Señora Denisse

Señora Denisse Final

Señora Denisse

Miré a Denisse con una sonrisa una vez que Santiago se fue de la cocina. Esperando que ella me la devolviera, pero tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados bajo sus pechos, su pequeño pie golpeando en el suelo.

—Lo logramos delicia— dije abriendo los brazos para ver si podía distraerla.

Denisse era más inteligente que eso. Ella negó con a cabeza y se volteó para buscar la escoba y levantar el desastre que era el suelo sin decirme una palabra. La seguí al lavadero, esquivando los vidrios. Cuando llegué a la pequeña puerta ella estaba buscando la escoba atrás de la lavadora. Me quedé allí, porque sabía que ella tendría que pasar por encima de mí para pasar.

Cuando ella se volteó no pareció sorprendida de verme ocupando todo el umbral para no dejarla pasar.

No me miró al rostro.

—Permiso, necesito limpiar esos vidrios—, dijo.

—¿Cómo se cayeron los platos?— pregunté sin moverme.

Denisse levantó la mirada cuando hablé, sus ojos enojados.

— Santiago se cayó de espaldas cuando le dije que tú eras mí novio. Quiso agarrarse, pero terminó tirando el individual con los platos y la taza.

Yo alcé una ceja.

—¿No era que lo sabía?

—Lo sospechaba, le sorprendió de seguro. Tal vez, no espero que se lo dijera así. ¿Me dejaras pasar ahora?

Yo apreté los labios, el tono de Denisse era enojado y cerrado. Me hice a un lado cuando ella pasó con la escoba. La seguí a la cocina, siendo su sombra mientras barría. Agarré la palita con lo que recogían la basura y la ayudé con el vidrio. Moviéndonos en silencio. Luego ella se movió a lavar sus platos, yo por atrás como un perro, viéndola hacer las cosas.

Podía entender que estuviera enojada, pero no podía dejarme ahora que habíamos logrado que Santiago supiera y aceptará nuestra relación... ¿o si?

Cansado, enojado y asustado, la agarré del brazo y la volteé para besarla profundamente. Me abrí paso en su boca con mís dientes y lengua, mis manos en su cintura pegaron su cuerpo al mío. Mí polla, como siempre, parecía tener un detector para saber cuándo tocaba a Denisse.

Denisse terminó gimiendo y rindiéndose a mis atenciones. Sus piernas se aflojaron cuando apreté mis manos en su culo redondo y la levanté desde allí para que terminará rodeando mi cadera con sus piernas. Cerré la canilla de agua y me moví para subir a su habitación.

Ya no teníamos que escondernos y sabía que podía lograr que Denisse no estuviera enojada conmigo por mucho más tiempo.

FIN

Muchas gracias por las estrellitas, comentarios y por leer, ¡obviamente!💕

Habrá una continuación, más adelante.