Señora Denisse

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Advertencia: Sexo explícito, diferencia de edad, infidelidad. Lectura para mayores de 18.

Quedaron debidamente advertidos 😉

Señora Denisse

— De-Denisse...

Mis ojos se achicaron y mí cabeza cayó hacia atrás mientras el éxtasis me recorría. Mis bolas estaban tan apretadas que dolían como el infierno, pero no podía correrme aún. Tomé todas mis fuerzas para mover mí cabeza y ver hacia abajo, dónde estaba ella tragándose mí polla como si dependiera de su vida.

Denisse me miraba directo a los ojos, los suyos, almendrados y redondos, nublados de pasión hacían que mí piel se calentará. Mis manos se apretaron tan fuerte en la mesada que temí lastimarme, pero ella no me había dado permiso de tocarla.

Gruñí cuando la cabeza de mí polla golpeó en su garganta y ella uso los músculos de allí para apretármela, una y otra vez. Denisse gimió dulcemente mientras sacaba mí polla dura como el granito de su boca y le pasaba su lengua rosa y resbaladiza por la corona.

—Me encanta tu polla Mateo. Es tan linda y sabrosa...

Me mordí el labio. Maldición, ella no perdía la dulzura aunque estaba entre mis piernas chupándome el miembro como una profesional.

—¿Quieres córrete?— me susurró mientras movía sus suaves manos por mí eje.

Mí boca se abrió con un gemido involuntario y asentí, era lo que más quería.

Lo necesitaba.

Si no me corría, sentía que moriría en sus manos.

Denisse sonrió, mostrando esa malvada curvatura de sus labios gruesos y rosas. Bajo su cabeza y pasó su lengua traviesa por mis pelotas apretadas y gemí más fuerte cuando las chupo, todo sin dejar de mover sus delicadas y pálidas manos por mí eje.

—Shh, pueden escucharte— susurró antes de volver por mis bolas.

Jadeé por aire, cerré mis ojos y boca con fuerza. Esta mujer seria mí muerte, pero moriría jodidamente feliz. Mí cuerpo se curvó en la mesada del baño y apreté los músculos, intentando no llegar al clímax aún. Ella siguió jugando con mi miembro, chupando y saboreando como si fuera su helado favorito.

— Denisse.. por favor— ya no estaba por encima de suplicar.

Ella me convertía en esto...

Sólo ella lograba que rogara por su permiso para correrme.

Nunca fui así, generalmente siempre fui el que dominaba en el sexo. No es que tuviera mucha experiencia tampoco, pero está mujer un poco más mayor que yo... Ella lograba hacerme ver las malditas estrellas. Denisse me llevaba al infierno y luego al cielo cada vez que me tocaba.

Estaba completamente enamorado y obsesionado con ella.

Estoy más que seguro que se preguntarán: ¿Cómo la conocí? ¿Cómo surgió este extraña relación entre nosotros? ¿Cómo logró que dejará a mí única novia y qué aceptará verla a escondidas?

¿Cómo terminé follándome a la mamá de mí amigo?

Continuará..

Señora DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora