado y darle su merecido. Pasamos varias casas con algunos puestos delante de la propia entrada trayendo recuerdos a mi.

Recuerdo que del negocio que teníamos con Romina no era demasiado tiempo el que me tomaba para llegar a mi casa. También me vienen recuerdos de cuando caminaba sola por la noche esperando algún día que él llegara y viniera a buscarme para no estar caminar sola tan tarde, pero eso nunca ocurría.

Llegamos luego de haber recorrido unos caminos más. Esta tal la recuerdo, aunque al instante mis ojos observan una intromisión en la entrada. Su cabello había crecido lo suficiente para empezar a rozar sus hombros. Su barba empezaba a hacer una sombra en su rostro que lo hacia parecer más sucio de lo que se notaba que estaba.

Sus ojos se abrieron poco a poco al escuchar los pasos que dimos sobre las piedras que tenían las calles, hasta que estos empezaron a agrandarse al verme frente a él como si fuera imposible que estuviera ahí.

-¿Cómo..

-Así que además de mentirle a Roberta, usas la parte exterior de mi casa como dormitorio- Me cruzo de brazos mientras coloco el peso a un solo lado de mi cadera.

Él dirige su mirada hacia la puerta y luego a mi repetidas veces. Llego a la conclusión que el esperaba que yo estuviera adentro ignorándolo.

-¿Te quitas o te quito?- Alzo una ceja sin dejar de mirarlo sintiendo la tensión que hay a mi espalda, los de atrás estoy segura que tampoco le quitan la mirada de encima.

Al parecer él reacciona y comienza a arrastrarse penosamente hasta llegar a mis zapatos, mirándome desde abajo comienza a hablar forzando a sus ojos a soltar unas lagrimas- Perdóname, por favor- Es lo que suelta y agarra mis piernas sin soltarse aunque los de atrás hayan reaccionado dando dos pasos al frente, los detengo con la palma de la mano abierta.

-Ella me amenazo, me obligo a que me acostara con ella- Coloca sus manos con las palmas abiertas apoyadas una con la otra, suplicándome- Perdóname, te juro que no volverá a pasar-.

-Alguien que comete un error y se lo perdonan, lo vuelve a cometer, ya que cree que lo perdonaran otra vez- Hablo luego de veinte suplicas de su parte- Te metiste con alguien rencorosa y yo podré perdonar, pero nunca lo voy a olvidar- Noto como los chicos que estuvieron bastante callados en todo momento se tensan al escucharme.

-Pero te lo juro por lo que más quiera..-.

No lo dejo terminar cuando agarrándolo de un brazo y poniendo él de su parte, se levanta aun con su cabeza agachada y lagrimas corriendo por sus mejillas- Vuelve a rehacer tu vida y deja de suplicar, que estas acabando con la poca dignidad que tenías- Lo empujo leve hacia un costado y abro la puerta con la llave que estaba bajo una de las miles de rocas que hay en el pequeño jardín al frente de mi casa. 

-Mierda, no busque ahí- El susurro de Maxi llega a mi como una leve brisa haciéndome arrugar mi entrecejo, dándome la vuelta lo miro esta vez con verdadero enojo.

Al instante él se da cuenta de mi enojo y lo intenta arreglar- No es lo que crees...Yo quise decir que..-

-¿Qué?¿Qué es lo que quisiste decir?- Empiezo a caminar hacia él sin quitarle la mirada de encima- ¿Qué quería entrar a mi casa?-.

Entiendo que quizás el hecho de que vivíamos en la misma casa, lo hiciera confundir, pero realmente esa casa era mía y de mis padres. Él no tenia ningún derecho de querer entrar luego de que lo eché.

Me acerco amenazante a él, noto que mi cara realmente es de furia al ver como los chicos se abren mirándome con los ojos abiertos de sorpresa dejandome entre ellos para tener vía libre hacia Maximiliano. Hago que él retroceda hasta que llega a la calle y lo observo con mis brazos cruzados en mi pecho.

Ella y Ellos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora