Señora Denisse
Yo: Delicia, ¿vendrás está noche?
22:57
Guardé mí celular mientras salía del restaurante por la puerta de atrás. Mí turno había terminado y ya estaba por irme a casa. La sonrisa en mí cara era fija hace dos semanas, que era lo que llevábamos con Denisse en esta extraña relación.
Ella había ido a casa ese sábado que me dijo y yo cumplí todas las promesas que le había hecho por mensajes de Facebook y luego por el WhatsApp. La tuve en todas las posiciones que quise y ella me enseñó cuánto puedo aguantar sin desmayarme de placer con las bolas azules. Tenía la faceta dominante que me ponía a mil y me hacía temblar desde adentro hacia afuera. Y a mí me gustaba darle un poco de poder a veces.
Pero también descubrí a una mujer demasiado dulce y graciosa. Tenía una chispa única, una forma de ver la vida tan suya que me dejó con ganas de conocerla más y más. Cada cinco minutos estaba pensando en ella y sonreía como pelele.
-¡Mateo!
Me detuve con el llamado a mí espalda y me giré viendo que Gustavo venía hacia mí fumando un cigarrillo. Lo esperé hasta que estuvo a mí lado.
-¿Qué pasó?
-Hoy hay una fiesta en la casa de Santiago. ¿Vamos?
Mis cejas se subieron al saber eso. Si bien no nos hablábamos tanto con Santiago, ahora que Gustavo lo decía, creía recordar algo de una reunión el viernes por la noche.
-No sé si pueda...- dije dubitativo.
Mí teléfono vibró cuando Gustavo me contestó.
-¿Qué? ¿Tienes algo mejor que hacer?
Yo saqué mí celular, estando seguro quien sería, pero temiendo su contestación.
Delicia: Hola bebé, lo siento. Habrá una reunión en casa y me quedaré para ver qué no me rompan la casa. ¿Por qué no vienes? ¿Podemos escaparnos por unos minutos a lo oscuro? ;)
23:05.
Suspiré, aunque por dentro estaba contento. Por lo menos, me dijo que fuera allí. Aunque tendríamos que disimular, tal vez podría besarla aunque sea un rato.
-Pues ya no-, contesté a Gustavo.
-Te paso a buscar a las 12 hermano- dijo dándome una palmada en el hombro y tomando el camino al estacionamiento.
-¡Bien!- le grité porque no esperó una respuesta.
Bajé la mirada con una sonrisa y le contesté a Denisse.
Yo: Estaré allí después de las doce.
Ya quiero verla, señora Denisse 💕
23:09.
•
Gustavo terminó llegando a eso de las 12:30, con su novia Tamara. Cuando al fin llegamos, la puerta fue abierta por Santiago y aunque pareció algo sorprendido de verme, me dió una cálida bienvenida.
Mí corazón palpitaba fuerte mientras me adentraban en la sala, mí mirada buscando sólo a Denisse. Saludé a la mayoría que conocía, pero aún no la había visto.
Gustavo me contó que era el cumpleaños de la novia de Santiago, así que la saludé y no me pareció raro ver a tantas niñas de su edad por toda la sala. Habían sacado la mayoría de los sillones e improvisado una pequeña pista de baile. Dónde chicas de 17 y 18 bailaban con sus novios o los chicos de la universidad.
Alma cumplía sus 18, así que estaba disfrutando de sus primera hora de mayor de edad tomando cerveza con su novio. Yo estaba en una esquina, tomando un vaso de cerveza y mirando mí reloj cada tanto, esperando la aparición de Denisse y esquivando a las amigas de Alma que parecían querer que baile con ellas. Eran chicas lindas, pero en mí cabeza sólo había una mujer a la que quería contra mí cuerpo.
Después de esperar más o menos una media hora, fui disimuladamente a la cocina y me detuve en seco cuando la puerta se cerró a mí espalda. Ver a Denisse charlando muy alegremente con un hombre hizo que mis celos subieran tan rápido como un tiburón en caza.
Mis ojos se entrecerraron cuando el hombre me miró con una sonrisa y Denisse se giró un poco para verme. Ella se levantó de su silla con una gran sonrisa que flaqueo un poco cuando vio mí expresión sombría.
-Hola Mateo- dijo simplemente.
Mis manos se apretaron en mis pantalones, porque yo no podía simplemente ir y besarla como quería para demostrarle a ese cabrón que ella era mía. Mí mirada la recorrió y tenía una simple falda azul oscuro suelta pero que llegaba hasta la mitad de sus muslos y una camiseta negra de mangas largas, con rayas finas blancas.
Cómo siempre tan hermosa...
-Hola, señora Denisse- dije sin animarme a acercarme a ella, si lo hacía la subiría a mí hombro y me la llevaría a mí departamento.
El hombre se levantó de su silla.
-¡Oh! Te recuerdo. ¿Cómo estás Mateo? ¿Y tu novia?
Mí cuerpo se tensó y los hombros de Denisse también lo hicieron con la pregunta. Yo apreté mis dientes, pero intenté sonreír.
-Bien, estoy muy bien-, No contesté la pregunta por mí ex-. ¿Y usted Thomas?
¿Que mierda hacía este imbécil que me había dicho que era el novio de Denisse con ella, a solas, en la cocina?
Yo quería adelantarme y golpear su curiosa sonrisa de idiota y gritarle que Denisse era mía y sólo mía.
-Que bien-, contestó Thomas-. ¿Necesitas algo?
¿Me estaba echando? ¿En serio?
Miré a Denisse con una ceja alzada y sus mejillas se colorearon mientras miraba entre él y yo. Mí mandíbula se apretó y dí un paso hacía ella.
Denisse miró hacia Thomas de repente.
-¡Ah! Thomas, se me olvidó traer ese borrador que te dije. Está en mí despacho ¿no podrías traérmelo?- mis ojos se afilaron al ver su delgada mano apoyarse en el flacucho brazo de Thomas cuando su voz se endulzó para él con la pregunta.
-Claro preciosa.
Di un paso más cuando él se movió demasiado rápido y le dió un suave beso en su frente. Estaba seguro que la vena de mí sien estaba a un paso de reventar cuando él pasó a mí lado y palmeó mí hombro.
-Muchas chicas lindas en la sala ¿eh?- me dijo con un tono divertido.
Force mí sonrisa de nuevo, aunque quería quebrar sus dedos.
-Si-, dije sólo para contestar algo.
Cuando la puerta se cerró una vez que él salió, caminé a Denisse con pasos pesados y el cuerpo crispado de celos.
-¿Que mierda hace aquí ese gilipollas?- gruñí.
Continuará...
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Señora Denisse
RomanceMateo tiene la vida que siempre quiso... Su novia de la preparatoria, una casa de soltero y, a sus 22, por fin ha logrado empezar la universidad. ¿Entonces por qué siente la necesidad de tirar todo al tacho cuando conoce a la mamá de su nuevo amigo...